Si
bien es cierto que Gustavo Petro se encuentra ganando en este momento la
batalla contra el Inquisidor, digo, Procurador Alejandro Odoñez, también es
verdad que por andar metido en semejante chicharrón, ha dejado al garete la
administración de la Bogotá Humana (ha decepcionado hasta a la misma Bacatá), cosa que parece ignorarla o hace caso
omiso, en una egolatría que nada le conviene ni al distrito, y que demuestra,
su fallida aspiración a la presidencia en 2018 (lo de fallida se demostrará más
adelante). Dicen que es ambientalista y amigo de la sostenibilidad (la
única amistad, por cierto rara, de los últimos días es con el Presidente Juán
Manuel Santos, por intereses políticos de ambas partes), pero ciertos hechos de
los últimos días han dejado muchos problemas, frente a los cuales el alcalde ha
tomado una posición soberbia y arrogante, sin tener en cuenta a la comunidad ni
la opinión de expertos en la materia. ¿Otra vez ese superego le estará pasando
una mala jugada? Hay casos que llaman la atención como los que se relacionan a
continuación.
Humedal Jaboque. No
es culpa del cuerpo acuoso estar ubicado en una de las localidades con más
problemas en la Atenas Suramericana: Suba. A lo largo de la historia cachaca,
ha tenido que enfrentar afrentas contra su belleza y ecosistema, por cuenta de
unos seres humanos miserables que lo han querido convertir en una fosa de
escombros y calaveras, incluso, se han valido de unas rabuladas absurdas,
propias de un país inviable. A
propósito, se trae una perlita que se dio a mitad del presente año; por
esas decisiones jeroglíficas de los tribunales de justicia (donde la sabiduría
brilla por su ausencia), el distrito fue condenado a pagar 32 millones de
dólares a Jorge Enrique Bautista Cortés, supuesto dueño de una finca en
inmediaciones del humedal. En pesos colombianos, son casi 65 mil millones de
pesos (una lotería), todo esto, gracias a la mediocre labor de la defensa de la
Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (primero en manos de Diego
Bravo, antiguo socio del procurador y célebre por el problema de las basuras, y
actualmente con Diego Merlano, pariente lejano de Doña Verónica Alcocer, esposa
de Gustavo Francisco Petro Urrego). Eso sí, hay que admitir que las trapisondas
que se dieron para la apropiación ilegal de dichos terrenos se dio desde el
siglo pasado, cuando la Conciencia Ambiental era pecado (según Monseñor Builes),
pero llega otra cuestión. ¿Porqué tanto
silencio de la Administración Distrital frente al tema?, ¿no dará frutos
políticos este tema? Ni siquiera un comunicado protestando por la absurda
condena ni nada por el estilo, o sea, Jaboque condenado.
La Gran Perla del Humedal la Conejera. Al igual
que Jaboque, le tocó situarse en Suba, con todos los inconvenientes que hay
allá. Aquí hay varias particularidades; la primera, se construye la urbanización
Fontanar del Río a pocos centímetros de la orilla del Humedal, lo cual traería
consecuencias gravísimas para su supervivencia, que incluirían la desaparición
de aves nativas de la zona como la Tingua, así como el exterminio de otras aves
migratorias; segundo, ¿Quiénes son los constructores de dicho adefesio
antiambiental? La constructora Praga, propiedad de la Familia Alcocer, los
mismos de Doña Verónica, la familia política de Don Gustavo (generosos aportantes
a su campaña política); tercera, las denuncias sobre este vergonzoso caso
fueron hechas por los concejales ambientalistas Diego García Bernal y Carlos
Roberto Saenz, pertenecientes al partido verde, quien habían acompañado a la
alcaldía en un principio, pero que con este absurdo le retiraron el apoyo (y
con toda razón). La última cosa es la
tapa del congolo; la respuesta que le ha dado la administración a este
problema; el alcalde y su Secretaria de Ambiente (Susana Muhamad), más en tono
de desespero y agresividad, en vez de darle solución al problema, han
manifestado que la construcción es legal, la razón es muy extraña; como el
POT de Petro está suspendido mientras se resuelve su legalidad en el Consejo de
Estado, el POT vigentes es el de 1999, durante la administración de Enrique
Peñalosa; según el petrismo, éste permitiría la construcción de los edificios
de la familia política en dicho lugar; de aquí a que vengan los siguientes
interrogantes: ¿Si el POT de Peñalosa permite esta construcción, porqué el
Humedal se mantuvo sin problemas durante 15 años?, con las denuncias sobre un
estudio ambiental inadecuado para la materia, ¿porqué tanto silencio del
distrito?, ¿tienen mucho peso los Alcocer sobre el Palacio Liévano?, luego de
hablar y hablar sobre el tema, evadiendo el problema, ¿porqué el Alcalde se
declara impedido para el caso el día de hoy? Hay mucha tela por cortar y sobre
todo, un humedal por salvar de la ambición de una familia política, y el
silencio nefasto de la alcaldía.
Viviendas de Interés Prioritario (VIP´s). Aunque
ya se han hecho construcciones en las localidad de Santafé, si parece tener más
un interés electorero. El asunto de madres cabezas de familia y desplazados debe
ser manejado por el Gobierno Nacional como líder, no se comprende porque el
Alcalde Petro anda opinando por ahí. Ni hablar sobre el absurdo proyecto en el
Chicó, donde incluso, podría haber una grave afectación del Parque El Virrey (uno de los pocos pulmones
ambientales que sobreviven en la urbe). No se entiende que en una zona que
está pasando a ser comercial, se construyan estas viviendas, con diseños
extraños, donde a sus moradores los confinan a no salir de estos portacomidad,
perdón, edificios; para no molestar a sus vecinos. Se puede presentar una
situación donde desplazado y desplazador vivirían a pocos metros, ¿qué tal?
Conclusión: ¿Cierto que están abusando
de las Medidas Cautelares impuestas por la CIDH y el Consejo de Estado,
mientras hay un fallo de fondo? Ojo que no duran para siempre.
PD1:
Acertadas las observaciones que en el asunto del Metro de Bogotá hace Adriana
Córdoba. No tiene sostén político y financiero el metro, así en el Palacio
Liévano y la Casa de Nariño digan lo contrario.
PD2:
¿Volverán los paros antiambientales en 2015? Todo indica que si.
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