La
declaración y protección del Parque Natural Santurbán se ha convertido en un
camino tortuoso, que parece no tener fin a corto plazo. Mientras las
autoridades ambientales, a pasos de oso perezoso, se disponía a su
delimitación, el fanatismo minero, igual
de nefasto al político, religioso y petrolero; hacía de las suyas, se pasan
todo por la faja, crean grupos de defensa minera (incluso con armas) y crean
una animadversión hacia el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible. Es
más, en un año electoral como el que acaba de iniciar, se verá el contrapunteo
de la locomotora del oro (con entes gubernamentales a su favor) contra la
locomotora ambiental y sostenible (sola y sin poder económico); será muy
difícil que cualquier delimitación sobreviva y sea respetada. El Gobierno
Nacional, más conocido como Mermelada, o Sucesores del Uribismo; no se ha caracterizado por el respeto a la
fauna y flora, al contrario, le ha cedido en todo a las multinacionales para
convertirlas en fortalezas indestructibles, con la presencia de oposición
venezolana, a quien solo le interesa el dinero que se llevará y no le dará nada
a las regiones. Además, la ingenuidad de imaginar que con mapas dibujados y
pintados se soluciona todo; “no solo es
cartografía, también es la protección ambiental contra la minería, tradicional,
legal e ilegal, ah, sin dejar de echar ojo a la agricultura”. El pulso
comenzó con empresas mineras llenas de dinero y antiambientalismo.
¿Cómo
se puede recordar esta historia de sangre, sudor y lágrimas? Para las 129 mil
hectáreas de Santurbán, aparentemente protegidas, se tienen los siguientes
datos: en Santurbán, Objetivo (04/04/13), se hicieron las siguientes
observaciones: “Finalmente, vale la pena
tener en cuenta las opiniones que se leen en una columna que apareció el 9 de
abril del 2011 en el Periódico de la Universidad Nacional (es importante
aclarar que eran tiempos de evaluación de los efectos colaterales del gobierno
saliente). Orlando Rangel y Henry Arellano Peña, integrantes del Grupo
Biodiversidad y Conservación, Instituto de Ciencias Naturales, Facultad de
Ciencias del Alma Mater; expresan su preocupación por las pretensiones de Eco Oro sobre realizar los trabajos burlando
la normatividad ambiental colombiana. Un ejemplo son los interrogantes que
quedan sin resolver en el Plan de Manejo
Ambiental correspondiente, así como la presencia en grandes cantidades de
material contaminante, en una zona que es totalmente paramuna. Aquí vendría el
siguiente interrogante; el Proyecto
Angostura no fue el trampolín que le dio la Seguridad Democrática a la
Prosperidad para llegar a la Casa de Nariño. ¿Y el Ministro de Minas? Bien,
trabajando a favor de las mineras, sin misericordia”. A juzgar por la
delimitación, esto no ha cambiado ni cambiará, lamentablemente. Al contrario,
la ley seguirá siendo violada y derrotada por la trampa y el todo vale.
En
Santurbán para los Santanderes (09/19/13) está la siguiente reflexión: “Es
cierto, Santurbán debe ser para los Santanderes; pero se necesita también el
apoyo de toda Colombia; porque se han visto casos de personas que por
ideologías polémicas (como un Procurador Santandereano), quieran anteponer
ambiciones económicas desmedidas sobre los Recursos Naturales, que según ciertos
sectarios religiosos, es Pecado (ahí está pintada la amarga mezcla entre
política y religión”). En palabras más comprensibles, con Don Alejandro, quien considera
pecado mortal y de inquisición, apoyar el Medio Ambiente y el Desarrollo
Sostenible, es imposible que Santurbán pueda tener una verdadera oportunidad
sobre la tierra; es que el oro es necesario para la indumentaria ultracatólica
y lefebvrista. ¿Cómo se hace en este caso? Ni
rezando, porque este funcionario es un Dios Todopoderoso, dicen sus allegados.
El experto
ambientalista Carlos Lozano en su Columna Santurbán, de Espaldas al Público (La
Silla Vacía), hace un interesante análisis sobre este hecho, que se dio con un
Ministro de Ambiente que no es muy experto en la materia (si acaso en Servicio
al Cliente) y en plena celebración de Navidad y Año Nuevo, adornado con
natillas y buñuelos (para las mineras), quiso hacer el papel de estadista, pero
se quedó solo en ministro. Para la muestra, este párrafo: “La verdad es que el Ministerio de Ambiente ha sido opaco con todo
lo que tiene que ver con Santurbán. Los estudios del Instituto Humboldt no
fueron publicados por el Ministerio antes ni durante el anuncio. Esto es
sorprendente, porque son datos sin reserva legal. Los ciudadanos tenían
derecho a recibir información veraz sobre los insumos que, se supone, deben ser
la base de la decisión. Pero esos datos nunca llegaron a tiempo”. Lozano, tiene toda la razón.
Perlita de Eco – Oro: “Los
resultados de la perforación geotécnica e hidrogeológica proporcionarán
información valiosa que asegurará que Eco Oro trata eficazmente cualquier
inquietud asociada con la seguridad y el medio ambiente de la comunidad
circundante”. Por
lo visto, ha habido todo tipo de perforaciones legales e ilegales, pero un
tratamiento eficaz al tema ha sido la gran ausencia.
PD1: El supuesto ambientalismo de la
Bogotá Humana frente al Humedal la Conejera, es equivalente al de la Alcaldesa
de Barbosa (Santander) para justificar el despreciable Miss Tanguita. Ambos son
inaceptables.
PD2: Decir que el fhüribismo quiere la
paz, es como creer de buenas a primeras en la nobleza de las Farc. Son
absurdos.
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