Dicen
que no se debe meter en asuntos internos de otros países, aunque esta premisa
es saltada por todos los lados de la región, el chisme diplomático pulula por
ahí sin pudor; pero este tema si tiene que alertar al Gobierno Colombiano sobre
un potencial problema que se puede venir en el Archipiélago de San Andrés. Es el Canal de Nicaragua, que puede
traer efectos nocivos tanto el Océano Pacífico, como en el interior de este
país (incluso, su frontera con Costa Rica), y en el Mar Caribe, donde se
encuentra la zona de interés para el país de Macondo. Un
canal, sin mayores planos, con una empresa de inversiones de extraña creación
en China (cuyo dueño es un millonario excéntrico y entre cuyos trabajadores se
encuentra el yerno de analista internacional y uribista Rafel Nieto Navia), no
deja de ser una amenaza para el entorno, cuando ya se tienen problemas con el
Canal Martinelli, perdón, Canal Uribe, rectificación, Canal Ampliado de Panamá.
El
proyecto, que aún no muestra sus planos (quien sabe si los tendrá), se baraja
en medio del misterio brujístico del Gobierno de Daniel Ortega, quien parece
querer quedarse en la presidencia, con o sin tragos. El pasado 22 de diciembre
supuestamente pusieron la primera piedra de la faraónica obra, pero solo
invitaron a los medios de comunicación, cuya ideología es muy afín al gobierno
nica. Las protestas justas de líderes agrarios, campesinos y ambientalistas del
continente no se han hecho esperar. Alertan sobre los daños ambientales de
magnitud incalculable e irrecuperable que se vendrían, tanto en la parte
continental como en la marina. Se habla del deterioro del 50% de las despensas
nicas y ticas (Costa Rica), algo a lo que ya se había referido la presidente de
ese entonces, Laura Chinchilla. Ni hablar de la parte oceánica, por cuanto se vendrían naves marítimas de
tamaño insospechado, implicando la destrucción en buena parte de los hábitats marítimos,
como el Sea Flower y la Luna Verde (si, la misma que quiso regalarle Álvaro
Uribe Vélez a Ortega hace siete años en un misterioso arreglo que
afortunadamente no se hizo).
Sentencia:
si
el Gobierno Colombiano no maneja bien el asunto, los 70 mil kilómetros
cuadrados que la Corte Internacional de la Haya (con cuento chino y como voy yo
(juez china), según Noemí Sanín) quitó, no serían de Nicaragua, pasarían a manos de
la República Popular China, nocivo ambiental y sosteniblemente. Pero el
actual gobierno, con estrategias equivocadas de comunicación, yendo de tumbo en
tumbo tanto a nivel nacional como internacional, solo se ha dedicado a darle
largas. Por no sentirse inferior a cierto expresidente y a cierto vecino y
supuesto amigo, dijeron que implementarían unas medidas, que hasta el día de
hoy se han esperado y no se han visto, San Andrés se debate entre el abandono
estatal, la falta de empleo y la llegada del narcotráfico con oficinas nefastas
por ahí. ¿Qué se podría hacer? Hablar directamente con el Gobierno Ortega
(difícil), cumplir la sentencia, quizás; pero como ya hay alegato de
incumplimiento de la misma, sería bueno recordar que antes que la construcción
de un canal interoceánico y prácticamente innecesario, es bueno mirar hacia las
inversiones necesarias en la zona, y como dicen los nativos, permitir el
trabajo conjunto, fortalecer los Planes de Manejo Ambiental para que la mano
china no derrame basura (hay que recordar que la tierra de Mao no se
caracteriza por apreciar lo verde).
De este tema se ha venido tratando a lo largo de las
columnas de conciencia ambiental, para la muestra los siguientes ejemplos: en San
Andrés, Colombia (11/06/14) se decía: “Al
próximo gobierno se le pide que dialogue directamente con Ortega (quien
seguramente utilizará este tema para ganar las elecciones presidenciales en
2015); ya la Corte Constitucional le dio el visto bueno para que los límites
internacionales se definan mediante Tratados Internacionales, llegue lo mejor
para San Andrés, su Medio Ambiente y su Desarrollo Sostenible; los
hidrocarburos nada tienen que ver, son nocivos”. Ha habido un silencio sepulcral frente a la promesa de no buscar
petróleo, que ya preocupa. Simplemente, tiene toda la razón. En la columna
San Andrés Existe (24/09/14) ya se hablaba de esto: La
falta de una Política de Estado correspondiente ha hecho que las islas padezcan
los rigores del narcotráfico, la injusticia social, y lo peor, la posibilidad
de convertirse en nicaragüenses, estar en dominio chino o ruso con extraños
intereses. Y no solo es a nivel diplomática, y viene
desde 1810.
¿De qué se trata? Es cierto que la sentencia de La Haya
no tiene marcha atrás, pero si en el cumplimiento o negociación de la misma, se
debería tratar al Medio Ambiente y al Desarrollo Sostenible como un pilar
fundamental, cuya supervivencia puede determinar la sostenibilidad regional,
que a San Andrés y La Mosquitia no se les puede mirar como extensiones
minúsculas, se les debe respetar como símbolos de los estados intervinientes,
para su bien.
PD1: Todo Acuerdo de Paz serio y responsable (como se
supone que será el que salga de los diálogos entre gobierno y farc en La
Habana), debe ser referendado por el constituyente primario.
PD2: ¿Darán resultados los planes del gobierno contra el
Fenómeno del Niño? Dudoso.
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