martes, 24 de febrero de 2015

PRECIOS PETROLEROS




Muchos creen que el petróleo es el Oro Negro, es el que traerá los ríos de leche y miel para esta tierra tan atormentada, en donde está la felicidad familiar, laboral y personal. Pero ah ingenuos, no saben que detrás de la gravedad específica y la gravedad API, en una relación inversa, se conlleva a un sinnúmero de problemas y desgracias; no solo porque el crudo mayoritario que se produce en Colombia es tan pesado como la clase política del Sagrado Corazón de Jesús (contando fhüribistas, santistas, izquierdistas, ilegales (según ellos mismos)), así como por los atentados antiambientales contra la infraestructura, y principalmente, por la inestabilidad del precio del hidrocarburo. Un día puede estar rondando los 100 dólares el barril del WTI (referencia para Colombia, sin saberse exactamente porqué) y todos felices, pero llega el momento en que aterriza en los 40 dólares o menos y se viene la debacle, incluyendo los compromisos ambientales y sostenibles de las empresas petroleras, sean privadas u oficiales. Conclusión; a este país, pese a no ser miembro de la OPEP, sus ingresos dependen en aproximadamente el 60% de las importaciones del crudo (su principal producto de exportación), y ni siquiera los gobiernos han pensado en fuentes de energía alternativas, que si tendrían más usos y no tendrían mayores fluctuaciones financieras en el mercado, algo que le convendría a esta azotada Colombia del Alma.

¿Porqué unos simples precios del barril del petróleo producen más estragos que un tsunami? Con ellos, el hidrocarburo y su entorno muestran su lado más oscuro (estilo Crudo Castilla), antiambiental y antisostenible. Menos ingresos, más despidos, más presiones de las petroleras para que les faciliten las cosas y por ende, más concesiones de un gobierno reelecto y con escaso margen de trabajo, se verá abocado a abrirse de piernas y aparentar la cacareada Confianza Inversionista (en este sentido, Santos no se ha destetado de Uribe). Y no solo aquí en Colombia, se puede colar el ejemplo del vecino sometido a las excentricidades de Maduro, Diosdado, Leopoldo y Capriles, entre otros. Cuando Carlos Andrés Perez (el supuesto expresidente venezolano más colombianista que ha existido en la faz de la tierra), decidió nacionalizar la industria petrolera venezolana en 1974, en un arranque de opulencia y populismo, puso al pueblo a comprar lujos absurdos, fenómeno que duró 25 años. No era sino ver las limosinas que llegaban a Cúcuta a realizar la compras de productos alimenticios, ropas y demás; la arrogancia que se los tomó (agresiones, reclamos sobre el golfo y groserías, bueno, eso ha sido desde los tiempos del Bravo Paez hasta la hecatombe de hoy), llegaron las reinas de belleza (musas hermosas del bravo pueblo venezolano), las novelas y los grandes espectáculos. Pero en 1999, en un arranque populista y de inconformidad porque la plata petrolera se estaba empezando a esfumar, llegó Hugo Chavez a jurar sobre una constitución moribunda, ¿qué pasó? Regalaron el crudo según el amaño ideológico, el país quebró y la situación es tan desastrosa, que Colombia teme a su vecino por su neuropatía politiquera.

Con Plan Nacional de Simón Gaviria, perdón, Plan Nacional de Desarrollo, el hidrocarburo podría tener un regalito de oro, en tiempos que se necesita austeridad; facultades para acelerar las famosas Licencias Express. En la columna Fracking Antiambiental (25/06/14), llegaba este párrafo a manera de reflexión: ¿Cómo podría afectar lo anterior a Colombia? Es bien sabido que las consultas ambientales y sociales con las comunidades por parte de las multinacionales petroleras no son las más idóneas, solo hablan con quienes sean sumisos; las autoridades ambientales callan y no son proactivas; y justo, en época postelectorera, no se hace nada. Pagan el pato el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, sin que hayan dolientes”. Esto se ha acentuado en los últimos días, en medio de leguleyadas cargadas de buen billete.

¿Concesiones? Ni hablar, no solo porque Ecopetrol no puede hacer mayor cosa (y eso que está por saber quién será su próximo presidente, donde el candidato ideal es Camilo Marulanda, quien ya está en la empresa; pero por arreglos políticos, el gran nominada es el padre de la mermelada, Juán Carlos Echeverry). Hay un buen ejemplo en esta materia, Campo Rubiales, debería ser devuelto en 2016, ¿qué ha pasado? El tema ha quedado en el silencio de la otra vida, y Pacific Rubiales ha tomado una actitud agresiva frente al tema, que el precio del hidrocarburo, que han sido objetivos de supuesto matoneo. En la Columan Star Problem se hacía la siguiente pregunta: ¿Porqué no hay suficiente ilustración ambiental y sostenible en materia de tecnologías fracking y star? Después no se quejen porque las concertaciones con la comunidad se convierten en un dolor de cabeza”. La tecnología Star fue un ensayo poco fructuoso que han querido imponer, pese a todos los problemas ambientales que implicaría. Pero con los precios bajos, el todo vale podría reinar en los campos petroleros como Rubiales, ¿cierto Don José Francisco Arata?

Corrupción. Se han descubierto unos casos infames como los sobornos entre empleados de alto rango de la petrolera colombiana y Petrotiger; los coqueteos de ejecutivos españoles y argentinos con una finada guerrillera del ELN (incluyendo plata y regalos de por medio), y los pagos de Sicim a través de un supuesto líder comunitario de Tame a los elenos por su “acompañamiento”, donde lo básico era sacarle el cuerpo a la reparación de daños ambientales por los atentados. El oro negro tiene su cianuro.

PD1: Censurar columnistas por defender una causa, es como dañar la cojinería, un acto de cobardía. Solidaridad con Yohir Ackerman frente a la arbitrariedad de la directora (¿Opus Dei?) de El Colombiano.

PD2: ¿Cuál será el interés de la exsenadora Piedad Córdoba, de convocar a una supuesta marcha por la paz el 9 de abril, y hacerle competencia a la marcha de la vida de Mockus? Muchos intereses políticos merodeando por ahí, de la izquierda.

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