Tal
como lo había prometido en la campaña presidencial del año pasado, el Gobierno
Petro quiere hacer una Reforma a la Salud, en trámite legislativo durante el
período ordinario de labores en el congreso y no en sesiones extras en el
presente mes, tal como lo habían anunciado en un principio. La Salud en
Colombia está regida actualmente por la Ley 100 de 1993, bajo dos padrinazgos
nada recomendables (Cesar Gaviria, Presidente en ese entonces y el ExSenador
Álvaro Uribe Vélez), que si bien necesita muchos ajustes para mejorar, es
necesaria una transformación coordinada para no crear mayores traumatismos al
servicio prestado. Las Empresas Prestadoras de Salud (EPS), si bien han estado
en el ojo del huracán por los Palacinos y la politiquería, han hecho una buen
labor en el momento, y los casos que han llegado a las tutelas, en la mayoría
han sido atendidos satisfactoriamente. Pero la empecinada obsesión del
Gustavo Petro y su Ministra de Salud, Carolina Corcho, han hecho que no se
conozca bien el texto de la reforma, han hecho un ambiente poco o nada
favorable para la misma y que se empiece a generar una desconfianza hacia la
Casa de Nariño, solo seis meses después de haber asumido la presidencia, con la
Espada de Bolívar como testigo.
La Ministra
de Salud, quien no es amiga de conciliar y dialogar, el pasado 14 de enero, en
una reunión en Villavicencio (Meta), afirmó lo siguiente (Infobae): “En este
nuevo sistema vamos a fortalecer eso que no es importante hoy para las EPS: los
APS, desde allí, vamos a trabajar con equipos médicos resolutivos”. Pero la
Ministra, antes de serlo, en sus tiempos de Líder Médica Sindical, había
manifestado su animadversión frente a las EPS´s, luego no se puede confiar
totalmente en lo que se propone, porque la prestación de este servicio
fundamental no se puede confiar de un día para otro; o se podría regresar a
épocas donde el ISS se veía a gatas para los servicios elementales de salud,
donde la mayoría de los hospitales se encontraban dominados por el abandono y
la maleza. Como aún las EPS´s y los Profesionales de la Salud siguen con serias
reservas (con toda la razón) sobre esta reforma, a la Ministra Corcho le dio
por arremeter contra las galenas y los galenos por formular medicamentos en su
mayoría supuestamente caros (sin los suficientes argumentos, Carolina); para
eso se podría simplemente presentar una ley de control de precios, que en su
momento el Ministro de Salud (en ese entonces), Alejandro Gaviria, propuso.
A
propósito del actual Ministro de Educación, ya ha manifestado sus reparos a la
reforma con buenas razones. Se ha ganado
el regaño del mismo Petro (quien quiere imponer esta reforma, al igual que sus
locuras frente al Metro de Bogotá); pero Gaviria tiene buenas razones
(Portafolio): “Sin un diagnóstico claro ni una respuesta a
las preguntas planteadas la reforma propuesta, puede hacer daño, mucho daño. Lo
que iría en contra del principio de siempre para quienes se ocupan de la salud
de la gente: ante todo no hacer daño"…"Todo esfuerzo reformista debe
empezar por un diagnóstico, por un análisis de lo que funciona y no funciona,
por una evaluación de las capacidades instaladas (nunca se comienza de cero) y
las heterogéneas realidades territoriales". Todo
parte de que no les gusta la ley 100 de 1993, que si bien tiene malos
padrinazgos, le ha dado atención a más del 90% de la población colombiana, y ha
sabido corresponder a los requerimientos que se han exigido en la mayoría de
las tutelas que ha tenido que atender; no es cuestión de egos como lo creen
Petro y Corcho (siendo Médica Psiquiatra); pero hay algo más preocupante, un
proyecto que genera divisiones en un equipo de gobierno, jamás será digno de
confianza.
A lo
anterior se suma la presencia en el equipo de trabajo de un Defensor de
Derechos Humanos, llamado Pedro Santana, quien ha tenido acusaciones graves de
acoso laboral y sexual, tal como lo expresó la ONG “Viva la Ciudadanía”, el 29
de agosto de 2014 (El País, Colombia): “la Asamblea (de Viva la Ciudadanía)
le formuló cargos y procedió a terminar unilateralmente su contrato laboral,
por estimar sustentadas las quejas de acoso laboral y sexual en contra”.
Frente a este hecho, el Gobierno Nacional ha guardado un silencio imperdonable,
tal vez por el ego de su Representante Legal, quien aparenta defender los
Derechos de las Mujeres, pero que ya ha tenido varios problemas en este
sentido, como la caída del nombramiento de su Embajador ante Emiratos Árabes, Víctor
Currea de Lugo. Esta Reforma a la Salud, que algunos dicen ser necesaria, tiene
muchos antecedentes negativos, que la hacen un monstruo de temer y desconfiar,
que la quieren imponer al mejor estilo de las dictaduras bananeras, tan solo
para satisfacer los egos del Presidente y la Ministra, que podría traer serios
problemas para el país, y duros golpes a la Centro – Izquierda en elecciones a
corto, mediano y largo plazo.
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