Toda obra de Gabriel García Márquez, sin lugar a dudas,
será un boom cuando salga y un éxito comercial, independiente de que el
mismo Gabo se encuentre en el más allá (hace diez años murió, y al igual que Úrsula
Iguarán, en un jueves santo). La última obra “En Agosto Nos Vemos”, ha
sobresalido por tener un relato sencillo y agradable sobre un tema que continúa
siendo espinoso en pleno siglo XXI (las aventuras de una persona casi
cincuentona, dando sus últimos pasos en las lides de los encuentros casuales,
cuando su vida de pareja y familia se ha transformado en una rutina que no le
permite crear). Se ha hablado mucho de que los hijos de Gabo (Rodrigo y
Gonzalo) no siguieron supuestamente las indicaciones de su padre; que Mercedes
(para quien por supuesto, esta obra va dedicada) ya no está; solo ambos en el
más allá saben si sus hijos hicieron bien o mal, y si es del caso, les harán
las respectivas reprimendas. Pero se debe entender algo, Rodrigo y Gonzalo son
los herederos naturales de todo el trabajo hecho por el Nobel a lo largo de 65
años de trabajo en la Literatura y el Periodismo; ni que Random House se
hubiese atrevido a meterse en semejante aventura ni Cristóbal Pera hubiese
aceptado ser el Director de la Edición, quien se encargaría de pulirla.
¿De que consta “En Agosto Nos Vemos”? Primero, tiene una
explicación hecha a cuatro manos por parte de Rodrigo y Gonzalo García Barcha, donde
ofrecen su verdad sobre porqué decidieron publicar esta obra, cuando parece que,
a Gabo, no se habría sentido satisfecho con la misma. Hay una parte que
llama mucho la atención sobre este capítulo; el libro lo empezó a escribir Gabo
en tiempos que ya el Alzheimer trataba de atraparlo en su laberinto, y, por
consiguiente; se le dificultaba más escribir; basta recordar que la última obra
del Nobel, publicada en vida, fue “Memoria de mis Putas Tristes” en 2004, que
tuvo un éxito monumental, y si bien trataba de un tema polémico, Gabo supo
manejar su imaginación para darle un carácter alegre y macondiano. En la
parte final, Rodrigo y Gonzalo piden disculpas a su padre por haber publicado
esta maravillosa obra, pero lo justifican bajo el argumento de que es una
belleza luego de que la pérdida de memoria le pusiera retos difíciles de
cumplir al escritor, pero que los superó con todas las fuerzas y todo el
encanto.
La segunda parte consta de los seis capítulos de la obra
en sí, no es tan avasalladora como “Cien Años de Soledad”, “El General en su
Laberinto” y/o “Vivir para Contarla”, pero si recrea toda esa prosa e
imaginación que tenía Gabo en vida para hacer maravillas con su cerebro y una
máquina de escribir, en un relato sencillo y que atrae a primera vista. Ana
Magdalena Bach (AMB, protagonista de la obra), es una mujer que se va
aproximando a los cincuenta años, y cada 16 de agosto se embarca en un viaje en
transbordador cruzando el mar durante cuatro horas a una isla, en cuyo
cementerio se encuentra el cuerpo de su señora madre, fallecida unos años
antes. Todo cambia cuando conoce a un hombre en el hotel, con quien tiene un
encuentro casual pero que luego la ofende cuando le deja un billete de veinte
dólares; después tendrá otros encuentros casuales durante tres años con otros
hombres, pero que en el fondo la dejarán vacía. La crisis explota cuando ella
se vuelve a encontrar con el primer hombre en la isla, quien ha estado llevando
flores a la tumba de su madre, haciendo que el rumor sobre los dos crezca en
dicho lugar, lo que conduce a que AMB decida sacar los restos de su madre del
cementerio y se los lleve de la isla, sin dejar a un lado los cambios que
en la vida familiar le imponen estas circunstancias.
La última parte, consta de la explicación del Director de
Edición Cristóbal Péra, quien trabajó personalmente con el Nobel y su
secretaria en la redacción de esta obra (En Agosto Nos Vemos) en su casa en
Ciudad de México, cuando Random House se había informado sobre esta obra
(incluso, Gabo en un evento especial, en vez de dar un discurso tradicional,
leyó apartes de esta novela en sus inicios); puede que no suene muy ético
y/o correctamente político haberla publicado, pero si tiene la ventaja de ser
una obra sencilla para leer pero que tiene toda la fuerza para llevar a quien
la lee en el mundo mágico del Ilustre Hijo de Aracataca (Magdalena), en lo que
tal vez es su última obra escrita en vida, que fue publicada diez años después
de su muerte. El Autor de la Presente Columna, aclara que no es experto en
Obras Literarias, pero que, si tuvo la suficiente curiosidad para adentrarse en
el mundo de AMB, y constatar, que el quinto piso de la vida llega con una nube
que pide serenidad luego de la pasión.
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