martes, 11 de febrero de 2025

ESCOMBRERAS

 

Las Escombreras se conocen comúnmente a los sitios (legales e ilegales) donde depositan todo tipo de materiales de construcción e infraestructura, que son desechados y abandonados a su suerte, y que si no se hace el correspondiente mantenimiento, pueden generar no solo problemas de ocupación del espacio, también de contaminación y salubridad, así como de inseguridad. Lamentablemente, se han convertido en guaridas de ladrones y “cementerios” donde llegan todo tipo de cadáveres producto de la violencia que parece no tener fin en este país demente. En la ciudad de Medellín, a finales del año 2002 (apenas empezaba la dictadura de la Seguridad Democrática), se dio la famosa “Operación Orión” que supuestamente iba a sanear los problemas de inseguridad en la Comuna 13; fue un “esfuerzo mancomunado” entre el Presidente de ese entonces (Álvaro Uribe Vélez), su Alto Consejero (José Obdulio Gaviria), el Superministro en aquel tiempo (Fernando Londoño Hoyos), la Ministra de Defensa (Marta Lucía Ramírez), ciertos altos mandos militares del ejército y la policía (ejemplo, Mario Montoya), y el Alcalde de Medellín en ese tiempo (Luis Pérez Gutiérrez, hoy muy cercano al Gobierno – Desgobierno del Presidente Armando Benedetti, perdón, Gustavo Petro). Supuestamente era para neutralizar la acción de Bandas Criminales (Bacrim) que operaban en la zona.

 

Pero la desagradable sorpresa fue que hubo coordinación con grupos paramilitares en la zona; se podía ver que estos bandidos se distribuían el terreno con ciertos miembros de la policía y las fuerzas armadas. Iban a casas, sacaban a la gente (sin importar si eran buenas personas o no), se las llevaban y aún permanecen desaparecidas; fueron una primera alerta sobre los mal llamados falsos positivos, que la Dictadura en ese entonces iba a defender a capa y espada. Las madres de la mayoría de los desaparecidos empezaron una búsqueda que hoy en día permanece, a sus familiares desaparecidos en esta infamia llamada “Operación Orión”. Bajo la disculpa de la “Amenaza Terrorista” y el “Castrochavismo”, el Gobierno – Desgobierno de aquel entonces quiso justificar lo injustificable, se burlaba del dolor de las familias que habitan la zona y evadió todos los requerimientos judiciales, y lamentablemente, en un país amnésico, este caso pasó varios años en el olvido. Pero hace unos días, en un trabajo coordinado de la Justicia Especial para la Paz, en marco del Acuerdo de Paz (el de Verdad, firmado en la Habana y ratificado en el Teatro Colón de Bogotá en noviembre de 2016), comenzó la búsqueda de estas personas desaparecidas en esta infamia de operación conjunta entre Agentes del Estado y Grupos Ilegales.

 

En el pasado mes de enero se encontraron los primeros cadáveres en estas escombreras, gracias no solo al trabajo de la JEP y las Autoridades, sino también a la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD). Lo anterior, se puede corroborar con el relato que hace su Directora, Luz Janeth Forero Martínez: “La disposición de los cuerpos encontrados, los signos de violencia, los elementos asociados y las evidencias, como basuras y empaques que señalan ciertas temporalidades (fechas de vencimiento de paquetes o de elaboración), permiten fortalecer la hipótesis y contrastar la información recaudada sobre este sitio de interés forense y los hechos ocurridos allí”. Se debe reconocer también el trabajo hecho por Organizaciones No Gubernamentales que han estado pendiente a lo largo de veinte años, de este tema, tan humillante para la Sociedad Colombiana, porque nada justifica esta serie de “Falsos Positivos” que se dieron allá, supuestamente en aras del bien del país, cuando solo ha provocado sangre, tristeza y dolor. Las verdades salen tarde o temprano, a flote, así unos cuantos líderes del establecimiento desprecien este tipo de temas, bajo el argumento que prevalece un criterio ideológico, que lo único que encontraron allá fueron supuestos terroristas. No hay derecho.

 

Ojalá se permita el trabajo correspondiente a estas autoridades, y no se utilice este tema para oportunismo politiquero. En cuanto a los cadáveres hallados hasta la fecha, corresponderían (primeros identificados) a una Muchacha de aproximadamente 20 años y quien era Coordinadora Deportiva de la Zona, así como un Vendedor Ambulante (en condición de discapacidad) de 28 años. No se entiende como tendrían relación con grupos ilegales, ni que aún después de muertos, se les siga estigmatizando de terroristas, al estilo chabacán y burdo del Fhüribismo in Extremis. Como se puede leer en los informes de la JEP (Agencia EFE): «al parecer la joven habría sido trasladada viva desde el corregimiento (caserío) de San Cristóbal, donde operaba abiertamente una base paramilitar, hasta La Escombrera, donde funcionaba otra. Allí fue asesinada y enterrada» … «La víctima estaba en condición de discapacidad física y mental, padecía epilepsia y se desplazaba con dificultad, lo que lo hacía particularmente vulnerable». Se debe esclarecer toda la verdad, debe haber justicia (sancionar a todos los responsables) y la reparación (así sea parcial) a las familias de las víctimas. Lo más importante, castigar en las urnas a quienes promovieron esta infamia contra Colombia.

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