Uno de los mayores
privilegios de Colombia es tener costas sobre el Río Amazonas, el más largo y
caudaloso del mundo. Si bien son solo 120 kilómetros de orilla, ha sido
fundamental para el desarrollo comercial, social y económico del Departamento
de Amazonas, y principalmente de su capital, Leticia; además de ofrecer una
de las mayores maravillas de biodiversidad al mundo, la presencia de especies
de fauna y flora únicas de la zona, como la Victoria Regia y el Delfín Rosado. Lamentablemente,
en el Desgobierno de la Etnia Cósmica, con un Falso Ambientalismo, la actitud
frente a los diferentes problemas que presenta este Cuerpo de Agua no ha sido
acorde frente a las soluciones que se requieren, tan solo una retahíla de
patrioterismo barato y de Agenda Privada, ya que no quieren a la Presidenta de
Perú (Dina Boluarte), y pareciera que se quisiera participar en un complot para
tumbarla ya que no le permitieron a Pedro Castillo seguir al frente del país
inca, debido a su incapacidad para gobernar, ni hablar de su cercanía con un
Delincuente de Cuello Blanco (Vladimir Cerrón). Ni hablar del espectáculo
payasesco del Precandidato Presidencial favorito de Gustavo Francisco, el
chillón Daniel Quintero Calle alias Quinterín.
Mientras se arma
este barullo político que le sirve tanto a Petro como a Boluarte de Cortina de
Humo, evadiendo los problemas reales de ambas naciones, nadie se ha detenido en
un problema que está ahí desde hace varias décadas: el Río Amazonas se está
secando paulatinamente, y en menos de cincuenta años, Leticia (Amazonas) podría
perder su costa sobre el río, el cual vería reducida en proporciones no
calculadas, su cauce; lo que traería unas consecuencias sociales y ambientales
sobre la zona de recorrido, las cuales podrían ser irreversibles si no se
toman medidas conjuntas (incluyendo obviamente a Brasil), se quedaría solo los
recuerdos de las películas “Fitzcarraldo” y “Aguirre, la ira de Dios”. Lo
que menos se necesita es una confrontación política y armada entre los países
que tienen costas e influencia del río más grande del mundo. El problema no es
el Islote de Santa Rosa (jurisdicción peruana), el problema es que se deben
enfrentar las consecuencias del cambio climático para por lo menos mitigar los
efectos sobre toda la zona. Estas acciones deben ser coordinadas por todos los
países de la Cuenca del Amazonas, con sensatez y trabajo macro, sin
patrioterismos baratos y populistas, propios de la Agenda Privada. Ojalá Quinterín
no llegue nunca a la Presidencia de Colombia porque sería capaz de armar una
guerra chiflada, donde todo el mundo saldría perdiendo.
Se recomienda leer
un trabajo hecho por la Universidad Nacional sobre el problema que presenta
actualmente el Río Amazonas, donde se puede leer el siguiente párrafo de la
Bióloga y Docente Silvia López: “Los
ríos son como cintas transportadoras, que, además de agua, llevan energía y materia”
... “Mientras tengan fuerza, transportan estas cosas, pero cuando la pierden,
las van soltando. En el caso del Amazonas, los sedimentos y materiales que
vienen desde los Andes se van depositando en el fondo del río. Con el tiempo,
esos sedimentos se acumulan y llegan a formarse bancos de arena que sobresalen
de la superficie del agua”.
El problema no es colocar banderas de falsa soberanía en islotes ni cuales
pertenecen a tal país, el asunto es que el río parece estar empezando un
proceso de secamiento, que podría traer nefastas consecuencias como su
innavegabilidad y la pérdida de especies únicas de fauna y flora. Eso sí, el
orden público es otro problema grande, dado que la zona es un corredor del
narcotráfico y la minería ilegal, con todos los grupos ilegales que hay en
todas las costas del gigante suramericano, que desemboca en el Océano
Atlántico, en territorio brasileño.
Otras afirmaciones
importantes sobre el tema, las ha dado el Profesor Santiago Duque a la Revista Cambio: “muchas veces nosotros entendemos los
ríos como si fueran estáticos y quietos. Pero los ríos se están moviendo, están
cambiando su cauce, cambian su velocidad” … “Es hacerle un guiño al río
para que nos tire el agua, para acá. Pero es sumergido, o sea, no le va a
quitar el agua de Perú, pero sí nos va a mandar a Colombia. Entonces era
frenar la erosión del lado peruano y hacer que el flujo se redistribuyera”. Se habla sobre una propuesta que hay
para hacer dragados en el lado colombiano y colocar unos espolones en el lado
peruano para evitar que el lado colombiano pierda las aguas del río en unos
años. Lamentablemente, la respuesta del Desgobierno de la Etnia Cósmica, no ha
sido la más adecuada, por ejemplo, las palabras de Gustavo Petro en la
celebración del siete de agosto en Leticia: "Colombia no reconoce la soberanía de
Perú sobre la isla de Santa Rosa".
Ni que hablar de doña Dina: "Nuestra isla Chinnería, con su capital
Santa Rosa de Loreto, es jurisdicción peruana y está dentro de nuestra
soberanía nacional, por lo que no hay nada pendiente que tratar con nuestro
hermano país del norte, con los hermanos colombianos". Aquí se
requieren más acciones conjuntas y menos patrioterismo barato y populachero.