El
Plan de Ordenamiento Territorial, más conocido como el POT, ha sido una de las
tareas que se han quedado pendientes de varias administraciones distritales, no
solo por la no adecuada preparación, también por la cantidad de intereses
creados ahí, no solo desde el punto de vista político, también económico y
social, en una urbe de ocho millones de habitantes. Y si no se hace un
debate serio y responsable, de cara a la comunidad, no habrá un buen POT para
Bogotá DC, que seguirá padeciendo las consecuencias de una mala planeación. El
POT vigente tiene veinte años de existencia, sin que hasta la fecha haya podido
ser modificado o haber sido reemplazado por otro que esté más concordante con
las circunstancias actuales; eso sí, toca anotar que primero toca ser concertado
con las localidades actuales, en un proceso largo, con muchos ires y venires,
luego pasarlo al concejo donde tratarán de meterle micos a la lata, así como
piedras en el camino y vendría la promulgación de la Alcaldía Mayor, y su
posterior examen ante los tribunales correspondientes para su aplicación. Ahora
la Bogotá Cuidadora de Claudia López, presentó un nuevo documento para el Plan
de Ordenamiento Territorial (POT), que tendrá un camino culebrero, pero que
entre los detalles que se conocen, trae las siguientes cosas.
“Este
POT crea por primera vez un tipo de suelo que se llama servicios
metropolitanos, con el propósito de que la industria pesada y la de los
servicios del Siglo XXI no tengan que competir por el suelo”. Puede
ser un aspecto positivo, si se tiene en cuenta que, en varios barrios de la
ciudad, los problemas de planeación, como en ciertos barrios donde las casas
grandes e históricas, son demolidas o adecuadas para industria, sin tener en
cuenta las condiciones de hábitat de la zona; con esto, se podría solucionar en
buena parte, este nefasto problema. De pronto la gran inquietud en este caso
sería los tributos que pagan los inmuebles que ya pasaron a ser de uso
comercial, así como se incentivaría la presencia de la industria en zonas
rurales, sin que se afecte el Medio Ambiente ni el Desarrollo Sostenible. Lo que,
si se debe ir evitando y erradicando, poco a poco, es la mezcla entre viviendas
e industrias, que provocan problemas de salud entre los habitantes, así como de
ruido y desvalorización de las casas.
“El
POT de Bogotá territorializa el cuidado, consolidando una red distrital de
equipamientos, que reducen desigualdades históricas, especialmente para las
mujeres, quienes se han dedicado a las labores del cuidado”. Positivo
que se realce la necesidad de mejorarle las oportunidades a las mujeres en el
acceso a empleo y beneficios sociales en el distrito, especialmente en las
madres cabeza de familia. Y aún más cuando se trata de mujeres que están
dedicadas al cuidado de menores de edad, población mayor y con discapacidad,
que generalmente no tienen remuneración ni seguridad social. Pero se debe
recordar que, en estos tiempos, también hay hombres y demás población, dedicada
a este noble y leal oficio, a quienes también se podría aplicar. Eso sí, se
necesita un plan de seguimiento para que no queden en vano las promesas hechas
en el POT en esta materia, por cuanto aún el oficio de cuidador se considera en
ciertos sectores de la sociedad, como algo no reconocible ni respetable ni con
derechos a retribuciones sociales. Que bueno sería aclarar si existen programas
de capacitación y actualización en el tema, con el fin de que este oficio se
considere como una gran alternativa laboral, no solo en el Distrito Capital,
sino en toda Colombia, ¿no creen?
“La
protección de la Estructura Ecológica Principal se convierte en innegociable.
En coherencia, el POT ordena la ciudad alrededor de esta estructura vital. Su
mandato es protegerla, renaturalizarla, reconectarla y consolidarla”.
Una ciudad como Bogotá DC, necesita no solo la creación de nuevos espacios
ambientales, también el mantenimiento y la reparación de los que actualmente
existen. Los niveles de contaminación ambiental crecen de forma preocupante
cada día, y si no se cuida la fauna y flora presente como debe ser, en pocos
años, la Atenas Suramericana pasará a ser una ciudad invivible, donde sus
olores se asemejarán a los de Doña Juana y Mondoñedo. Se necesita ser estrictos
a la hora de exigirle a las grandes industrias, mejorar sus Planes de Manejo
Ambiental, principalmente en lo relacionado a la emisión de gases y partículas,
por cuanto la ciudad ya no resiste más. Se verán muchos intereses económicos e
industriales tratando de poner arandelas en el asunto (tienen derecho a
defender su fuente de trabajo), pero el Distrito deberá ser enérgico a la hora
de implantar estos planes para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible,
sino que la Bogotá Cuidadora sea amable con el Medio ambiente y el Desarrollo
Sostenible.
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