Uno de los corredores viales
más estratégicos para el país es el del Alto de la Línea, célebre por sus
derrumbes y sus constantes historias de fraude en los procesos de construcción
y reconstrucción, donde se moviliza más del 50% de las exportaciones e
importaciones del país del sagrado corazón. Es un límite para el Parque
Nacional Natural los Nevados, junto con el corredor vial del Alto de Letras, al
norte del Nevado del Ruiz. Es muy frecuente hablar del frío que hace en dicho
lugar, cuando se tiene que esperar un buen rato ahí por la alta presencia de
derrumbes y unos cuantos problemas de inseguridad; pero la importancia
comercial para el país ha hecho que se piense en una carretera de verdad para
que minimizar los problemas que se vienen presentando, eso sí, tratando de
respetar el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible circundante; pero es una
historia de hace más de 50 años con graves hechos de corrupción (pregúntenle a
los Collins, polémicos contratistas), pero en los últimos días se han venido
presentando ceremonias de inauguración (lo que no garantiza la utilidad de las
obras hechas), y que en menos de 24 horas luego del último acto social, ya se
haya presentado el volcamiento de una tractomula.
En días pasados se inauguró la
“calificada
por expertos como la segunda de mayor complejidad geológica y técnica en la
construcción de túneles en el mundo” (Infobae); con una bandera de Colombia
expuesta en una de las barras de uno de los puentes pertenecientes al corredor
vial. Según el Director de Invías, Juan Esteban Gil con su frase (Infobae): “con
esta obra los colombianos podrán perderle el miedo a “La Línea”, un
corredor que generaba temor por la dificultad para sortearlo al volante, así
como por la posibilidad de quedar detenido por horas debido a accidentes viales
o congestión”. Algo típico del actual Gobierno (desgobierno) nacional es
exagerar sus obras como si fuesen maravillas universales, cuando en realidad se
está quedando pequeña frente a las necesidades que tiene el país, además de que
se seguirán presentando percances por obra de la naturaleza, o por la
irresponsabilidad de quienes van al volante; porque este es un país que no
adquiere conciencia sobre los problemas que se presentan ni asimila las
enseñanzas que quedan de todos estos problemas; el asunto es que siguen los mismos
tipos de contratistas, las mismas coimas, los mismos funcionarios corruptos y
el pueblo sigue jodido.
Pero como los problemas están a la vuelta de la esquina, al
día siguiente, Revista Semana registró este hecho presentado en el recién
inaugurado corredor de La Línea: “No obstante, a tan solo un día de
haber sido inaugurada, se registró el primer accidente: una tractomula se volcó
y su conductor quedó herido en el tramo final del viaducto de Yarumo Blanco, en
la doble calzada que desciende desde Cajamarca hacia Calarcá”. Cualquier
persona sensata desearía que todo saliese bien en esta nueva obra, porque lo
más probable es que este incidente vial puede desembocar en una caja de pandora
de corrupción, como ha sucedido en la mayoría de las infraestructuras viales de
este país, un enredo más notable que el oso de todos los miembros del gobierno
(desgobierno) nacional mientras rompían un cordón de inauguración del túnel al
lado de la injustificada estatua del nefastamente recordado ExMintransporte
Andrés Uriel Gallego, quien estuvo en dicha cartera durante ocho años, sin
hacer mayor cosa, tan solo calentó silla ahí por ser el amigo de Carnitas y
Huesitos, uno de sus alter ego, quien dejó por ahí a esos contratistas que le
han hecho tanto daño al país con sus serruchines y sus shows para tumbar,
tumbar y tumbar.
Nada se ha hablado de los efectos que pueda tener esta
megaobra sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, por cuanto no los
han querido destacar a los ya existentes, y ya vendrán los futuros, porque se
presume que esta obra durará un largo plazo, ya que se demoró casi 100 años en
construirla totalmente. Pero
como este desgobierno es indiferente a estos temas ambientales y de
sostenibilidad, los desecha como al Acuerdo de Paz, es mejor elegir bien el año
entrante a quienes puedan en cierta forma, contrarrestar los efectos de una
obra así. Pero como sus defensores no terminan de embarrarla, por ahí Eduardo
Pizano, un dirigente conservador muy cercano al expresidente Andrés Pastrana y
a Iván Duque Márquez, salió con una perla en las redes sociales, palabras más,
palabras menos: “miren como se construyó un puente en La Línea sin que
hubiese mayores afectaciones a la fauna y flora del lugar; esto mismo se podría
aplicar en la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) en la Sabana de Bogotá”. Cuando
la ignorancia y la grosería se juntan, salen unas barrabasadas así, no
señor, el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible se deben respetar.
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