martes, 19 de julio de 2022

ROE VS WADE

 

Pocas veces se ha visto un golpe tan terrible para los Derechos Humanos, que no solo implica un retroceso en el tiempo, sino en las garantías para la población más vulnerable a la pobreza, violencia y falta de oportunidades. El fanatismo religioso y político siguen haciendo de las suyas, mediante altas sumas de dinero y bufetes de leguleyada (artimañas) para imponer sus convicciones absurdas y peligrosas; incluso aliándose con personajes cuya vida no ha sido un ejemplo de virtudes, como Donald Trump en Estados Unidos, Vladimir Putin en Rusia y Álvaro Uribe Vélez en Colombia; todavía queda un camino largo y duro por recorrer, en aras de lograr una igualdad social y acceso a todos los Derechos Humanos habidos y por haber, más en tiempos de pandemia donde las restricciones han aumentado y el acceso a la salud se ha convertido en un lujo para los países más pobres (no es culpa de las EPS’s como lo quiere imponer cierta Ministra de Salud designada por un gobierno recientemente electo); basta con mirar a la falta de tratamientos médicos confiables en ciertas zonas de África, América y Asia, donde la gente se sigue muriendo por males que se creían aún desterrados, entre ellos, la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) o aborto.

 

¿Qué es el caso Roe vs Wade? En un caso histórico en EEUU, que se originó en 1969 cuando Norma Mc Corvey, quien por razones de seguridad se puso el pseudónimo de Jane Rode, quien habiendo quedado embarazado de su tercer hijo luego de haber sido violada en Texas (estado conservador), quiso acceder a la IVE, con la asesoría jurídica de las abogadas Sarah Weddington y Linda Coffee, pero el Fiscal de Distrito Henry Wade rechazó la petición alegando que el aborto en ese entonces estaba prohibido. Apelaron ante el Tribunal Mayor Federal, que les dio la razón y reversó la medida inicial, llegando a la máxima instancia judicial de Estados Unidos; la Corte Suprema de Justicia. En 1973 se dio el Fallo Magno, con una votación de siete jueces a favor y dos en contra, donde se consagró a la IVE (aborto), como un Derecho Fundamental que el Estado debería garantizarle a todas las mujeres, a lo largo y ancho de su territorio y jurisdicción. Al conocerse este veredicto, Jane Roe afirmó que lo hizo en nombre de todas las mujeres de Estados Unidos, y esto fue repitiéndose en cada rincón de la tierra, al punto de que hoy en día hay muchas alternativas para este tipo de casos.

 

Pero en diciembre del año pasado, se presentó una demanda que quería tumbar dicho fallo (cuando se contaba con una mayoría conservadora y ultrarreligiosa), y el pasado 24 de junio con una votación de cinco contra cuatro (ahí si no criticó el mojigato Ivanchis), se anuló dicha medida, alegando que se había hecho para el pseudónimo y no para la persona real, así como le devolvía a los estados la facultad de decidir sobre el cuerpo de las mujeres; ya hay dirigentes políticos gringos queriendo meter camándulas en los ovarios de las mujeres menos favorecidos y con menor acceso a los servicios médicos, pero que a la hora de admitir a corruptos como Donald Trumpilio no le ven ningún reparo religioso. ¿Se anuló este fallo? Como lo dice el informe de Alice Hutton para el Espectador: “Sostenemos que Roe y Casey deben ser anulados”, “escribió en un borrador de opinión fechado el 10 de febrero”. “Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo”. La anterior es la frase lapidaria del Juez Samuel Alito, Juez Conservador de la Corte Suprema”.

 

¿Lo anterior que tiene que ver con Colombia? Mucho, ya que, en el pasado mes de febrero, la Corte Constitucional dio un fallo de gran importancia sobre la IVE. En la columna 24 semanas (15/03/2022), con una votación de cinco contra cuatro también (y esta vez, criticada e injuriada por el mojigato Ivanchis), no solo despenalizó este procedimiento, sino que le dio un plazo de 24 semanas de gestación para desarrollar el trabajo médico. Pero a raíz de lo que pasó en Estados Unidos, muchas veces ultrarreligiosas han empezado a hacer propuestas absurdas para penalizarlo, aduciendo que les interesa la vida de los fetos (cuando no tienen ningún problema en decirles malnacidos y malnacidas), que debe haber conceptos religiosos (en un país laico, no hay derecho) y otros vericuetos. Se sabe que este Gobierno tiene un alto componente religioso y mojigato; es más, en días pasados se presentó una demanda ante la misma entidad judicial, por parte de un funcionario del Ministerio de Justicia pidiendo la anulación del histórico fallo, aduciendo que solo el Congreso de la República (entidad legislativa que le ha escurrido el bulto a este tema a lo largo del tiempo) puede definir en la materia mediante una ley. País de contradicciones.

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