El
pasado 28 de junio, la Comisión de la Verdad presentó su informe final, con
base en un trabajo de varios meses, con testimonios de víctimas del conflicto
colombiano en su mayoría, sobre las causas y consecuencias del mismo, haciendo
unas recomendaciones, que no son de obligatorio cumplimiento, pero que
necesariamente deben llevar a una reflexión sobre esta violencia que tiene a
Colombia en una tristeza profunda. En un solemne acto en el Teatro Jorge
Eliécer Gaitán, con varias víctimas, personajes de la actividad colombiana y con
el desplante (cobardía) del Gobierno (desgobierno) Duque, el Presidente de
dicha Entidad, Francisco de Roux S.J hizo un sentido discurso donde se
cuestionó el papel de indiferencia que han tenido el Estado y la Sociedad
frente a esta ola de terror y desangre que se ha venido presentando desde hace
más de cincuenta y cinco años; que no solo ha sido una simple confrontación
entre el mismo Estado Colombiano y la antigua guerrilla de las Farc, sino
también la participación de otros actores como el ELN, las AUC, la corrupción
política que también carcomió las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, y la
indebida participación de ciertos miembros de la sociedad, causando
irreversibles consecuencias en varios aspectos, para un país que anhela vivir
en paz algún día.
¿Cómo
se puede mirar este documento de 890 páginas que recoge los testimonios de 30
mil víctimas aproximadamente, quienes hicieron su aporte de manera libre y
voluntaria? Esto puede ser definido en el siguiente párrafo extraído del sitio
web de la Comisión de la Verdad, en una entrevista concedida por Eduardo
Pizarro, Analista de la Violencia en Colombia: “Colombia
requiere tanto de una verdad judicial como una verdad histórica, la verdad
judicial se refiere fundamentalmente a quién le hizo qué a quién, es decir,
determinar las responsabilidades individuales y las circunstancias específicas
en las cuales hubo centenares de miles de víctimas en Colombia”. Sin la verdad expuesta al público, jamás se podrá
lograr esa paz que tanto se busca; esta verdad debe ser aclarada no con ánimo
de venganza, sino con sanción, reparación y resarcimiento de todas las víctimas
de esta guerra absurda (que no merece llamarse civil, porque del adjetivo no
tiene nada), no es resumir a una Inseguridad Antidemocrática, perdón,
Seguridad Democrática, donde lo importante es contar la cantidad de muertos que
hay (todo vale); NO, es mirar al pasado para idear en el presente, la mejor
estrategia para recuperar el rumbo en el futuro del país.
¿Qué
dicen los integrantes de la misma (Comisión de la Verdad) sobre lo que quieren
expresar y los siguientes pasos a seguir para explicar al pueblo colombiano
sobre lo que paso y sus consecuencias? En un informe especial de France 24, el
Comisionado Oscar Castañeda Lasso afirma lo siguiente: "el protagonismo de las víctimas…las que proponen las
recomendaciones para la no repetición, son consejos de personas que ya tuvieron que pasar por el
conflicto armado y que experimentaron un sufrimiento muy grande".
Así mismo, la Comisionada Lucía Gonzales afirma sobre los pasos a seguir al
mismo medio de comunicación: “el país y por todos
los medios masivos de comunicación y comunitarios y alternativos contando la
esencia de lo que hemos encontrado y que el país debe conocer y le sirve para
construir esos propósitos de futuro”,
sobre que la divulgación y concertación con un país aún adolorido por todo que
ha pasado, y para eso, tendrán un plazo de 60 días contados a partir de la
fecha de la presentación de este informe, donde sin lugar a dudas, tendrán que
contar con el apoyo del Gobierno Entrante de Gustavo Petro y Francia Márquez
(quienes estuvieron en el Acto de Presentación en el Jorge Eliécer Gaitán).
Más allá de las ampollas que levante, principalmente de quienes se
oponen a la Paz como un método de solución a los problemas que agobian a este
Macondo, y que si se va a leer el documento o no, tenga en cuenta que Francisco
de Roux S.J (de la misma comunidad del Papa Francisco, un aliado del Proceso de
Paz), Lucía Gonzales y el Padre Leyner Palacios fueron hasta Rionegro a recoger
el testimonio del principal amigo de la guerra, Álvaro Uribe Vélez, en una
reunión con muchos tropiezos (insultos de Tomás y Jerónimo Uribe Moreno hacia los
visitantes), pero que sirvió para que un país empezase a mirar la guerra, no
solo desde un punto de vista balístico, sino también de la desigualdad social
que aún reina, del despojo de tierras a campesinos, indígenas y afros; sobre el
provecho que han sacado de la violencia la clase politiquera corrupta, y
principalmente, el porqué debe mirarse lo bueno de que haya paz aquí. Por eso,
independiente del concepto que se tenga sobre la historia colombiana, antes de
emitir un concepto u opinión, tenga en cuenta de que hay víctimas directas e
indirectas, que aún padecen las consecuencias de la guerra, que no es
cuestión de bandoleros y pistolas, es de buscar la justicia social.
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