martes, 28 de junio de 2022

LA ELECCIÓN 2022

 

El pasado 19 de junio, veintidós millones y medio de habitantes de este país inentendible y alegre a la vez, acudieron a las urnas para una segunda vuelta presidencial, donde ganaron Gustavo Francisco Petro Urrego (Presidente) y Francia Márquez Mina (Vicepresidenta), en representación de una coalición mayoritaria de movimientos de izquierda, algo imposible a finales del siglo pasado, y que sin lugar a dudas, ha marcado un hito no solo en la Historia Nacional, sino en Latinoamérica, ya que Colombia era el último bastión que le había sido esquivo. Obtuvieron once millones doscientos ochenta mil votos aproximadamente (la cantidad de votos más alta que haya obtenido una candidatura presidencial), frente a sus únicos contendores, que componían la fórmula de Rodolfo Hernández Suarez (Presidente) y Marelen Castillo (Vicepresidente), quienes obtuvieron la segunda votación más grande de la historia, con diez millones quinientos ochenta mil votos más o menos. Y ahora para Petro y Francia se les viene el mayor reto, gobernar unidos y con planteamientos de izquierda en un estado que ha estado dominado por la derecha durante más de doscientos años (aunque varios dirigentes tradicionales se embarcaron en la nave del Pacto Histórico), donde pueden surgir las siguientes características.

 

Primero, recuperar el camino para la implementación del Acuerdo de Paz, suscrito entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla de las Farc, hoy transformada en el movimiento político Comunes. Sin lugar a dudas, la negligencia del Gobierno (Desgobierno) de Iván Duque (Álvaro Uribe Vélez en Cuerpo Ajeno), le ha traído muchos problemas al mayor anhelo del pueblo colombiano en los últimos diez años, desde que se iniciaron los diálogos en La Habana (Cuba). Hay que reconocer que la designación de Álvaro Leyva Durán como futuro Canciller, le da un aire a este proceso, ya que Leyva ha sido una persona que ha buscado los diálogos con esta guerrilla desde el siglo pasado, que le ha valido reconocimientos, pero también muchos enfrentamientos con personajes de la ultraderecha que quieren solucionarlo todo a punta de plomo. El gran objetivo en este caso sería avanzar en el trabajo sobre el mismo, así como dejar bien solidificado otro Diálogo de Paz con el ELN para el siguiente gobierno. ¿Qué piedras podría encontrar en el camino? Las apariciones del disidente Iván Márquez, tratando de colarse o de atravesarse en los distintos trabajos que se hagan en la materia. No se debe olvidar que el Presidente Electo, Gustavo Petro, fue un antiguo guerrillero del M-19 que se reincorporó a la vida civil y cumplió el Acuerdo de Paz que se firmó en 1990.

 

Otro factor clave en el triunfo de la izquierda fue la presencia de Francia Márquez, así haya quienes desestimen este tema, pero es que es una víctima del conflicto interno, así como una Líder Social y Ambiental (quien ha sufrido amenazas de muerte en su natal Cauca). Se puede decir con total seguridad, que, si en el Pacto Histórico la hubiesen desechado como su fórmula vicepresidencial, otro hubiese sido el rumbo de estas elecciones presidenciales. Pero lamentablemente, aún en la alianza ganadora hay quienes consideran que Francia no es importante y que se debe guardar en el Cuarto de San Alejo, lo cual es una falta de respeto. Ella puede contribuir no solo en el tema de la Paz, sino también en el Medio Ambiente, ya que su trabajo en su zona de residencia, para denunciar y parar la minería ilegal, así como el narcotráfico, le ha valido experiencia y reconocimiento, tanto a nivel nacional como internacional; sería una buena Ministra del Medio Ambiente o encabezar una Comisión que vigile la implementación del Acuerdo de Paz o la búsqueda del diálogo con el ELN.

 

El último tema, que, aunque no suena tan importante, pero que, si es vital para que el nuevo gobierno sea aceptado, es el de bajarle fuerza a la polarización que reina en el país. Se puede entender que como la izquierda nunca ha gobernado en Colombia, quieran sentarse sobre la burocracia colombiana, pero que importante es el Diálogo Nacional que se está empezando a abrir, incluso con los radicales de derecha (¿cierto Carnitas y Huesitos?), que tuvieron que tragarse ese sapo amargo de la Presidencial del Congreso para Roy Barreras; pero en las actuales circunstancias, se necesita la unión de las fuerzas vigentes para que este país, que aún no se recupera de la pandemia, salga a flote y logre ese liderazgo en la región que se había tenido durante los ocho años del gobierno de Juan Manuel Santos. Pero viene un adendo importante; parar en seco la famosa bodega petrista, que tiene contactos con un Senador de Izquierda reelecto y su Unidad de Trabajo Legislativo, que no pueden seguir asuzando a la agresividad y la propaganda negra, que llegó el momento de poner la cabeza fría. Si Petro y Francia unidos logran lo anterior, sus cuatro años serán de un trabajo efectivo, de lo contrario, estarán tambaleando constante, como Iván Duque durante el estallido social del año pasado.

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