De esos países con un pasado, presente y futuro triste,
donde lo único positivo serían Miguel Ángel Asturias y Rigoberta Menchú, con un
sinnúmero de dictaduras, guerras civiles y terremotos, se podría describir a
Guatemala, en los límites entre la Mesoamérica y América del Norte (según
ciertos mexicanos que se creen más gringos que latinoamericanos). Un país
pequeño, con una situación económica precaria, donde no se respetan los DDHH,
el progreso no se ve y lo más triste de todo, el populismo de derecha (igual de
nefasto al populismo de izquierda) se quiere apoderar de lo poco que queda, así
sea a las malas. No es de extrañarse que hubo dictaduras macabras como la del
Sicópata Efraín Ríos Montt, donde las masacres dominaban el ambiente y al
Dictador de Turno, se le consideraba un rey, al que se le debía apoyar y
obedecer en cualquier estupidez político y/o acribillamiento de la población.
Tiene muchos vestigios del pasado maya que valdría la pena conocer algún día,
pero desafortunadamente la situación actual, lo hace inviable para el turismo,
no tiene la infraestructura adecuada para tal fin, ni las grandes aerolíneas ni
cruceros lo tienen en cuenta para una caravana turística. Y lo peor, su
situación puede pasar de Guatemala a Guatepeor, como dice el refrán popular.
¿Qué tiene que ver esto con Colombia? En 2015, cuando
llegó el derechista y uribista gobierno de Jimmy Morales (Comediante de
Profesión, pero que no lo fue y mucho menos Presidente), el estado se
comprometió a crear y apoyar junto con la ONU la “Comisión de Naciones Unidas
contra la Impunidad y la Corrupción en Guatemala (CICIG)” para investigar todos
los casos de corrupción y violación de DDHH que se tenía en conocimiento. Para
tal fin, se nombró en la Dirección de la CICIG al Jurista Colombiano Iván
Velásquez (ExMagistrado de las Altas Cortes y quien había tenido varios
enfrentamientos con cierto ExPresidentico). Todo empezó a ir bien, pero
cuando las cosas llegaron a las altas esferas del poder guatemalteco, le
molestó al gobernante de turno, quien empezó a declararle y hacerle la vida
imposible a Velásquez y la CICIG, acusándola de sesgo ideológico y querer
imponer el inexistente castrochavismo (tal como lo pregona ese tal Centro
Democrático). La situación se volvió insostenible, los malos tratos hacia
la entidad, hicieron que la ONU levantara su voz de protesta y el gobiernito de
ese tal humorista, en vez de acatar y respetar; se las dio de víctima, vociferó
un montón de mentiras para justificar lo siguiente.
El cinco de septiembre de 2018, en un acto populachero y
propio de los gobiernos fachos y arrogantes, el Gobierno de Guatemala expresó
lo siguiente (BBC): "Por razones de orden y
seguridad pública, el señor Iván Velásquez Gómez, de nacionalidad
colombiana, tiene impedimento de ingresar al país". Los únicos que se pusieron felices con la decisión de un
gobierno impresentable y corrupto, fueron los miembros ultraderechistas del
uribismo como Francisco Santos y Fernando Londoño Hoyos; imagínense los enredos
que tenía esto para alegrar a la ultraderecha colombiana. Lo anterior, fue
justificado en la decisión de un tal Consejo Nacional de Seguridad, que parecía
tener más de cómplice de la impunidad y la corrupción que otra cosa (BBC): "por
considerarlo una persona que atenta contra el orden y la seguridad
pública; afectando la gobernabilidad, institucionalidad, justicia y la paz
del país". De haber sido cierto semejante adefesio, no creo que Iván
Velásquez hubiese soportado en la propia Colombia, las injurias y calumnias
durante la “Seguridad Democrática” que desgobernó al país entre 2002 y 2010; una
estupidez solo ocurre en un estado cuya clase política tiene la conciencia tan
pequeña y putrefacta, son capaces del todo vale.
Pero se debe ver las cosas con mayor contexto. Guatemala
actualmente es regido por el Médico Fernando Giamatei, un Médico con Ideología
de Derecha (al igual que el chistoso Morales); que poco antes de asumir la
presidencia en 2019, cometió la siguiente estupidez; viajar a Venezuela para
reunirse con el entonces Presidente Interino, Juan Guaidó, llegando a Caracas
con una simple visa de turista; las autoridades venezolanas (así sean
insensatas) lo sacaron de inmediato del país porque no pudo justificar
semejante absurdo. En sus primeras declaraciones, recordó el carácter
guerrillero del Presidente Petro, diciendo quera irascible, que no respetaba
las soberanías y que le proponía dialogar en la próxima cumbre de la CELAC que
se realizará en Buenos Aires (Argentina). Pero en materia de imprudencias
no se queda atrás el Presidente Petro (quien ha tenido un manejo desafortunado
en este tema, al igual que el estallido social en Perú, en vez de hacer
llamados a la cordura, ha echado más combustible a los incendios generados); se
ha desnudado la poca paciencia y diplomacia que hay en el gobierno del Pacto
Histórico, muy dado a aliarse con personajes de dudosa reputación, así como la
gente menos apta para ocupar ciertos cargos, ejemplo ICBF. Y lo más complicado,
el gobierno colombiano se enredó en el tema de elecciones presidenciales en
Guatemala, que se llevarán a cabo en el presente año.
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