Las
Redes Sociales se han convertido en la influencia más grande del mundo, dado
que no solo facilitan las comunicaciones entre las comunidades, también son
los mejores vertederos de todo tipo de sentimientos y situaciones que depara la
vida. Famosos y no famosos, líderes y gente del común, estrellas y simples
habitantes, expresan sus más profundos deseos y casos de vida que tienen, para
bien o para mal, pero no es sino que publique algo en cualquier red social, y
al minuto, ya todo el mundo está opinando, matoneando, despreciando y hasta
aconsejando, según el “marrano” y la “preparación” que se presente. Es
someterse a una de los peores tribunales de justicia; el de la gente desocupada
y sin tener idea de lo que ocurre, son capaces de expresar las mayores barbaridades,
con tal de hacerse notar, así sea ganando un fav o RT. Ni el estrato social, ni
el país de donde vengan, ni su ideología político y/o personal, salvan a nadie
de un escarmiento putrefacto que se da en las redes sociales así exprese o
muestre algo; unos dirán que es un deber soportar, ya que se hizo público
algo, pero no se justifica la humillación ni la muerte moral que se puede dar.
Cuando
nace una criatura, muchas veces exponen sus fotos sin siquiera haberles quitado
el cordón umbilical, y ya se encuentra la caterva de influencers, youtubers y
demás especímenes de la arrogancia y la violencia con frases como: “pero que
adefesio, ¿ya le revisaron el prontuario criminal?....”ay no, pues el Albert
Einstein, debería esconder la familia”….”una criatura, un fenómeno”…entre
otros. Peor aún cuando muere alguien: “se murió y nadie lo llora”…”¿alguna
vez existió?”…”llevarle al carro de la basura”…y no es solo a nivel
nacional o continental, ya se apoderó del mundo está fiebre de prejuzgamientos
peligrosos, donde se incluyen también las nefastas fake news. Ya se conoce
gente que ha decidido mandar la carajo (por no decir otra palabra no tan
castiza) a estas redes, para ver si pueden tener algo de tranquilidad. Dicen
que la prudencia es el mejor remedio, pero también se debería vigilar el
respeto y la tolerancia hasta lo que expresa la gente a través de facebook,
twitter, instagram, tiktok, linkedin, y demás plataformas que pueden
representar una fuente de empleos y de generación de dinero, o la peor arma social
para destruir vidas y arruinar el motivo de vida de una o varias personas.
Ni
hablar de las famosas Bodegas, en su mayoría administradas por liderazgos
políticos negativos, que al no tener los suficientes argumentos para debatir;
se dedican a pordebajear la honorabilidad de quienes no están de acuerdo, les
echan a sus aúlicos estúpidos para destruir su reputación, corriendo la línea
de ética para el todo vale y tratando de destruir a gente; en EEUU, se vió
el mejor ejemplo con la toma del capitolio del pasado seis de enero de 2021, y
en Colombia con la campaña política que obtuvo la presidencia (¿cierto Isabel
Zuleta y Sebastián Guanumen?). Es más, en Miami dicen que hay un Asesor de
Campañas Políticas, de nacionalidad venezolana que ha obtenido millones de
dólares a través de sucias estrategias en las redes sociales, tan solo para
satisfacer a unos liderazgos de ultraderecha en la región, que nada le aportan
al progreso, tan solo dañan el ambiente y agreden a quienes no están de
acuerdo. Es un ciclo que se va repitiendo y cada vez tomará más fuerza, por
cuanto las Redes Sociales (que no son totalmente culpables de este desagradable
fenómeno) crecerán cada vez más, y en un futuro no muy lejano, gobernarán el
mundo sin pudor y con un cinismo que podrá llevar a olas de violencia, incluso
convertirse en guerras.
¿Cuál
es el mejor escudo para protegerse, en cierta forma, de estos cybervenenos? El
primero es aplicar un mandamiento que dice: “NO DAR PAPAYA”. La
última palabra para expresar algo la tiene cada individuo, pero sí se
recomienda tener una prudencia y recordar que el mundo, a la hora de prejuzgar,
puede convertirse en el peor enemigo. Si alguien quiere salir desnudo, debe
tener claro que el mundo se le va a venir encima, bien sea para alabarle ese hecho
o para tildarlo de “inmoral”, “pervertido”, y someterse a linchamientos a
través de las Redes Sociales. Que, si quiere recordar una fecha especial,
tendrá que tener la suficiente cabeza fría para confrontar la caterva de
insultos y polémicas que se le vendrán encima; si decide lanzarse a cualquier
cargo político, tendrá que aguantar el escrutinio vulgar y ácido de su Hoja de
Vida, y peor aún, cuando tenga algo que genere duda. El número de influencers,
youtubers y demás especímenes irán creciendo, se volverá una alternativa de
empleo (teletrabajo), que serán bien remuneradas en su mayoría, por mentes que
pretenderán dominar el mundo (así sea con estupideces) y generar el caos en el
Planeta Tierra, que quien sabe, si podrá aguantar por un buen tiempo.
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