Como
una muestra de que la transición energética no se puede hacer a las carreras ni
a los gritos como lo pretenden Gustavo Petro e Irene Vélez, en estos días se
está dando una discusión con argumentos sobre la posibilidad de abrir un
proyecto petrolero en el Estado de Alaska (EEUU), que tiene una de las reservas
petroleras más grandes del mundo. Se trata del Willow, localizado en North
Slope en este estado, que aparte de petrolero, tiene una de las Reservas
Naturales más admiradas del planeta; pero en este debate no se quiere
restringir el trabajo del personal en hidrocarburos ni de prohibirlo porque si,
mientras se da el camino hacia las energías limpias, no de la noche a la
mañana. Se debe tener en cuenta que EEUU es uno de los mayores productores de petróleo,
así como uno de los poseedores de reservas de hidrocarburos más grandes del
mundo, y que recientemente volvió a incorporarse a los compromisos de
transición energética, bajo el gobierno de Joe Biden, luego de que el anterior
presidente, Donald Trump, lo retirase bajo premisas económicas que nunca se
pudieron probar. Queda demostrado que la transición energética se tiene que dar
paso a paso, y requerirá tiempo y paciencia, no imposiciones.
Ya el Gobierno Biden
había anunciado la intención de restringir los trabajos petroleros en este
estado, lo que trajo una polémica con los ambientalistas, quienes aparentemente
ven una contradicción en su política energética. ¿Cómo se podría justificar?
Conocco Phillips, multinacional que trabajará en este proyecto, dice (Infobae):
“la decisión correcta para Alaska y nuestra
nación”. Eso sí, otros dos proyectos
similares fueron rechazados de plano, con lo que se limita a un máximo de 199
pozos petroleros para trabajar y tuvo que renunciar a un área de prospección de
68 mil acres de arrendamiento en la Reserva Petrolera de Alaska. Pero se le
sumaría un escándalo que si puede tener repercusiones mayores, a continuación
se expondrá el párrafo de Infobae: “La orden, una de las más importantes del
mandato de la secretaria del Interior, Deb Haaland, no fue firmada por ella
sino por su adjunto, Tommy Beaudreau, que creció en Alaska y mantiene una
estrecha relación con los legisladores estatales. Ella guardó silencio
notablemente sobre el proyecto, al que se opuso siendo congresista de Nuevo
México antes de convertirse en secretaria del Interior hace dos años”. Este
es el principal inconveniente, ya que unos Abogacía bien experta en la materia,
pueden demandar antes los altos tribunales de justicia de EEUU, y se podría
caer, lo que dejaría sin trabajo a nadie, y la polémica viva.
¿Qué dicen los Ambientalistas? Están furiosos
y escandalizados. "Willow es una traición atroz", lo afirmó Ellie Cohen,
Presidenta de The Climate Center (France 24), y se espera que no se queden
quietos, y que demanden dicha decisión ante las cortes, a sabiendas de que no
fue firmada por quien debería firmarla; mejor dicho, esta discusión va para
largo, lo que demuestra que el camino de la transición energética es largo y
que las decisiones que se deban tomar, se harán con base en argumentos técnicos
y no con campañas políticas. Mientras tanto, en Alaska las decisiones están
divididas; mientras la Alcaldesa de la ciudad de Nuisqut, Rosemary Ahtuangaruak,
se opone al proyecto por las consecuencias que podría tener sobre la fauna,
flora y estilo de vida de la zona (mayormente poblada por etnias); la
Representante a la Cámara por el mismo estado, demócrata y de la etnia Yup´ik: “tal
consenso en la región y en todo Alaska de que este proyecto es un buen
proyecto” (France 24). Expertos en la materia de hidrocarburos afirman que
se podrían producir 180 mil barriles de crudo por día, generar 2500 empleos en
la construcción y otros 300 a largo plazo, miles de millones de dólares para un
estado, si bien republicano, uno de los mayores proveedores de ganancias para
EEUU. El debate sigue latente.
Aquí no se puede tomar partido por nadie, ni
armar escándalos ni nada por el estilo. Simplemente es un paso que se está
dando dentro de la transición energética, que prohibir la exploración y
explotación petrolera no aporta nada, aún para construir fuentes de energías
limpias se requiere logística que se mueve con energías fósiles; y por otra
parte, si EEUU quien lidera la emisión de gases carbónicos al planeta y por
consiguiente la contaminación, aún está en este difícil tramo, Colombia, que
no aporta casi nada a esta problemática, debería tomar las cosas con más calma
y analizar bien lo que va a hacer, consultar al personal experto en la materia
(lástima la salida por la puerta de atrás de la anterior Viceministra de Minas
y Energía). El ambientalismo fanático y tirando todo por la borda no es la
solución para lograr la transición, no se le puede decir a alguien que ha
trabajado en la industria petrolera durante un buen tiempo, que de la noche a
la mañana vaya a laborar en otras fuentes de energía, sin una preparación
adecuada, la transición no se hace a punta de bandazos, sino con proyectos
organizados a mediano y largo plazo.
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