miércoles, 29 de marzo de 2023

ADEFESIO POLÍTICO

 

En el congreso colombiano, un lugar donde se han visto las peores pasiones, las más desbordadas ambiciones y el serrucho más filudo y mortal de todos los tiempos, suelen pasar cosas increíbles; desde proponer una ley como prohibir la entrada de ciudadanos chinos bajo preceptos religiosos hasta aprobar una reforma política que contenía una camada de micos cargados de veneno y anticolombianismo, pero que ante la presión general, los padres putativos y mercenarios de la patria, tuvieron que hundir. Ha ocurrido una y otra vez en la existencia de esta Patria Boba, y no se escapan las Asambleas, Cabildos y Juntas Administradoras Locales. En fin, la Rama Legislativa, de vital importancia para la existencia constitucional del país, también le ha dado un sinnúmero de dolores de cabeza, con consecuencias que aún los colombianos de a pie están pagando con sus impuestos, y que, por ende, debería servir de escarmiento para que en las próximas elecciones se vote bien, y no por la aguamasa politiquera populista de siempre (Pablo Escobar, Santofimio, Parapolítica, parientes de La Gata, Libretistas ávidos de cultura traqueta, en fin). El caso de la presente columna parece un chiste, pero hubiera sido una gran tragedia y un retroceso en democracia de 50 años, si se hubiere aprobado.

 

En la primera legislatura donde ya le tocó asumir (pero aún no trabaja) al gobierno de Gustavo Petro, se presentó una Reforma Política (Adefesio Político), que pretendía ser el cambio. Ya se empezaba a rumorar de todos los micos que contenía el proyecto desde ese entonces, pero la aplanadora de ese tal Pacto Histórico se impuso en su primera vuelta legislativa sin  mayores problemas, salieron a vacaciones los parlamentarios, y nadie se volvió a acordar de la misma, que ya contenía vulgaridades como: puerta giratoria para congresistas que pudiesen asumir cargos en el ejecutivo, listas abiertas y cerradas que podían ser designadas a dedo y no con el rigor necesario para la democracia, desaparición de inhabilidades para que ciertos padres de la patria de polémica reputación pudieran aspirar a cargos ejecutivos de elección popular, lo único que faltó fueron los Yidis y Teodolindos con matera incluida para que incluyesen la reelección inmediata y perpetua del gobernante de turno, algo que les gustaría a muchos miembros de la bodeguilla petrista. Pese a las múltiples advertencias sobre todo los micos que contenía, a las directivas de las cámaras alta y baja (encabezadas por el Senador Roy Barreras y el Representante David Racero, respectivamente), no les importó un carajo.

 

Llegó el nuevo período legislativo y ya se veía venir el problema que se iba a formar con semejante adefesio político. Empezaron las voces mojigatas y moralistas en el ente legislativo pidiendo que se hundiera semejante proyecto, como si no hubiesen tenido la oportunidad de detenerlo en el primero momento. Llegó la quinta votación, hubo gritos y lamentos, pero Roy pidió aplazar la votación del mismo, a ver si le daban un poco de oxígeno, pero no fue suficiente, al día siguiente, el adefesio político fue hundido como bolsa negra de la basura tirada al carro recolector, con el gesto simbólico del hombre fuerte del congreso rompiendo el escrito del proyecto, junto con las lágrimas falsas del Mininterior Alfonso Prada y del propio Presidente Gustavo Petro (al mejor estilo de Fernando Londoño Hoyos con el Acuerdo de Paz), pero la polémica sigue ahí y deberá aclararse todo cuanto antes, porque una cachetada así contra el país, no se debe volver a repetir. Un detalle que si ha dolido; el Senador Ariel Ávila, célebre por investigar y destapar el escándalo de la parapolítica, quien fue ponente de este proyecto desde su primera vuelta, estuvo muy callado y ausente de estos debates, sobre todo a la hora de aclarar todo este meollo que se formó.

 

Dicen que volverán a presentar otro Adefesio Político, perdón, Reforma Política en la próxima legislatura, cuando se hayan cambiado de juntas directivas de ambas cámaras, pero este detalle deja mucho que desear y que no se puede esperar mucha responsabilidad en las Reformas a la Salud, Pensional y Judicial; porque el gobierno llega con una cosa que quiere imponerla, luego cede en todo, después trata de imponer de nuevo su criterio, no hay consensos y por consiguiente, nada de lo que se proponga, será digno de confianza. Y eso que la oposición aún está dormida, si bien el Centro Democrático y Cambio Radical se declararon en esa zona, aún siguen muy dispersos en sus conceptos, lo que haría que el trabajo del gobierno fuese más fácil, pero no, desde la misma Casa de Nariño, se han empeñado en ser el cambio para volver a lo mismo, al mismo estilo de Álvaro Uribe en 2002, el todo vale. Lo más triste de todo, es que aún faltan más de tres años para que este circo se vaya, mientras tanto seguirán los escándalos de este tipo, sumando a los Nicolases y Juan Fernandos; la izquierda colombiana resultó igualita a la derecha.

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