miércoles, 1 de marzo de 2023

EL DESARRAIGO

Se puede entender al desarraigo como la más triste condición luego del desplazamiento, detención o crimen. Le puede pasar a cualquier persona, esté viva o muerta, cuando se encuentra en vulnerabilidad frente a un régimen o un conflicto donde no se respetan los derechos humanos, es como si no  hubiera nacido, no tuviese nacionalidad, incluso, no tuviera derechos humanos ni a nada. No es cuestión de que le quiten la identificación a alguien, es que le quitan el derecho a existir y opinar; entrar a un limbo de donde difícilmente podrá salir y sus secuelas quedarán durante el resto de vida, sin que se pueda hacer mayor cosa. En Colombia ha pasado (incluso en el actual gobierno) a lo largo de su Patria Boba, donde quienes no rezaban era objeto de persecución de jerarcas arrogantes y con mucho poder (caso Monseñor Miguel Ángel Builes), o cuestiones personales no aceptadas en la época (Porfirio Barba Jacob), incluso, quienes han sido desposeídos de sus tierras para que lleguen grupos ilegales y hagan lo que se les venga en gana; quienes han tenido que huir de sus hogares por convicciones políticas porque no son aceptadas en la región (consecuencias del Frente Nacional). Este fenómeno se da a nivel mundial, y existen los siguientes ejemplos.

 

La miserable invasión de Rusia a Ucrania, con la segregación descarada de varios terrenos al este del país (Donbas), como si la bandera amarilla y azul no tuviese derecho a existir, por las excentricidades de un politiquero llamado Vladimir Putin, otrora agente secreto de la nefasta KGB; quien predica un falso patriotismo, tan solo para hacerse homenajes con conciertos y marchas con empleados forzados a realizarlas a su alrededor. Mientras tanto, Kiev y el resto de poblaciones ucranianas tienen que padecer los bombardeos y ataques cobardes por parte de las fuerzas rusas bajo la asesoría del Paramilitar Grupo Wagner (¿convivir de Putin?), en una barbarie donde se ve la desproporcionalidad de las fuerzas armadas de ambos países. ¿Qué puede hacer Volodymir Zelensky, Presidente de Ucrania? Clamar por ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea, afrontar casi directamente el conflicto, pero se le debe reconocer el apoyo psicológico que le ha dado a su país (quedando al frente del cañón, como dirían algunos), resistiendo la embestida del ególatra presidente ruso, quien creyó en un principio que en cuestión de días o semanas, se haría dueño de unos de los principales proveedores de cereales y granos, así como fertilizantes para cultivos en el mundo, y no ha podido lograrlo.

 

Nicaragua bajo la tiranía de dos momias (Daniel Ortega y Rosario Murillo), es otro ejemplo. El Sandinismo se ha convertido en una especie de monarquía anárquica del país centroamericano, negándole los derechos básicos a su población, y cualquier amago de protesta justa, es objeto de los peores vejámenes por parte de unas fuerzas militares corruptas con vicios de hampa. Ortega aún sueña con ejercer soberanía sobre la Piedra del Cocuy (el sitio más oriental de Colombia), mientras que a todos los opositores no solo ha mandado de forma injusta y absurda a prisión o al destierro, sino que ha hecho algo peor para el desarraigo; los echa del país y los vota en el extranjero (como lo hizo en días pasados en EEUU), quitándoles su nacionalidad bajo unas leyes absurdas, negándoles el derecho a tener una patria por la cual luchar. Mientras tanto, en medio de su rasca y la de Murillo, sigue dando unos discursos de Emperador Delirante y Tirano de Quinta Categoría; quiere permanecer en el poder por secula seculorum, alcahueteado quizás por Díaz Canei en Cuba y Maduro en Venezuela (solo por hablar a nivel regional). El repudio que se ha ganado en el continente es casi unánime, ni siquiera ha colaborad para ayudar en la inmigración hacia EEUU por la frontera terrestre con México que sigue su curso.

 

Existe el de Myanmar contra la minoría musulmán, que ha encontrado en Bangladesh (uno de los países más pobres del mundo); en Etiopía el surgimiento de pequeñas repúblicas se ha dado como respuesta al desarraigo que se le ha impuesto a las minorías. Ni hablar del Apartheid en Suráfrica (donde solo podían existir los blancos, y los negros eran sometidos a las peores humillaciones hasta los años noventa), Haití donde el hampa gobierna y hace lo que se le venga en gana. Se podrían seguir mencionando ejemplos, ya que seguirán ocurriendo en un mundo donde los extremos populistas y nacionalistas seguirán buscando ganar terreno e imponer sus arsénicos conceptos donde quien no esté de acuerdo, será desarraigado de por vida, para no enojar a ídolos como Hitler (y su desarraigo contra los judíos), Stalin y los destierros a la inhóspita Siberia, y el Yemer Rojo que destrozó Cambodia en los setentas. Dirán muchos que es fácil detenerlos en las urnas, pero también hay que estar pendientes de que no permeen las instituciones estatales como las Fuerzas Armadas de cualquier país, que no tengan mayor llegada a los Medios de Comunicación y evitar su apoderamiento de las Redes Sociales.


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