miércoles, 6 de septiembre de 2023

EL TAL ACUERDO

 

La presidencia de Gustavo Francisco Petro Urrego ha sido una de las más cuestionadas, no solo por la cantidad de escándalos que hay en su alrededor, también por los absurdos enroques (el regreso de Laura Sarabia al Gobierno en la Dirección de Prosperidad Social), así como la pasividad frente al caos en el orden público (les importa más lo que digan los ilegales que el mismo pueblo colombiano), y los mensajes contradictorios donde dice querer dialogar pero al mismo tiempo asusa a las masas (bodegas petristas) a salir a marchar y agredir en las redes sociales a quienes no estén de acuerdo con él. En días pasados, en la instalación de las sesiones del Congreso de la República, el Presidente mencionó las siguientes palabras (Presidencia de la República): “Yo convocaría al país al Acuerdo Nacional en esos términos, a hacer realidad la paz, a acabar la fase de la guerra, de la insurgencia con el Estado y a no dejar prosperar la tercera violencia que ya viene, que ya está, el de las economías ilícitas y las bandas armadas pululando por todas partes”. Suena noble de su parte, pero hay que tener en cuenta que todos los días molesta con el supuesto golpe blando que dizque le quieren dar, sin mostrar mayores pruebas.

 

Para convocar el tal Acuerdo Nacional, se deberían cumplir mínimo tres condiciones para que el diálogo por lo menos fluya, y no sea tarde cuando se lleguen a unos acuerdos, cuando el gobierno ya esté de salida:  Primera condición, acabar con las famosas Bodegas Petristas, esto también aplica al Uribismo. No hay derecho a que alguien que llegue a cuestionar algo del gobierno, sea pisoteado en su honorabilidad por unos ciber vándalos en las Redes Sociales, muy cercanos a cierto libretista y candidato a la Alcaldía de Bogotá (¿cierto Gustavo Bolívar?), quienes promueven la violencia en el internet de una manera descarada y cínica; es cierto que no debe gustar que alguien cuestione a su gobierno por ideología y/o acciones, pero también debe haber espacio suficiente para el debate sano, recordando que la Constitución de Colombia consagra el derecho a apoyar el gobierno de turno, ser independiente u oposición. Ni qué decir de los ventiladores que están prendiendo Juan Fernando Petro (hermano del presidente) y Nicolás Petro (hijo mayor del Presidente), donde se está demostrando que su campaña recurrió a los mismos métodos que la clase política tradicional para imponerse y continuar con el todo vale, como si fuese bueno en un gobierno de izquierda, siendo que es igual de mezquino que en uno de derecha.

 

Segundo, todo proyecto legislativo, incluyendo las reformas, deben ser concertadas, y no impuestas por simple sectarismo ideológico. El caso más sonado es el de la Reforma a la Salud, que aún sigue viva en el Congreso, pero que no ha tenido mayor debate ni estudio, ya que los Ministros de Salud (Carolina Corcho y Guillermo Alfonso Jaramillo), no son muy dados al diálogo, además de que viven con una obsesión injustificada contra las EPS; es cierto que hay algunas que no han dado resultados, pero las que están funcionando no deben pagar los platos rotos. La Reforma Laboral, que se hundió en la sesión pasada del congreso, volverá a tener un chance en este período, pero deberá ser más consultada y concertada, así se afane un poquito la Ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez; se está de acuerdo en que las horas extras deben ir desde las seis de la tarde (recortadas en un exabrupto infame de Álvaro Uribe Vélez), pero también se debe dialogar con el sector privado, quien es el garante de más del cincuenta porciento de los empleos de este país, para que no ocurra una debacle. En cuanto a la Reforma Pensional, la llegada de Jaime Dussán a Colpensiones no es que ayude mucho.

 

Tercero, dejarse asesorar mejorar en el tema de la Paz Total, no puede ser que mientras el ELN incumpla el cese del fuego pactado, las disidencias pidiendo diálogo y a la vez acribillando, así como los demás grupos ilegales haciendo de las suyas, haya una pasividad total del gobierno. Aún no se ha oído una voz de rechazo contundente contra esta infamia, por parte del gobierno, y principalmente, del Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, quien parece hacerse el desentendido del tema. ¿Alguien estuvo pendiente de unos compromisos que pactaron el Gobierno y las disidencias de Iván Mordisco? Parece que no, puesto que la credibilidad de un tema tan fundamental como la Paz Total está en ceros, ya nadie cree que la violencia se vaya en corto o mediano plazo, mientras que las FFMM y la Policía parecen estar en un nudo gordiano, debido a la inexperiencia en este campo, del Ministro de Defensa, Iván Velásquez. Ah, toca recordad que el Gobierno Nacional le debe respeto a las autoridades locales; no es posible que le quieran imponer la agenda del metro a la Alcaldesa Mayor de Bogotá, Claudia López, ni se burlen de las denuncias de acciones ilegales en el Meta, por parte del gobernador, Juan Guillermo Zuluaga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario