Cuando la juventud culmina sus estudios escolares, en más
del 90% de quienes la componen, tienen en sus planes ingresar a una universidad
para cumplir sus propósitos de ser un profesional responsable, ético e
independiente. Suena bonito en el papel, pero en Colombia muchos personajes
avivatos se aprovechan de este tema para hacer de las suyas y satisfacer sus
desaforados egos; en cualquier garaje, bodega o patio fundan un supuesto
centro educativo superior, sin cumplir los mínimos estándares éticos y profesionales;
solo se dedican a promover sus aspiraciones politiqueras y personales,
tumbándole al estudiantado la plata que con sufrimiento tienen para sus
estudios, llenándole la cabeza y el corazón de frustraciones y humillaciones.
¿Y qué hacen las autoridades encargadas de la materia? Prácticamente nada. Para
la muestra, la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá DC, donde ha habido una
docencia interesante como el otrora dirigente político Álvaro Gómez Hurtado; de
esa alma mater salieron el Expresidente Iván Duque (célebre por su desgobierno
y falta de coordinación, que llevó incluso, a podrir la Economía Naranja que
tanto pregona) y el polémico Fiscal Show Francisco Barbosa (con Walfa incluida,
célebre por su mediocre trabajo en el ente judicial, donde se ha dedicado a
cubrirle la espalda a Carnitas y Huesitos en unos procesos que tiene
pendientes); a la Sergio Arboleda, el apellido que la posee, Noguera, le ha
dado unos golpes económicos, educativos y éticos que le han mermado su
honorabilidad.
Otro ejemplo es la Corporación Universitaria de Colombia
(Cuyo Presidente Emérito, un cargo solo de papel, es del Expresidente amigo de
la Guerra, Álvaro Uribe Vélez). Aunque tiene un rector legal (Guillermo Hoyos),
el poder y la tiranía son ejercidos por los Hermanos Moreno de Caro (Carlos
(ExConcejal de Bogotá) y ExSenador de la República), Isaac (ExConcejal de
Bogotá) y Marco), tratan como esclavos a todos sus subalternos, humillan y
matonean a los estudiantes so cualquier pretexto, se ufanan de hacer lo que
quiera porque supuestamente están protegidos, ¿por quién? Las denuncias por
bullying y acoso de todas las formas, ya tiene varios expedientes en los
Ministerios de Educación y Trabajo, sin que se hayan producido acciones
contundentes para hacer justicia. Se suma el antecedente de la Universidad del
Trabajo, fundada a finales del siglo pasado por el mismo Carlos Moreno de Caro,
que, si bien ya no existe, también fue testigo muda de todas las bellaquerías
cometidas contra estudiantes y subalternos por parte de esta casta politiquera.
Y se supone, que con la alcahuetería que hay en Colombia, si a esta Corporación
Universitaria la cierran, no tendrían problemas en fundar cualquier chuzo por
ahí.
Un caso célebre es la Universidad San Martín, que pasó de
ser un Centro Educativo Odontológico que se ubicaba en el sector norte de
Teusaquillo en Bogotá, a un emporio universitario donde había carreras pregrado
y posgrado por doquier, y en la mayoría de las regiones colombianas. El
apellido Alvear ha estado muy ligado a esta alma mater (ahora con más presencia
en el más allá que en el más acá), con sus consecuentes problemas de
desfinanciación y pérdida de recursos, que iban a parar a las excéntricas
vacaciones de los miembros de esta polémica familia. Aparecían en los papeles como unos nobles
inversores, cuando en realidad eran unos guaches desfalcadores de la misma,
mientras que la parte educativa se iba cayendo poco a poco, la angustia empezó
a apoderarse del personal docente, administrativo y estudiantil. Pero este no
es el único caso de ofrecimiento de mentiras, la Universidad Indígena e
Intercultural Jacinto Ortiz (Uniciao), ofrecía falsos programas de Medicina y
Derecho sin la aprobación de Mineducación (como en muchas instituciones de
garaje que hay en el país), a los indígenas, trayéndoles otra humillación y
frustración.
Uno de los casos tristes más célebres de estas
“Universidades de Garaje” es el de la Universidad Autónoma del Caribe, cuya
Junta Directiva estaba encabezada por una Bailarina de Cabaret (Silvia Guette),
por el solo hecho de “consolar” a un viudo (el dueño de este ente educativo).
Incluso, el yerno del señor trató de denunciar las irregularidades que se
presentaban desde la llegada de la cabaretera, pero tan solo recibió su muerte
a principios de este siglo. Después de mucho tiempo en indagaciones y
dilaciones, no ha habido mayores condenas y el proceso continúa en medio de
archivos en los entes judiciales, aunque hay que destacar que la Señora Guette
ya no se encuentra en el alma mater. La tocaya (Universidad Autónoma de
Colombia, con sede en Bogotá) desapareció sin saberse exactamente porqué, ni
siquiera una razón de sus directivas a estudiantes, docentes y personal
administrativo. Y no solo hablar de la educación universitaria impartida por
la derecha, la izquierda ha dejado al abandono la Universidad Incca (a punto de
desaparecer). Ni hablar de la Universidad Distrital donde un Alto Directivo
cogió la tarjeta de crédito corporativa para menesteres morbosos, la caída de
la sede física de la Universidad Nacional sede Bogotá, ni de otras en
problemas. Lo recomendable es que antes de ingresar a un centro
universitario, cerciorarse de su situación y su legalidad.
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