Comenzó el racionamiento de agua en Bogotá el pasado
jueves 11 de abril del presente año, y como van las cosas, con un “Fenómeno del
Niño” ya con bigote y musculoso, se podría extender por lo menos hasta mitad de
año. Pero debería dejar unas cuantas enseñanzas al Estado Colombiano esta
coyuntura (ya que es seguro que tendrá que tomarse medidas similares en la
mayoría de regiones del país), esperando a que en el próximo mes vengan por
fin las lluvias, y estar preparados a que la Niña venga con mucha intensidad
desde septiembre entrante. Ya el tema de moda en la capital no es la
primera línea del metro (que parece ya haber ganado el pulso el sistema elevado
sobre el subterráneo), ni las marchas tanto petristas como uribistas (que han
ido perdiendo terreno y fuerza), es el racionamiento de agua y la cultura del
ahorro que debería venir como consecuencia, así hayan unos cuantos populacheros
que quieran derrocharla bajo el argumento de “usted no sabe quien soy yo”, y
unos cuantos genios de la clase política del país, aprovechen la situación para
sacar a relucir sus ocultas rabias, y querer sacar beneficio con miras a las
elecciones de 2026. ¿Cierto que el Gobierno (Desgobierno) Petro ha pasado de
agache frente al tema?
¿Qué dice el Gobierno Distrital? Una frase contundente
del Alcalde Mayor de la Ciudad, Carlos Fernando Galán (CNN en Español): "Esto
lo vamos a lograr si nos unimos como ciudad. Primero, cambiando el
comportamiento y reduciendo el consumo de agua. Segundo, ese cambio no es
suficiente de todas maneras tenemos que hacer las restricciones". Es
una buena idea retomar los legados del ExAlcalde, Antanas Mockus, sobre el
ahorro en los servicios públicos, y que si bien se necesitan medidas drásticas,
la cuestión debe venir de la cultura ciudadana, sin importar estrato, posición
social, ideología política. En 1997, se vivió una situación similar y ahí fue
cuando Mockus salió en una excelente intervención en televisión, hablando sobre
el tema, incluso puso un envase plástico de gaseosa lleno con agua, en el
tanque de un sanitario, que es una gran alternativa para ahorrar el consumo del
preciado líquido. De todos los servicios públicos, el del agua es el más
básico, por cuanto compromete el líquido vital, sin el cual la humanidad
desaparecería por completo; pero también se han reiterado medidas efectivas
como la de cerrar el grifo cuando se enjabona o se tiene el cepillo de dientes
trabajando en la dentadura, entre otros.
No es cuestión de vivir sucios o cochinos el resto de la
vida, el asunto es que todo el mundo debe tener el mismo acceso al líquido
vital, que los embalses que surten del agua a la Capital Colombiana, se
encuentran en niveles tan bajos que no se veían desde hace más de 30 años
(apagón Cesar Gaviria, ciertamente). Se debería restringir al máximo el uso de
la manguera para regar jardines o lavar vehículos, minimizar el consumo a la
hora de lavar platos y vasos, lo mismo que con la ropa (lavanderías solo usarlas
lo estrictamente necesario), bañarse de a dos (con el agua para uno), comprar
agua en botellas para consumo alimenticio, verificar que grifos y válvulas
queden bien cerrados, que no hayan escapes por ahí, reducir lo más que se pueda
el uso del sanitario; son muchas las medidas con las que se puede contribuir
a que este problema de la escasez de agua no se salga de control, todo parte de
una Cultura Ciudadana con Pedagogía incluida. Lamentablemente, por ahí en
plena época de racionamiento, se han visto unos cuantos irresponsables usando
manguera a todo taco, limpiando fachadas de edificio cuando no es necesario, o
escapes por falta de mantenimiento.
Es tan fácil aprovechar la Cultura del Ahorro de Agua,
que se puede aplicar también a los demás servicios públicos; energía eléctrica,
gas domiciliario, comunicaciones y televisión; no hacer del desperdicio una
muestra de tener un estatus social muy alto, solo gastar lo necesario y así no
llegar a un punto de sequía total donde las consecuencias sean irreversibles y
la vida en la Atenas Suramericana sea imposible. Ni hablar de la posibilidad de
una guerra mundial por el agua, que se podría venir en unos años, dados los
niveles de sequía en todo el planeta (lo que no se soluciona con destrucción
total y caótica de la logística de energías fósiles, lo que se requiere es una
transición organizada y justa hacia energías limpias), no es tener un discurso
populista para echarlo como cháchara en cuanto pueblo se visita (¿cierto
Gustavo Francisco?), es de Cultura Ciudadana (como insistió Antanas Mockus).
Por todo lo anterior, las medias del ahorro del agua deberán ser permanentes si
se quiere darle una vida digna al planeta, donde se pueda vivir sin ningún
inconveniente.
PD: ¿Porqué la Bogotá Inhumana, perdón, Humana, de
Gustavo Francisco Petro Urrego, impidió la construcción de Chingaza II, que
hubiera podido aminorar la situación que se vive hoy?
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