Sin lugar a dudas, uno de las obras más polémicas y con
más atrasos en Bogotá, es el Transmilenio por la Avenida 68 y la Calle 100, por
cuanto se ha planteado desde la Bogotá Inhumana, perdón, Humana del Alcalde de
ese entonces, Gustavo Francisco Petro Urrego, pero que hasta la fecha ha tenido
más tropiezos que avances, sobre todo en estos tiempos cuando se necesita que
funcione para descongestionar el sistema de transporte público en el Distrito
Capital, y que de una vez por todas, empiecen a aliviarse la carga tributaria
que el Sistema de Transporte Público que tiene la capital colombiana, se alivie
y no ponga en riesgo su existencia. Cuando Gustavo Petro llegó al Palacio
Liévano el primero de enero de 2012, se presentó el correspondiente documento
de la Bancada Progresistas que lo acompañaron en la Campaña y en su Alcaldía,
donde se manifiesta claramente la intención de construir el Transmilenio por la
Avenida 68, pero como no hicieron nada, entonces se voltearon y consideraron
acabar con todo el Transmilenio, así como lo hicieron con un supuesto
Tranvía por la séptima y el Metro Subterráneo, del cual nunca mostraron planos
o estudios fehacientes que hicieran fácil su trabajo, ni siquiera cuando el
Gobierno Nacional les dio el cheque simbólico.
Llegó la Administración de Enrique Peñalosa, que al igual
que la de Petro, no hizo mayores cosas por el mismo. Se quedó en la eterna
pelea con la Administración anterior (Bogotá Inhumana), y si bien, se pudo
avanzar en asuntos de licitaciones y papeles, no hubo mayores trabajos de
campo. Y eso que Peñalosa es el principal defensor de Transmilenio, lo puso
a rodar a principios del presente siglo con las primeras troncales (Avenida
Caracas y Calle 80); luego durante la segunda administración de Antanas Mockus
y la de Lucho Garzón, se hicieron las troncales de las Américas, la Autopista
Norte, la NQS. Pero después llegó la debacle con Samuelito Moreno y su
Carrusel de la Contratación; el atraso en las obras del Transmilenio de la
Calle 26 y la carrera décima fueron descarados, y como no se avanzó en
nada, el sistema de transporte público en Bogotá comenzó a tener graves
problemas económicos y financieros, de ahí a que ciertos sectores de la
izquierda radical le declararan guerra a muerte a Transmilenio, y encima que
las Marchas y Huelgas empezaron a caminar en todas sus troncales, sus paraderos
han sido objetos de vandalismo, y los colados, que nada más y nada menos son
ladronzuelos del dinero de todos los habitantes de la Atenas Suramericana.
Regresando al tema, cuando llegó la Alcaldía de Claudia
López, empezaron los trámites correspondientes a la licitación e inicio de
construcción del Transmilenio por la Avenida 68; pero un tema más delicado
llegó: la pandemia, ocasionando que todo se atrasara por lo menos tres años. Ya
los contratistas se decidieron por tener más polisombras que personal
trabajando en campo, no se vieran mayores trabajos, pero se comenzó por lo
menos. Esta obra se ha desarrollado por varias fases y no ha sido nada fácil,
hay que sumar los accidentes que han ocurrido con personal obrero (incluso
pérdidas de vida), así como ajustes a los diseños, caso del puente de la
Avenida El Dorado con la Avenida 68, que ha tenido que ser demolido para
construir otro que se ajuste a las necesidades correspondientes. Los diseños
que había en un principio, han tenido que ser cambiados totalmente y por ende,
los tiempos de entrega se han alargado de una forma que para el ciudadano de a
pie, le parece un obstáculo más para el desarrollo de su vida en la capital, y
que esta obra, que si entra algún día en funcionamiento traerá beneficios, ya
tenga desequilibrios económicos.
Todo esto lo sabía la Administración actual de Carlos
Fernando Galán Pachón; y si tenían dudas sobre la ejecución de la misma,
debieron haberlo manifestado en el mismo instante de los trabajos de empalme,
pero se quedaron callados lo que dio a entender que estaban satisfechos con lo
que se venía haciendo. Y ahora, seis meses después, cuando ya los están
cuestionando, sale el actual Director del IDU, Orlando Molano (una persona que
le gusta mucho la pantalla de los medios de comunicación), con esta perla (El
Tiempo): "La obra de la avenida 68, que ya debería
ir en un 85 % y que debería terminarse en el 2025, se va a correr al 2027". Este
señor debería tener en cuenta que la obra debería estar hace rato en
funcionamiento, y que no es de la pasada administración el atraso, viene desde
los tiempos en que Emilio Tapia y los Primos Nule dominaban el panorama
contratista de Bogotá DC, cuando Samuelito Moreno era el Alcalde. Y siguiendo
muy orondo y cínico, el Señor Molano soltó esta perla; podría haber un
sobrecosto de 500 mil millones de pesos y un desfalco de hasta dos billones de
pesos, sin mostrar mayores pruebas. Si bien, la Procuraduría ya está
haciendo las indagaciones sobre el tema, este Director del IDU se ha ido de
boca.
PD:
una medida impopular pero sensata; la suspensión del Corredor Verde por la
séptima entre calles 24 y 99. Hay que revisar bien este tema.
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