Se cumplen dos años (mitad de período presidencial) de
Gustavo Francisco Petro Urrego en la Presidencia de la República, suponiendo
un cambio en la forma de gobernar en un país que ha sido regido por la derecha,
con unos resultados muy deplorables; sin embargo, el Gobierno (Desgobierno) de
“Colombia, Potencia de la Vida”, resultó siendo más de lo mismo. Para
empezar, tiene una pésima estrategia de comunicación, a cargo de una bodega
irresponsable y agresiva, desde la RTVC, donde su Director, en medio de su
egolatría, así como sus idas y venidas, se esmera por arrodillarse frente al
Ególatra de Ciénaga de Oro (Córdoba). Así mismo, quiere beneficiarse de la
polarización que existe en el país, bajo la disculpa de un inexistente “Golpe
Blando”, porque para tumbar gobiernos, ha habido los golpes duros, que incluyen
movilizaciones violentas de militares y población civil; con o sin razones,
pero en la mayoría de los casos, porque el ego de los líderes les ha dado
papaya. Ni hablar de los escándalos familiares (el hijo mayor relacionado con
ciertos tipos de dudosa reputación, la primera dama con edredones de plumas de
ganso), se asemeja a la falsa “Seguridad Democrática” que existió entre 2002 y
2010, mejor dicho, también le cabría el apelativo de “Carnitas y Huesitos”.
Como todo gobierno (desgobierno), también ha tenido sus
escándalos de marca mayor, y eso que solo va a mitad de camino. El más
comentado es el de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres
(UNGRD), lo que le ha ocasionado un desastre en las finanzas al país, cuyos
efectos podrían estar presentes durante medio siglo mínimo. El mismo
Presidente Petro nombró a un tal Olmedo López (ficha clave de Carlos Andrés
Trujillo, un Senador del Partido Conservador, muy cercano por asuntos de
burocracia al Gobierno (Desgobierno)), quien en el tiempo que estuvo por esos
lares, hizo y deshizo, a tal punto de que se alió con ministros (¿cierto
Ricardo Bonilla, el de los dobles pagos?) para llevar a cabo la entrega de
dádivas misteriosas a contratistas por ahí, y también con la generosidad
politiquera de el Subdirector, Sneyder Pinilla. Este escándalo, que aún no termina,
se asemeja al Carrusel de la Contratación que hubo en Bogotá y Agro Ingreso
Seguro en la falsa “Seguridad Democrática”, entre otros (Odebrecht, Proceso
Ocho mil, las Barcazas, Chambacú, Centros Poblados). Por eso es
fundamental, que la elección del (la) próximo (a) responsable de la
Procuraduría General de la Nación, sea transparente y clara, sin que haya
injerencias gobiernistas.
La mayor frustración ha sido la inexistente Paz Total. Mucha
gente votó por Gustavo Petro (Presidencia) y Francia Márquez (Vicepresidencia),
creyendo que se recuperaría el camino del Acuerdo de Paz (el de verdad),
suscrito entre el Estado Colombiano (bajo el Gobierno de Juan Manuel Santos) y
la extinta guerrilla de las Farc (en cabeza de alias Timochenko); pero el
desprecio del Gobierno (Desgobierno) Petro al mismo ha sido evidente. No
solo dice que no puede cumplir el acuerdo (cuando en realidad no quiere), y
quiere darle un absurdo estatus político a los traidores al mismo (encabezados
por alias Iván Márquez e Iván Mordisco), sino que pretende proponer e imponer
una Ley de Punto Final para todos los grupos ilegales, así no tengan
reconocimiento político, lo cual llevaría a la destrucción de uno de los entes
más serios y responsables, producto de dicho acuerdo (el de verdad): la
Justicia Especial para la Paz; objeto de matoneo por parte del Excanciller
Álvaro Leyva, muy cercano a ciertos dirigentes de la antigua guerrilla y disidentes.
La violencia sigue reinando a lo largo y ancho del país, como en la década de
los noventas y dos mil, donde estuvo a punto de pasarse a un Estado Fallido.
Entre las cosas buenas, se podría reconocer el trabajo
hecho para que se reconociera por parte de la Unesco, del Tapón del Darién como
Zona de Reserva de la Biósfera, y la reducción de la deforestación en la
Amazonía, pero que se pierden por la pésima estrategia de comunicación que
tiene, a cargo de la bodega que se apoderó de RTVC. Quiere llamar al
diálogo a los distintos sectores políticos del país, pero luego responde con
dos piedras en la mano; propone una reforma a la salud, pero exprimiendo y
ahogando al sistema que hay presente, que a lo largo de treinta años, ha
funcionado. La Reforma Tributaria presentada por su Ministro de Hacienda en ese
entonces (Antonio José Ocampo), ha traído buenos resultados, que se reflejan
que en medio del caos que se vive; y por ende, se hace absurda otra Reforma
en manos de Bonilla (doble giro). Ni hablar de la Reforma Pensional, ni
mucho menos laboral. Y algo peor: a los miembros de su equipo de trabajo con
convicciones moderadas y técnicas, los ha ido echando, para traer politiqueros
aduladores y guaches. Entre tanto, Petro sigue volando en su Etnia Cósmica para
no aterrizar en la realidad.
PD: para que Nicolás Maduro dé referencias e Isabel
Zuleta pida su reelección, tiene que andar muy mal rodeado el Presidente.
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