El pasado cinco de noviembre, se llevaron a cabo las
elecciones generales en Estados Unidos; donde ni los debates, ni los llamados a
la institucionalidad ni la opinión de grandes figuras e intelectuales, marcaron
la pauta. Al contrario, ganó el populismo, lo ordinario, la desfachatez, la
lengua y las mentiras; se impuso ampliamente el Partido Republicano con Donald
Trump (Trumpilio), así como obtuvieron mayoría en el Senado (56 senadores) y al
parecer, en la Cámara de Representantes. Si bien en la votación general le
sacó solo cinco puntos de ventaja al Partido Demócrata en cabeza de Kamala
Harris, en la votación electoral fue amplio dominador, lo que hace temer que en
por lo menos los dos primeros años del Expresidente (convicto, condenado,
escandaloso y arrogante) vaya a hacer lo que quiera, tomar represalias contra
quien se le dé la gana, hacer pactos secretos con sus compadres Vladimir Putin,
Xi Jinping y Kim Yong Sun (Corea del Norte), hacerle la vida imposible a los
latinos (nada de raro que aprovechase cualquier papayazo que le dará Gustavo
Petro para apretar a Colombia del cuello); mejor dicho, más ultraderechista,
imposible. Serán cuatro años de peleas, polarización, escándalos, insultos;
mejor dicho, para tener contenta a la Negra Candela y LRD; en la primera
democracia del mundo, hay espacio para quienes tienen los cables pelados.
¿Porqué vuelve Trumpilio al 1600 de la Avenida
Pensilvania (Casa Blanca) en Washington? Primero, la debacle del Partido
Demócrata, se sabía que el actual Presidente Joe Biden no estaba apto para un
Segundo Período Presidencial, pero se quedaron dormidos y solo medio
despertaron cuando ocurrió la debacle del debate de CNN. Al mes siguiente, y
con la presión generalizada, Biden tuvo que renunciar y le dio el puesto a
Kamala Harris, la mejor opción que había; una mujer con una excelente
preparación profesional, Exsenadora y Exfiscal de California, de la confianza
de Biden. Luego de su nominación, todo iba bien, la confianza en la Campaña
Demócrata volvió y en el único debate presidencial que hubo, Kamala le dio sopa
y seco a Trumpilio. Pero de un momento a otro, el Partido Demócrata
desapareció, dejaron solos a Kamala y Tim Waltz (Fórmula Vicepresidencial), le
dieron toda la papaya del mundo a Trumpilio y los Republicanos para hacer de
las suyas, bajo una ideología ultraderecha y ultrarreligiosa (Trumpilio tenía
que regresar para evitar la llegada de la Ideología de Género y el Rayo
Homosexualizador con Harris, plop). Y lo peor, se demostró que el populismo con
cualquier barbaridad, puede recuperar su poder, para empeorar el mundo.
Otro factor que contribuyeron a la derrota de la sensatez
en la campaña electoral de EEUU, fue que se redujo el número de votantes con
respecto a 2020 (en plena pandemia), y es bien sabido que cuando hay
abstención, los extremos derecho e izquierdo hacen fiestas, y se lucran
exponencialmente sus bolsillos. Votaron aproximadamente 150 millones de
personas, frente a los 160 millones que lo hicieron hace cuatro años. De esos
diez millones de votos que se esfumaron, ocho millones por lo menos eran de los
Demócratas, mientras que dos millones eran republicanos, de ahí que la
arrogancia Republicana esté celebrando y echando voladores a diestra y
siniestra. Trumpilio se reencauchó como esos monstruos de películas de cine,
que los resucitan cada vez, así se vuelvan aburridoras sus películas. Los Radicales
de ultraderecha están bailando en una sola pata, que la violencia del seis de
enero de 2021 fuese el lanzamiento para la reelección del Millonario fanfarrón,
que ha hecho en su vida lo que quiere, que menosprecia a los demás seres
humanos, quien se asoció con Elon Musk y tuvieron el silencio de Jeff Bezos,
para decir “America for White People, MAGA only”.
Sobre el aumento de votantes latinos por el Antilatino
Trumpilio y su Partido Republicano, solo queda anotar que es el fiel reflejo de
lo que ha pasado en el presente siglo en la región; los populismos con los
líderes más burdos y cantinflescos, han estado mandando en los diversos países:
Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, Jair Bolsonaro en Brasil,
Nayibe Bukele en El Salvador, Álvaro Uribe y Gustavo Petro en Colombia. Solo
queda decirle a esta gente que Trumpilio no les va a garantizar nada; necesita esos
puestos de trabajo que tienen para darlos a sus monos votantes, quienes ya
están dispuestos a asumir los puestos menos remunerados y de mayor trabajo. Ojalá
el silencio de la Unión Europea que hubo en esta campaña no siga durante el
cuatrienio presidencial, porque el mundo no se puede someter a la agenda de
alguien con un nefasto pasado judicial. Frente a Colombia, Trumpilio no solo
aprovechará los papayazos de Petro, también presionará en temas de
narcotráfico, en Venezuela, e incluso, nada de raro que se entrometiera en las
elecciones presidenciales de 2026, para ver si llega alguien de sus simpatías
(quien sabe si sea la Precandidata María Fernanda Cabal).
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