Por algo que se ha
caracterizado este Desgobierno, con un Presidente de Papel, Gustavo Petro, otro
de Facto, Armando Benedetti, y otro de Leguleyadas, Eduardo Montealegre, son
los malos términos en que han salido la mayoría de sus antiguos funcionarios. Por
ejemplo, de los tres primeros ministros en salir (Cecilia López en Agricultura,
Alejandro Gaviria de Educación, y Patricia Ariza de Cultura, los dos primeros
se han vuelto críticos (y con justa razón) de las últimas actuaciones de un
Poder Ejecutivo sordo, agresivo, cerrado alrededor de su Bodeguilla, que no
admite nada, quiere imponer todo y cazar pelea con todo el mundo, incluso con
Estados Unidos y la Unión Europea (falta de respeto de Gustavo Petro contra el
Presidente de Francia, Emanuel Macron). Otro caso es el del Director de
Planeación Nacional, Jorge Iván González, y el ExMinistro de Comercio, Luis
Carlos Reyes. El ambiente laboral dentro del supuesto (o falso) Gobierno del
Cambio es un campo de boxeo, donde se pueden encontrar varios machetes y campos
minados, dentro del alto nivel de polarización que se vive en el país,
admitiendo que la enclenque oposición (Centro Democrático y Cambio Radical)
también han hecho sus polémicos aportes. Como van las cosas, las elecciones
2026 no se caracterizarían por sus debates de solución, sino por la propaganda
negra y plaga de fake – news.
Pero en este
terrible panorama surge un caso particular: el primer nombramiento oficial que
hizo Gustavo Francisco Petro Urrego fue el del “Canciller de la Paz”, en cabeza
de Álvaro Leyva Durán, célebre dirigente conservador y entrometido en supuestos
asuntos de Diálogos de Paz y conversaciones con grupos al margen de la ley;
para la muestra, se estuvo en La Habana (Cuba) durante buena parte del
desarrollo de los Diálogos de Paz que se establecieron entre el Estado
Colombiano (en cabeza de Juan Manuel Santos) y la antigua guerrilla de las Farc
(con Rodrigo Londoño e Iván Márquez a la cabeza); Leyva entró como asesor de
Márquez. Estos diálogos llegaron a feliz término con la firma del Acuerdo de
Paz firmado el 24 de noviembre, en el Teatro Colón de Bogotá, y hoy en día,
pese a todas las dificultades que se la han atravesado, la desmovilización
sigue su camino, la JEP continúa su trabajo y la mayoría de los súbditos de
Tirofijo se reintegraron a la vida civil y política; pero Márquez en una
pataleta, le dio por regresar a la clandestinidad (¿porqué tanto silencio del
ExAsesor Leyva?), y enfermo se encuentra clandestino entre Colombia y
Venezuela.
La beligerancia del
Señor Leyva se empezó a notar con el asunto de los pasaportes a cargo de Thomas
Gregg & Sons, la empresa que los ha hecho durante años con altos niveles de
calidad. Nadie sabe, ni en el mismo Gobierno (Desgobierno) Nacional la razón
exacta para cambiarlos, pero cuando la entonces Jefe de la Defensa Jurídica del
Estado, Marta Zamora, comentó sobre las nefastas consecuencias que esta acción
tendría para el Estado Colombiano, el ExCanciller la trató irrespetuosamente (“sobre
mi cadáver”), sacaron del alto cargo a la señora sin piedad. Mientras
tanto, el hijo del Canciller en ese entonces, Jorge, se ha caracterizado por
andar de metido en cuanto viaje que hacía el Presidente y su séquito hacia
cualquier lugar del mundo, parecía pegado como un parásito a un tronco de
árbol. Dicen que el muchacho es un erudito en el Derecho, que puede tramitar
desde trámites ante la JEP, hasta asilos y divorcios express; luego la
Procuraduría General de la Nación inició una investigación sobre este asunto,
encontrando elementos graves contra la ética estatal, conduciendo a la
destitución de Don Álvaro de la Cancillería y su inhabilidad para ejercer
cargos por un término de diez años, como quien dice, ya pasa a retiro.
Pero el Señor Leyva
no se ha quedado quieto. No solo ha escrito epístolas sobre supuestos
comportamientos indebidos de Gustavo Francisco (adicciones, un asunto que debe
ser personal y no de arma política). Cuando se presumía que había
renunciado a escribir estas cartas, apareció en los últimos días (El País de
Madrid), unas grabaciones donde se escucha al Señor Leyva, aparentemente
reunido con Legisladores Estadounidenses y pertenecientes al Partido de Trump,
o sea, el Republicano; hablando sobre la posibilidad de tumbar (mediante un
golpe de estado) a Gustavo Francisco, para que la Vicepresidenta Francia
Márquez asumiera la presidencia por el resto de período presidencial; añadiendo
posibles consultas a Vicky Dávila y Miguel Uribe Turbay (quien aún esta
hospitalizado y no se puede defender); las dos primeras han negado cualquier
contacto en este tema. Pero como está la Ley de Murphy, el Gobierno de
Donald Trump mandó llamar a consultas a su Embajador en Colombia ya que esta
indelicadeza ha hecho que el mismo Presidente de Papel, trine y hable unas
incoherencias y provocaciones contra la Casa Blanca. ¿En que terminará el
asunto? Por ahora, con esta crisis diplomática, Álvaro Leyva se puede dar por
el ganador en esta pelea de ralea, y Colombia, el gran perdedor.
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