martes, 8 de julio de 2025

EL DESPELOTE DE LEYVA

 

Por algo que se ha caracterizado este Desgobierno, con un Presidente de Papel, Gustavo Petro, otro de Facto, Armando Benedetti, y otro de Leguleyadas, Eduardo Montealegre, son los malos términos en que han salido la mayoría de sus antiguos funcionarios. Por ejemplo, de los tres primeros ministros en salir (Cecilia López en Agricultura, Alejandro Gaviria de Educación, y Patricia Ariza de Cultura, los dos primeros se han vuelto críticos (y con justa razón) de las últimas actuaciones de un Poder Ejecutivo sordo, agresivo, cerrado alrededor de su Bodeguilla, que no admite nada, quiere imponer todo y cazar pelea con todo el mundo, incluso con Estados Unidos y la Unión Europea (falta de respeto de Gustavo Petro contra el Presidente de Francia, Emanuel Macron). Otro caso es el del Director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, y el ExMinistro de Comercio, Luis Carlos Reyes. El ambiente laboral dentro del supuesto (o falso) Gobierno del Cambio es un campo de boxeo, donde se pueden encontrar varios machetes y campos minados, dentro del alto nivel de polarización que se vive en el país, admitiendo que la enclenque oposición (Centro Democrático y Cambio Radical) también han hecho sus polémicos aportes. Como van las cosas, las elecciones 2026 no se caracterizarían por sus debates de solución, sino por la propaganda negra y plaga de fake – news.

 

Pero en este terrible panorama surge un caso particular: el primer nombramiento oficial que hizo Gustavo Francisco Petro Urrego fue el del “Canciller de la Paz”, en cabeza de Álvaro Leyva Durán, célebre dirigente conservador y entrometido en supuestos asuntos de Diálogos de Paz y conversaciones con grupos al margen de la ley; para la muestra, se estuvo en La Habana (Cuba) durante buena parte del desarrollo de los Diálogos de Paz que se establecieron entre el Estado Colombiano (en cabeza de Juan Manuel Santos) y la antigua guerrilla de las Farc (con Rodrigo Londoño e Iván Márquez a la cabeza); Leyva entró como asesor de Márquez. Estos diálogos llegaron a feliz término con la firma del Acuerdo de Paz firmado el 24 de noviembre, en el Teatro Colón de Bogotá, y hoy en día, pese a todas las dificultades que se la han atravesado, la desmovilización sigue su camino, la JEP continúa su trabajo y la mayoría de los súbditos de Tirofijo se reintegraron a la vida civil y política; pero Márquez en una pataleta, le dio por regresar a la clandestinidad (¿porqué tanto silencio del ExAsesor Leyva?), y enfermo se encuentra clandestino entre Colombia y Venezuela.

 

La beligerancia del Señor Leyva se empezó a notar con el asunto de los pasaportes a cargo de Thomas Gregg & Sons, la empresa que los ha hecho durante años con altos niveles de calidad. Nadie sabe, ni en el mismo Gobierno (Desgobierno) Nacional la razón exacta para cambiarlos, pero cuando la entonces Jefe de la Defensa Jurídica del Estado, Marta Zamora, comentó sobre las nefastas consecuencias que esta acción tendría para el Estado Colombiano, el ExCanciller la trató irrespetuosamente (“sobre mi cadáver”), sacaron del alto cargo a la señora sin piedad. Mientras tanto, el hijo del Canciller en ese entonces, Jorge, se ha caracterizado por andar de metido en cuanto viaje que hacía el Presidente y su séquito hacia cualquier lugar del mundo, parecía pegado como un parásito a un tronco de árbol. Dicen que el muchacho es un erudito en el Derecho, que puede tramitar desde trámites ante la JEP, hasta asilos y divorcios express; luego la Procuraduría General de la Nación inició una investigación sobre este asunto, encontrando elementos graves contra la ética estatal, conduciendo a la destitución de Don Álvaro de la Cancillería y su inhabilidad para ejercer cargos por un término de diez años, como quien dice, ya pasa a retiro.

 

Pero el Señor Leyva no se ha quedado quieto. No solo ha escrito epístolas sobre supuestos comportamientos indebidos de Gustavo Francisco (adicciones, un asunto que debe ser personal y no de arma política). Cuando se presumía que había renunciado a escribir estas cartas, apareció en los últimos días (El País de Madrid), unas grabaciones donde se escucha al Señor Leyva, aparentemente reunido con Legisladores Estadounidenses y pertenecientes al Partido de Trump, o sea, el Republicano; hablando sobre la posibilidad de tumbar (mediante un golpe de estado) a Gustavo Francisco, para que la Vicepresidenta Francia Márquez asumiera la presidencia por el resto de período presidencial; añadiendo posibles consultas a Vicky Dávila y Miguel Uribe Turbay (quien aún esta hospitalizado y no se puede defender); las dos primeras han negado cualquier contacto en este tema. Pero como está la Ley de Murphy, el Gobierno de Donald Trump mandó llamar a consultas a su Embajador en Colombia ya que esta indelicadeza ha hecho que el mismo Presidente de Papel, trine y hable unas incoherencias y provocaciones contra la Casa Blanca. ¿En que terminará el asunto? Por ahora, con esta crisis diplomática, Álvaro Leyva se puede dar por el ganador en esta pelea de ralea, y Colombia, el gran perdedor.

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