martes, 17 de agosto de 2021

I TOOK CHINGAZA

 

El Parque Nacional Natural (PNN) Chingaza es uno de los más importantes del país, no solo por diversidad de fauna y flora, también por ser un surtidero de agua para más de 13 millones de habitantes de la región central del país. Además, representa la importancia de los páramos para el Ecosistema, por cuanto más del 50% de estos cuerpos terráqueos se encuentran en este país del Sagrado Corazón de Jesús (ojalá no se lo tomen ni las primeras líneas, ni el Esmad ni loteadores ilegales ni la corrupción politiquera). Quienes han ido a conocerlo, saben de antemano que es una maravilla digna de admirar, un espacio para reflexionar y practicar deportes, mirar sus especies de flora y fauna silvestre, entre otras actividades sanas. Pero como dicen por ahí, el término ecoturismo debe aplicarse a como dé lugar, sin tener en cuenta las implicaciones que pueda tener, tan solo como dirían algunos dementes, hay que sacarle dinero porque la situación no está para cucharas, o se debe sacar la foto de un famoso (a) mal parqueado (a); como se ha pretendido hacer también en el PNN Tayrona, bajo el pretexto de unos buenos muchachos (cercanos a Tom y Jerry) quieren hacer extrañas inversiones.

 

¿A qué se debe tanto escándalo? En una entrevista concedida a el diario El Tiempo, el ExMinistro del Medio Ambiente y experto en la materia, Manuel Rodríguez Becerra, expresó sobre la posibilidad de construir un “ecohotel” en la zona: “Es una clara violación a la política de ecoturismo que establece que este tipo de infraestructura no debe construirse en los parques sino en sus vecindades” … "Aquí la infraestructura que se establecería en Monte Redondo. En anaranjado: el ecohotel (12 cabañas). En azul: instalaciones de camping. Capacidad total: 210 turistas alojados. Un sustancial incremento de la infraestructura existente con altos riesgos ecológicos y paisajísticos". Se está refiriendo a un proyecto de aparente adecuación, pero que sería en realidad, la construcción de un megahotel dentro del mismo parque, para ampliar la atención a un mayor número de turistas que lo visitarían, sin tener en cuenta las implicaciones ambientales y sostenibles que se vendrían sobre Chingaza, dadas las magnitudes proyectadas; mejor dicho, este PNN podría ser víctima de ciertas malinterpretaciones de la Economía Naranja (algo que este gobierno o desgobierno Duque) dejó podrir con su pobreza gestional y administrativa, donde solo se dignan a seguir los caprichos de alias Carnitas y Huesitos.

 

¿Qué dicen las autoridades competentes? Orlando Molano, Director de Parques Nacionales, en declaraciones al mismo diario bogotano, dijo lo siguiente: “Hay un centro de visitantes y zona de camping en Monterredondo en mal estado. Los adecuaremos para mejorar la experiencia del visitante y reducir impactos ambientales” “Queremos aumentar el ingreso a los Parques Nacionales, obviamente respetando las capacidades de carga de cada uno” … “No construiremos hoteles, sino mejoramientos de lo ya existente. Alojamientos para turistas, alojamientos para guardaparques, senderos etc.”. En realidad, se refiere a que pretenden aumentar la capacidad de recibimiento de visitas a varios PNN´s, que antes del covid se calculaban en dos millones de personas; pero quieren aumentarlo a tres millones seiscientos mil personas, con argumentos en su mayoría matemáticos, pero sin tener en cuenta las reales consecuencias que esto podría tener no solo sobre Chingaza, sino otras Reservas Ambientales; es importante recordar que la anterior Directora de PNN´s, Julia Miranda, quien si sabe de esta materia, de ahí a que no gustara su presencia en el actual gobierno; no es amiga de este tipo de proyectos que se están tratando de imponer sobre la biodiversidad de Colombia, porque ha sido muy elocuente a la hora de exponer sobre todos los problemas que podrían traer.

 

Algo más importante y más preocupante ha denunciado Simtraemsdes, el sindicato que acoge a los trabajadores de las empresas de servicios públicos de Bogotá DC, sobre los riesgos que podría haber (informativo Rebelión): “La reserva natural de Chingaza alberga el agua que alimenta no solo a Bogotá sino a un importante número de municipios de Cundinamarca y el Meta, pero además es el refugio de miles de especies de aves, mamíferos e insectos que garantizan no solo el bienestar ambiental de toda la región de alta montaña sino además de la riqueza agrícola en la región; su conservación ha sido posible gracias al relativo aislamiento en que se ha mantenido por décadas debido al fenómeno de conflicto interno en el país, pero sobre todo a las normas que se han implementado para su protección y que deben ser respetadas”. No es cuestión de ideología política ni de lograr prebendas laborales ni políticas, se trata de un asunto de vida para más de trece millones de personas, de conservar una maravilla natural que es única en el planeta Tierra, en uno de los países más biodiversos del mundo y, por ende, uno de los más expuestos a las consecuencias del cambio climático que ya se está viviendo, y del que ya aparecen consecuencias irreversibles, como lo advirtió la ONU en días pasados.

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