En una
campaña plagada de escándalos, debates inútiles, bodeguillas mamonas y la
apatía de la gente en general, comenzó en serio la campaña presidencial,
cuya primera vuelta se realizará el domingo 29 de mayo, y la segunda vuelta,
que es segura, al siguiente 19 de junio. Luego de los problemas originados
por el caos en la Registraduría Nacional del Estado Civil (en cabeza del
polémico Alexander Vega), durante las elecciones legislativas del 13 de marzo
anterior, se ha generado un clima de desconfianza con justa causa, lo que hace
que el electorado tenga que estar alerta sobre lo que pueda pasar en los
preconteos y escrutinios que se vienen, ya que no solo se elige un presidente,
sino la suerte de un país que parece ir de nalgas para el fondo, debido a la
incompetencia gubernamental que existe, así como la poca argumentación de una
oposición dividida. Ni hablar de la situación de desorden público que se vive,
debido a la negligencia gubernamental de cumplir el Acuerdo de Paz, también a
obedecer los intereses particulares de ciertos egos desagradables que aún
circundan por ahí como fantasmas en un cementerio. ¿Mientras tanto qué? Salir a
votar porque así se tendrá el derecho a hacer los reclamos justos sobre las
necesidades insatisfechas.
¿Quiénes
están detrás del partidor? Por el lado gobiernista, se encuentra el ExAlcalde
de Medellín, Federico Andrés Gutiérrez Zuluaga, más conocido con el alias o
apodo de Fico (Equipo por Colombia). Si bien es cierto que se inscribió por
firmas, se alineó con el Gobierno (desgobierno) Nacional, así como las
maquinarias tradicionales de derecha; le desfavorece el desastre generado por
la Putrefacta Economía Naranja. En segundo lugar y liderando encuestas, se
encuentra Gustavo Francisco Petro Urrego, del Pacto Histórico, quien, si bien
pertenece a la izquierda, no ha tenido problemas en aliarse con ciertos líderes
de derecha y religiosos, bajo el argumento de que debe ganar en primera vuelta,
al precio que sea, lo que le ha restado confianza. Ahora llega Sergio Fajardo
Valderrama, de la Coalición Centro Esperanza, que ha sido más célebre por las
peleas internas que por su organización, se le reconoce que fue el primero en
presentar su Plan de Gobierno y que le ha tocado remar contra los Medios de
Comunicación, pero sigue con el modelo de campaña de 2018, donde cree que los
debates donde se deben dar datos concretos, son cátedras universitarias, así
como no jugársela totalmente con asuntos importantes para el país, le restan
muchas posibilidades.
Las
demás candidaturas se distribuyen de la siguiente forma: el polémico,
cascarrabias e ingeniero Rodolfo Hernández, de un polémico paso por la Alcaldía
de Bucaramanga, incluyendo una cachetada un peculiar concejal de la misma
ciudad. Llegó Ingrid Betancourt con aires de Marine Le Pen y Donald Trump, tras
su saboteo a la Coalición Centro Esperanza, y ahora queriendo tenderle puentes
de seguridad democrática a Carnitas y Huesitos. Luis Pérez, ExAlcalde de
Medellín y ExGobernador de Antioquia, quien aún no ha aclarado su papel en la
terrible Operación Orión en las comunas de Medellín a principios del presente
siglo (cuando era el burgomaestre de la Tacita de Plata). John Milton Rodríguez,
de Colombia Justa y Libre (antes Opción Ciudadana y PIN), un Pastor Religioso
con ideas de ultraderecha y cuya candidatura trata de sobrevivir a peleas
internas en su iglesia y su movimiento político. Finalmente, el sobrino de Álvaro
Gómez Hurtado, Enrique Gómez Martínez, del Movimiento de Salvación Nacional, un
hombre de los más altos estratos sociales de Bogotá, pero que quiere llegar a
la presidencia con el discurso incendiario de su malgeniado abuelo (Laureano Gómez,
expresidente de la República, quien fue derrocado en 1953). No es tan buena
la oferta, habría la opción del Voto en Blanco (Derecho Constitucional), pero
hay que cumplir con el deber.
Para
poder digerir un poco lo que se viene, hay que mirar detenidamente los
programas que propongan dichas candidaturas, debatir con la demás gente en
forma calmada, amena y si bien manteniendo diferencias, no llegando a extremos.
En cuanto a las Redes Sociales, todo el mundo tiene derecho a opinar lo que
quiera, en forma pacífica y responsable, sin montajes vulgares ni fake news que
puedan azuzar a la violencia. Vendrán más debates a través de los diferentes
medios de comunicación, pero eso sí, la decisión de cada persona debe ser
libre, espontánea y a conciencia, sin que haya de intermedio tejas, plata,
electrodomésticos, alimentos, licores y demás cosas. Un hecho inusual se ha
presentado a lo largo de esta campaña político; varios personajes de la farsándula
criolla, han manifestado sus preferencias por todas las candidaturas, lo cual
es un derecho válido y respetable, pero se les ha ido la mano al querer
presionar a través de las redes sociales o personalmente, tratando de dárselas
de mentes superiores, lo cual es ridículo. Por todo lo anterior, se debe
procurar el respeto hacia la Constitución de 1991, que es la garante de esta
Democracia.
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