Como
si no fuese suficiente la ola de violencia que ha estado viviendo el país desde
el inicio del confinamiento por el coronavirus, así como la ineficacia y falta
de inteligencia del Gobierno (desgobierno) Nacional, en días pasados se
presentó uno de los golpes más fuertes contra el Acuerdo de Paz, cuando se
presentaron unos Falsos Positivos en el corregimiento de El Remanso, en el
municipio de Puerto Leguízamo (Putumayo). Miembros del Ejército Nacional
llegaron hasta dicho lugar bajo la disculpa de la presencia de alias “Bruno”,
un Jefe de las Disidencias de las Farc (ahora llamadas de forma elegante como
Grupos Armados Organizados, o GAOS), se presentó una balacera con el resultado
de cuatro civiles muertos, varios heridos, así como la destrucción de varias
viviendas y la retención ilegal de un civil, a quien los militares querían
obligar a mentir diciendo que si era el sujeto buscado (Bruno). ¿Qué estaba
pasando en El Remanso en ese entonces? Nada, solo estaban haciendo un bazar
para recolectar dinero para obras en el mismo lugar, que no había ningún ilegal
merodeando la zona (lo dice la población civil), una zona donde el Estado
Colombiano aún no ha hecho su presencia efectiva, con obras sociales e
inversiones necesarias.
¿Quiénes
fueron las víctimas? Entre aquellos que el Ministro de Defensa y el Jefe de las
Fuerzas Militares, dicen que eran bandidos (infamia), había varios civiles como
el Gobernador Indígena del Bajo Remanso (Pablo Panduro Coquinche), un Líder
Juvenil Étnico (Brayan Santiago Pama), un Líder Comunal (Didier Hernández) y su
esposa (Ana María), dejando huérfanos a dos niños pequeños. Miren una de las
respuestas del General Ajúa, de apellido Zapateiro (Revista Semana) frente al
nefasto hecho (¿cinismo?): “Lo único que al final del servicio de nuestra
nación nos llevamos los soldados son las cicatrices que nos deja nuestra
vocación y el amor a la patria”. Vaya amor por la patria, ¿qué tal si la
odiaran? Todo esto, dentro de una visita que le hizo al Soldado Robinson
Beleño, quien resultó herido en la operación, quien afirmó lo siguiente para el
mismo informativo: “El que me hiere a mí lo alcanzo a ver, no lo identifico
bien, iba a velocidad, cuando me lo estrellé de frente; él saca el fusil, tenía
un buzo de civil, estaba totalmente de civil; saca el fusil y me impacta;
gracias a la reacción de mis compañeros no me remató”. Es muy extraño que
los altos mandos militares no le hayan dado importancia a este testimonio;
incluso, hasta el extremo de contradecirse con el Fiscal General de la Nación
(afín al Gobierno (desgobierno)), sobre la falsa captura de cuatro disidentes.
Pero
lo peor está por venir; el bazar que se hizo en el Remanso, duró tres días,
como lo afirma uno de los habitantes de la zona al diario El Tiempo: "El
domingo en la noche, sobre las 8, estábamos entretenidos en las finales de los
torneos de microfútbol, en la cancha de la vereda. Yo no estaba tomando, pero
eso sí, me puse a bailar el resto de la noche, esas son nuestras costumbres.
Amanecimos, y como a las 7 de la mañana del lunes, se empezaron a escuchar
disparos y yo pensé 'es la guerrilla' ". Varios
afines al Gobierno (desgobierno) que en cuatro meses se irá, dirán que no es
normal que un bazar dure casi media semana, pero se debe tener en cuenta que
las grandes distancias que se deben recorrer en la zona, principalmente por el
Río Putumayo (frontera con Ecuador), hace que una reunión así deba durar su
buen tiempo. Pero lo más triste viene con el testimonio de Jhonier, el hermano
de Didier Hernández para el mismo diario: "A mí me informaron que
después de dejarlos tirados por varias horas, al sol, los trasladaron a Mocoa,
donde no hay neveras. Allí los tuvieron hasta el otro día, hasta que los
llevaron a Puerto Asís. Sé que la Fiscalía les hizo necropsia, pero a mi
hermano y cuñada me los entregaron el miércoles en la noche, con el cajón
sellado y recubiertos en plástico por su avanzado estado de
descomposición".
Nada
justifica la masacre de civiles, solo por el hecho de que unas visiones
mediocres del estamento militar, los estigmatice como guerrilleros, sin causa
justa, tan solo por mostrar resultados y hacer crecer el temor hacia el Acuerdo
de Paz suscrito entre el Estado Colombiano (en cabeza de Juan Manuel Santos) y
la antigua guerrilla de las Farc. Ahora, cuando el imprudente Ministro de
Defensa, Diego Molano, salió a decir en plena rueda de prensa que les habían
disparado a las fuerzas militares desde el lado ecuatoriano (algo que puede
terminar en un incidente diplomático, dado que no han mostrado suficientes
pruebas para corroborarlo). Del corregimiento El Remanso, quedan solo 15
personas de las 50 que lo habitaban antes, ya que, por obvias razones, muchos
decidieron abandonar sus hogares para proteger su vida, sobre todo, cuando el
estado los agrede.
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