martes, 6 de septiembre de 2022

METIÓ LAS CUATRO

 

Es bien sabido que la diplomacia colombiana no se caracteriza por ser la más efectiva, ya que la carrera administrativa correspondiente no existe y que se deja para favores burocráticos y politiqueros. Pero lo que pasó en los últimos días es de un ridículo (oso como dirían los jóvenes) como para un capítulo de “Los Simpson”; no solo porque estuvieron implicados el gobierno entrante y saliente del país del sagrado corazón, también una entidad en decadencia como la OEA y la dictadura de Nicaragua (con un par de momias a su cargo). Aquí prevalecieron dos elementos: tratar de trabar la entrada del nuevo embajador colombiano ante el organismo internacional (¿Dónde andará el ExEmbajador Ordoñez, quien se quedó muy calladito?), y el “me importa un culo” de la entidad (a cargo del desastroso Luis Almagro), junto con la indiferencia de la Seguridad Democrática en Nicaragua, a cargo de un par de momias (Daniel Ortega y Rosario Murillo); el ridículo fue de talla internacional, así como la condena contra la dictadura quedó vuelta nada, ya que en el país de Quincho Barrilete se siguen violando los Derechos Humanos, deteniendo líderes opositores y con pretensiones de armar una guerra en el Caribe, con objetivos militares como el Archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina, Roncador, Quitasueño, Serrana, Serranilla, Alburquerque.

 

¿Cómo se debería analizar el papel de todos los mencionados en semejante metida de pata, perdón, de las cuatro patas? Empezando por la lastimera OEA, un organismo que en los últimos años se ha venido prestando para todo tipo de artimañas uribistas, como la famosa del 23 de febrero de 2019. Cuando Colombia pidió una condena contra Venezuela por el cierre de la frontera (típico de un vecino no muy agradable), no pasó nada, la frontera siguió cerrada, la migración venezolana aumentó exponencialmente y el régimen siguió haciendo lo que se le venía en gana, con una oposición dividida y blanda (Leopoldo López, apenas llegó a España, se quedó calladito y dormido en sus laureles). La Organización de Estados Americanos se convirtió en el hazmerreír del mundo, porque no solo se dedicó a contentar a Carnitas y Huesitos, sino a complacer las excentricidades de Donald Trumpilio, el de Melania. Sus condenas y pronunciamientos son considerados basura, ya nadie les hace caso y si acaso, sirven para burocracia de sus países miembros, como en el caso de cierto ExInquisidor. Mejor dicho, es un elefante blanco, del cual hasta Ortega y Murillo se ríen. Se votó en inmensa mayoría la condena, pero de nada ha servido.

 

Gobierno (desgobierno) saliente de Iván Duque, el cual no se caracterizó por facilitarle las cosas al gobierno entrante de Gustavo Petro. Un error de mal gusto fue haber llevado al ExProcurador hacia sus oficinas en Washington, donde fueron célebres sus salidas en falso como la suscripción al “Convenio de Ginebra”, donde se hace una guerra contra la interrupción voluntaria del embarazo, el cual ya está consagrado como un derecho en la Corte Constitucional de Colombia, hasta la semana 24. No solo Alejandro Ordoñez, no dio la cara, sino que se escabulló por ahí misteriosamente, ni siquiera le informó al Embajador Designado Luis Ernesto Vargas, sino que dejó un tufillo de dejarle un problemita bien complicado al nuevo gobierno. ¿Cuáles fueron las acciones positivas de Don Alejito en la embajada? Ninguna, solo echar peroratas cada que se reunían en sesiones los embajadores, donde la mayoría se la pasan durmiendo y catando licor a lo bueno. Era bien sabido que a Ordoñez le cayó mal el triunfo de Gustavo Francisco Petro Urrego, ya que el nueve de diciembre de 2013, cuando el Procurador destituyó al entonces Alcalde Mayor de Bogotá, decisión que fue tumbada tiempo más tarde, y que sirvió de plataforma de lanzamiento para el Jefe del Pacto Histórico.

 

Pero el Gobierno entrante no se queda atrás en la embarrada con c al principio, la falta de avivarse en este tipo de temas, fue bien aprovechado por el gobierno saliente y el Señor Almagro (un Buen Muchacho de la Cofradía del Ubérrimo) para hacerle la encerrona y dejar a Colombia como un Estado que no cumple sus deberes internacionales, y que se encuentra al lado de las tiranías más peligrosas, como la de la tierra de Alexis Argüello. Se puede justificar la reacción del embajador recién designado, Luis Ernesto Vargas, de que aún no se podía posesionar ya que aún no era asunto oficial, pero el papel del Presidente Petro y  su Canciller Álvaro Leyva es triste; en días posteriores sacaron un escueto comunicado aduciendo de que se encontraban haciendo supuestas gestiones humanitarias para la liberación de líderes opositores en el país centroamericano, pero, ¿porqué no lo dijeron antes, porque ya de antemano, se sabía del circo que habría en la OEA? Unos dirán que el tema de aguas colombianas en el Caribe puede ser una razón, pero ya está sentenciado de que se tendrá que negociar, independiente de quienes encabecen ambos países, y que Nicaragua querrá tener a toda Colombia como un departamento más. Metió las cuatro.

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