Dicen
que entre 2022 y 2026 se podría “vivir sabroso”, pero es que desde el pasado
siete de agosto, las fuerzas alternativas que se encuentran gobernando, han
empezado a entender, a fuerza de aterrizadas y polémicas que no se puede
gobernar a punta de demagogia y poemas de amor, sino con medidas duras pero
efectivas que conduzcan a una gobernabilidad y sostenibilidad, que se respete
la constitución. Y el primer reto que deberán tener es la presentación de
la Reforma Tributaria en el Congreso de la República, que, si bien se ha
mostrado amable ante el nuevo ejecutivo, también es cierto que este tipo de
temas abren muchas ampollas y como en un año vienen elecciones locales, querrán
conservar sus caudales electorales y los temas de impuestos no es que sean los mejores
aliados. La elección de José Antonio Ocampo como Ministro de Hacienda fue una
de los mejores aciertos de Gustavo Petro, ya que es de los miembros del
gabinete que mayor confianza generan, por cuanto tiene una larga experiencia, a
nivel nacional e internacional, pero tendrá un camino complicado en este
proyecto de reforma, ya que lo más probable, es que ni en el congreso ni en la
corte constitucional, salga totalmente original.
El
texto de esta ley que se menciona a continuación (BBC) lo describe todo: "La
reforma tributaria propuesta se construye sobre los principios constitucionales
de equidad, eficiencia y progresividad, y tiene como propósito saldar parte de
la deuda social histórica del Estado con la población colombiana".
Todos los gobiernos habidos y por haber han presentado sus reformas tributarias
como la panacea para sanear las financias del país, y eso que Colombia está sin
mayores problemas a nivel latinoamericano. Pero también se debe tener
conciencia de que la equidad, eficiencia y progresividad no existen en el
aparato económico del país; al fin y al cabo, el país de Gabo y Débora Arango
es uno de los más desiguales del mundo, no solo por el tema de la violencia, es
principalmente la corrupción en su aparato estatal que se encuentra enquistado
como linfomas en el cuerpo humano, que a medida que pasa el tiempo, crecen en
tamaño y pretenden permear otros órganos para no convertirse en una enfermedad
paliativa, sino en una descomposición crónica que hace perder la moral de tener
un mejor país mañana, que conlleva a tener las armas listas para acrecentar una
rabia desde hace más de 200 años.
¿Qué
dice el Ministro Ocampo? (BBC) "El Estado tiene una deuda social
histórica. Los niveles de desigualdad han sido altos y persistentes. Este
proyecto tiene como objeto avanzar fundamentalmente en dos dimensiones:
disminuir las exenciones inequitativas y lograr la consecución suficiente de
recursos para financiar el fortalecimiento del sistema de protección
social". Tiene toda la razón, pero también deberá comprender que
una reforma tributaria mal manejada, mal presentada y retirada a los
machetazos, originó el Estallido Social del año pasado, que le dejó enormes
pérdidas sociales y económicas al país, y si bien logró tumbar de la silla
ministerial al Ególatra Alberto Carrasquilla, los ecos siguen por ahí rondando
y que cualquier papayazo, los estallidos, mingas y primeras líneas volverán con
mayor fuerza y más agresividad. Puede que los presidentes del Senado (Roy
Barreras) y Cámara de Representantes (David Racero) estén muy afines al nuevo
gobierno, pero también se deberá escuchar a la oposición y fuerzas
independientes, en aras de que lo que salga sea lo mejor que se pueda aplicar,
y como lo dice el ExCandidato Rodolfo Hernández, que no se despilfarre la
plata, sino que se administre bien para lograr todos los objetivos, y que no se
venga cada uno o dos años con más proyectos de reforma.
¿Voces
en contra? La más importante es la de ExSenador Jorge Enrique Robledo, quien en
una entrevista para El Nuevo Día (Ibagué) manifestó las siguientes palabras: "Hay
un asunto que es importante definir en cualquier debate tributario. Hay
que definir qué es ser rico en Colombia"…"Yo sí estoy convencido que
el rango para aumentar los impuestos, ponerlo en $10 millones es un tiro
contra la clase media"…"Yo pago lo que tenga que pagar".
Aparentemente con la reforma se pretende poner en cintura a las 4000 personas
más ricas del país, pero también se aplica el dicho de “hecha la ley, hecha
la trampa”; que en muchas empresas grandes se cotiza bajo valores mínimos
de salario, pero que luego se compensa con conceptos de publicidad, comisiones
y demás, y que la crisis económica de un rico termina cortando oportunidades
laborales, económicas y sociales para los pobres. Claro que se debe tributar,
pero lo justo, para no afectar a las clases media y baja, no es cuestión de que
quien gane diez millones de pesos evada impuestos, sino que en un sistema tan
corrupto como el colombiano, primero se debe construir confianza mediante el
saneamiento del mismo, y que lo recolectado sea correctamente administrado y no
vaya a parar a los bolsillos de los corruptos y no se genere más violencia.
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