martes, 16 de agosto de 2022

LA CÁTEDRA

 

La Paz es el mayor anhelo de Colombia, un país que ha vivido es una constante espiral de violencia, donde unas cuantas muertes poco importan, que aniquilar enemigos reales e imaginarios es lo más recomendable, así como no se pueden permitir ideologías alternativas que supuestamente atentan contra un imaginario desarrollo y unas despreciables ideologías religiosas. De ahí la importancia de que se explique que esta palabra (Paz) es corta pero importante para la vida, porque no se puede solucionar nada a cambio de aniquilar todo lo existente, bajo el pretexto de una ira divina, que no existe, que tan solo está en la imaginación. Quien no conoce bien la historia, está condenado a padecer su lado malo, dicen por ahí, y eso refuerza más la teoría de enseñar a vivir en paz, desde los centros educativos (escuelas, colegios, universidades, centros tecnológicos) porque la tolerancia debe primar sobre los intereses oscuros y particulares, que pretenden envolver al mundo en una espiral de agresiones, que los argumentos se cambien por insultos, balas y explosiones; donde el nombre de íconos religiosos se transformen en instrumentos de miedo para imponer unas ideas sumamente peligrosas para la convivencia, donde el estrato social predomine sobre solucionar los problemas comunales.

 

Por todo lo anterior, resulta bastante interesante y positivo que el Gobierno recién posesionado de Gustavo Petro, a través de su Ministro de Educación, Alejandro Gaviria proponga enseñar una cátedra en los entes escolares, sobre el conflicto colombiano y su solución a través del Acuerdo de Paz entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla de las Farc; con base en el Informe Final presentado por la Comisión de la Verdad (en cabeza del Sacerdote Jesuita Francisco de Roux), para que se vaya conociendo y analizando el fracaso de pretender solucionar todo (particular y comunal) a través de las armas y el todo vale, cuando se puede dialogar y llegar a compromisos inteligentes y fáciles de cumplir. Ha tenido un efecto alentador en la sociedad colombiana quien al parecer está cambiando ese chip del plomo por el de las soluciones reales a todos los problemas que tiene este país, aunque con violencia todavía, no pierde la esperanza de encontrar esa paz tan anhelada en más de 200 años. No es que vayan a poner a los educados y las educadas a aprenderse de memoria el compendio del Informe Final, sino a trabajar con base en sus datos, análisis y recomendaciones, en un Plan para poder llevar a la nación a Feliz Puerto.

 

El pasado 29 de julio, el entonces designado Ministro de Educación, pronunció las siguientes palabras, para justificar su propuesta (Kienyke): “Conocer nuestro pasado, hurgar en nuestras historias, incluso en las más problemáticas, incluso enfrentar las verdades incómodas, es fundamental para la reconciliación de nuestro país. Este 12 de agosto, las escuelas de nuestro país recibirán el legado de la Comisión de la Verdad”. Para cuando se publique la presente columna, ya se presentando en los entes escolares el Informe Final, también como un Plan de Concertación del cual se tiene una orden perentoria, desde su presentación, el pasado 28 de junio. Que bueno que la Cátedra de Ciencias Sociales lo pusiese no como algo para calificar numéricamente, sino como una actividad extracurricular, para que también se incluyese a los entornos familiares de directivas, docentes y alumnado; porque ahí puede haber mucha fuente de datos para tomar y analizar con este Informe Final, porque la violencia ha afectado directa o indirectamente, a cada habitante de Macondo, de ahí a que su literatura se encuentre mayormente referido a la ola de violencia que se ha padecido desde tiempos de invasión española e independencia del trono de Madrid.

 

¿Qué dicen quienes se oponen al Acuerdo de Paz e Informe Final? El uribista Francisco Bejarano (Las 2 Orillas), manifiesta lo siguiente: Los colegios ya no dictan ni siquiera la historia que nos dio la libertad y la democracia, ni la urbanidad, ni materias importantes que se olvidaron. Un escrito a retazos en el que no se ha dicho la verdad, no se puede convertir en un conversatorio, que terminara en adoctrinamiento que no nos interesa”. Don Francisco, no se preocupe que con La Cátedra (Informe Final) se va a recordar muy bien la historia de lo que ha pasado, de las atrocidades que han cometido actores ilegales y legales contra el pueblo colombiano, que se debe analizar muy bien lo que pasó para no repetir situaciones similares, iguales (incluso, peores); que no se está ideologizando a nadie contra las Fuerzas Militares, ni se va a invadir al país con la Ideología de Género ni el Rayo Homosexualizador. Es más, el expresidente Uribe propone enseñar otra cátedra como una contrarrespuesta, donde se podría abrir un debate sano y convencerlo de una vez por todas, que es mejor la paz como un motivo para vivir, que la guerra como un negocio. Y es preferible hablar con quien se tienen diferencias, que enviar a los más pobres a una matazón absurda mientras los poderosos se rascan el ombligo mientras beben whisky.

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