Es
cierto que la llegada al poder de Gustavo Francisco Petro Urrego ha irritado a
unos cuantos, por ahí, y que harán lo que sea para amargarle el cuatrienio; pero
también se sabe que su ego le hace malas jugadas, haciendo ver enemigos donde
no se notan, o querer tener a todo el mundo de su lado, sin importar sus
argumentos y/o acciones. Cuando estuvo en la Alcaldía Mayor de Bogotá entre
el primero de enero de 2012 y el 31 de diciembre de 2015, se presentaron
diversos acontecimientos que cambiaron el rumbo de la política nacional (tanto
para bien como para mal); varios de sus funcionarios salieron a las pocas
semanas de haber llegado al Palacio Liévano, debido en buena parte a su ego y
su poca tolerancia frente a las sugerencias de los demás; pero tuvo que padecer
la persecución del Inquisidor, perdón, en ese entonces Procurador, Alejandro
Ordoñez Maldonado, lo que hizo que se reencauchase en el listado de presidenciables,
llegando al cargo máximo el siete de agosto pasado. Sin embargo, se debe estar
alerta porque su estilo caudillista que le gusta imponer lo que quiere, sin
importar lo que los demás anhele, le podría traer más de un dolor de cabeza, y
que al final, no se vea esa alternativa que supuestamente representa.
Por lo
anterior, resulta increíble y exótica la frase que soltó en días pasados, en
una manifestación popular en el municipio de Caldono (Cauca) (Fuente - El
Colombiano): “El principal rival del Estado, del
Gobierno, está en su interior. Es un enemigo interno representado
con creencias, maneras de pensar y no simplemente por personas que al final lo
que producen en concreto es que no se permitan los cambios a pesar de que el
presidente quiere”. Que la hubiese dicho el Presidente de Chile Gabriel
Boric o Pedro Castillo en Perú, no tendría nada de extraño, ya que la
experiencia de ambos en la política es muy poca que los hace asustar y padecer
diversas situaciones de sus países; pero que salga de alguien quien lleva
más de 30 años en los poderes ejecutivo y legislativo de Colombia, que se sabe
desde la A hasta la Z como funciona este país, si deja mucho que preocupar. No
se sabe aún si es que le quieren hacer una sublevación o algo por el estilo,
que, por el momento, se encuentra descartado; tiene mayorías calificadas en el
Congreso de la República para pasar sus actos legislativos como quiera, que la
relación con administraciones locales hasta ahora fluye sin mayores novedades,
luego, ¿porqué chilla?
Surgió
el debate por semejante afirmación, en buena parte, responsabilidad del mismo
Jefe de Estado; unos (como el autor de la presente columna) pensaron que se
refería a la Vicepresidenta Francia Márquez, a quien aún le siguen haciendo el
feo al interior de la Casa de Nariño, otros al Ministro de Hacienda José
Antonio Ocampo, quien ha tenido que salir a desmentir las metidas de pata de
otros colegas del gabinete como la Ministra de Minas Irene Vélez quien la ha
embarrado más de una vez; incluso, también entró en esa lista del Director del
Dapre, Mauricio Lizcano, envuelto en unos escándalos por compras suntuosas para
las mansiones presidenciales en Colombia, así como la casa vicepresidencial.
Pero luego de una controversia con el Subdirector de la Revista Semana, Yesid
Lancheros, el Presidente salió con esta frase (El País de Cali): “Deja de sembrar
cizaña Yesid. El enemigo interno es el acumulado de normas y pasos hechos en la
administración nacional durante décadas para defender intereses particulares
poderosos e impedir los cambios en favor de la gente”. Pero en vez de
aclarar la situación, la enredó más.
Señor Presidente, apenas
lleva once semanas en el cargo, en medio de unas grandes expectativas
generadas, tanto a nivel nacional como internacional; y que la prioridad es
lograr la implementación del Acuerdo de Paz vigente y la consecución de la
misma con otros grupos ilegales; no ha podido convencer de las bondades de
su programa de gobierno y, por ende, la desconfianza sigue reinando en este
país de Gabo. Usted fracasó con este estilo soberbio y cascarrabias en la
Bogotá Humana (que terminó siendo inhumana), no puede darse el lujo de
repetirlo a nivel nacional, incluso, pasándose por encima la Constitución de
1991. Hay que trabajar duro y dialogando con todo el mundo, y funcionario que
no ande bien, a corregirlo y/o cambiarlo, porque solo es un cuatrienio. La
situación del país en la postpandemia no es la mejor, no solo porque se acaba
de ir el Desgobierno de Iván Duque (Uribe en Cuerpo Ajeno), también por la
polarización existente (donde usted tiene buena parte de responsabilidad). Solo
queda una pregunta; ¿porqué está tomando el estilo de Álvaro Uribe a
comienzos de su primera dictadura, perdón, presidencia en 2002? Recuerde que el
también salía con unas frases de ese estilo, que conllevaron al fracasado
referendo de 2003, y posteriormente, a la polémica reelección con matera
incluida.
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