El
autor de la presente columna lleva más de 40 años viviendo en esta Selva de
Cemento llamada Bogotá D.C, aunque fue llamada Santafé de Bogotá D.C durante
los últimos diez años del siglo pasado. Y sin lugar a dudas, la inseguridad
ha sido el principal karma de esta ciudad de su fundación, sin que haya habido
una estrategia efectiva para combatirla; personalmente, se han vivido
episodios desagradables como asalto a casa, robo de libros universitarios
(sacados de la maleta de estudiante universitario) y de un celular (cuando eran
las simples panelas). Salir a las calles de esta urbe es un gran reto, ya que
en cualquier lugar pueden aparecer los amigos de lo ajeno, unos simples cacos,
otros con armamento; pero la mejor arma hoy para combatirla es con el dicho sabio
de la Cultura Ciudadana: NO DAR PAPAYA. Hay que llevar documentos, celulares,
relojes y demás, lo más seguro posible en el cuerpo, en lo posible no contestar
llamadas en la calle, andar con los ojos abiertos y los oídos despiertos, no
recibir comidas de extraños y tratar de hacer diligencias en horas diurnas. Si
bien las autoridades no se encuentran en su mejor momento, reportar cualquier
novedad delictiva que se haya vivido.
¿Qué
pasa con Bogotá Cuidadora? Si bien la administración de Claudia López ha tenido
todo su tiempo para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la capital
colombiana, la inseguridad ha sido su principal karma, no solo porque la
percepción (nunca se dejará de lado) ha aumentado, también la llegada de grupos
ilegales (microtráfico principalmente) ha contribuido con la paranoia reinante.
La Secretaría de Seguridad (entidad creada en la administración del
uribista Enrique Peñalosa) parece no dar abasto, ir en camino contrario hacia
la combatividad efectiva a la delincuencia y criminalidad, no tener el
suficiente material para luchar de una manera pronta; pero también se debe
admitir que no contribuye mucho la situación de la Policía Nacional (entidad
dependiente del Gobierno Nacional), con en el Gobierno de Iván Duque (gestor de
varios desplantes a la Bogotá Cuidadora) y el de Gustavo Petro (ojalá
contribuya positivamente a calmar la situación). Es cierto que se debe tener
paciencia y calma, pero también es preciso que se implementen medidas
efectivas para contrarrestar la situación, así la percepción siga siendo
inmodificable.
¿Qué
es la Percepción de Inseguridad? Es un mal que padecen los habitantes de las
urbes en todo el mundo; es difícil pensar que en New York se sienta seguro
luego del once de septiembre de 2001; o París luego de los atentados de los
grupos islámicos radicales, algo similar en Londres; ni siquiera Río de Janeiro
se escapa con los altos niveles de inseguridad. Después de que se vive un
acontecimiento de inseguridad urbana, la desconfianza queda ahí y trae consigo
la percepción de que no se puede estar seguro en ninguna parte, que se siente
que en cualquier momento le puede pasar a uno un acontecimiento mínimo
desagradable. No solo se vive en grandes urbes, sino en pequeñas que han tenido
que sentir en carne viva el conflicto armado interno en Colombia, como el caso
de varias poblaciones en el norte del departamento del Cauca, en la zona del
Catatumbo (Norte de Santander), Bajo Cauca Antioqueño, San Vicente del Caguán
(Caquetá), Tumaco, Buenaventura, entre otros. Muchos dirán que es un
problema para el Gobierno Nacional y que las autoridades locales se deben
quedar quietas, lo cual es absurdo, deben trabajar coordinada y
mancomunadamente, los escuadrones de inseguridad trabajan en todos los rincones
del país, ya que su principal objetivo es lucrarse del delito y si tienen
que recurrir a lo que sea para hacer de las suyas, lo harán.
¿Qué
dice la Secretaría de Seguridad? En junio pasado, salieron declaraciones sobre
la materia del Jefe de ese Despacho, Aníbal Fernández de Soto sobre la materia,
entre las cuales se cuenta el siguiente párrafo: “Si nos comparamos con
otras grandes ciudades del país, encontramos que Bogotá tiene la menor tasa de
homicidios a nivel nacional con 6 casos por cada 100.000 habitantes en lo
corrido de este semestre; es un gran logro, una gran noticia, y un
reconocimiento a la Policía por las acciones que realizan a diario”. Se
debe reconocer el trabajo positivo, pero también no va al lugar compararse con
las demás urbes del país, más pequeñas en extensión y población. Aquí
debería venir una serie de medidas y trabajos coordinados con el Gobierno
Nacional, como la definición de a quien debe obedecer la Policía en una
situación de esta índole (sin tener que recurrir a pedir conceptos de ambas
entidades (local y nacional)). También se debería recurrir a la Cultura
Ciudadana, ya que está demostrado que la Pedagogía es una gran aliada a la hora
de implementar acciones de seguridad; y que quienes se quejan e insultan a la
Administración Distrital a través de Redes Sociales (la mayoría queriendo sacar
réditos políticos), presenten sus propuestas para analizarlas y en caso de ser
positivas, implementarlas; del resto, que se queden callados.
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