En días pasados, en La Habana (Cuba) se dio una firma de
un documento donde el Estado Colombiano (en cabeza del Presidente Gustavo
Petro) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), donde se comprometieron a un
cese temporal de fuego, durante un tiempo inicial de seis meses, prorrogables. El
anhelo de la Paz ha sido el mayor deseo del país, que aún sigue enfrascado en
un baño de sangre y violencia, y este podría ser el mayor, luego de la firma
del Acuerdo de Paz entre el Estado Colombiano (en cabeza del Presidente Juan
Manuel Santos) y la antigua guerrilla de las Farc. Pero han surgido muchas
dudas porque estos diálogos han tenido muchos tropiezos y embarradas de ambas
partes, por una parte el ELN no ha querido desescalar su violencia y
secuestros, así como el mismo gobierno ha querido dar golpes de astucia con
ceses por decreto, los cuales no han servido un carajo, sumando el hecho de que
hay una desmoralización en las FFMM y la Policía Nacional, lo que complica aún
más la situación del país; no se ha tenido la suficiente prudencia para llevar
una negociación tan complicada para lograr un cese definitivo del fuego, y lo
que más preocupa, que esta firma se da a cuatro meses de las elecciones
locales, donde el Pacto Histórico tiene desventajas.
El Gobierno Petro, tal vez queriendo sacar pecho y darle
unas dimensiones exageradas, ha definido esta firma como (El Espectador): “El
proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz”; “Cese
al fuego bilateral, nacional y temporal entre el gobierno de Colombia y el ELN” y “Alistamiento
para el proceso de participación de la sociedad y del cese al fuego bilateral”. Pueden
existir las mejores intenciones, pero hay que saber llevas las cosas con calma,
algo que no caracteriza a “Colombia Potencia de la Vida”, donde no se han hecho
las suficientes consultas con las comunidades afectadas por este conflicto que
tiene casi sesenta años de existencia, que se encuentra atascado en medio de
los egos, principalmente de los Jefes del ELN, como Pablo Beltrán, Antonio
García y el mismo alias “Pablito” (quien parece tener la guerra como un
negocio), unos viejitos bien definidos por el Mago Kandú (Cagasecos, Pipilocos
y Culichupados); aún siguen emulando al nefasto “Cura Pérez”, un españolete que
en su periplo por Macondo, hizo muchas barbaridades para satisfacer su ego
seminazi, principalmente contra el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible,
sobre todo con las voladuras al Oleoducto Caño Limón – Coveñas.
Pero,
¿qué dicen los cuchitos elenos? A Pablo Beltrán, no le gustó mucho el discurso
del Presidente Petro, y reaccionó de la siguiente manera, diciendo que
seguirían los secuestros y las extorsiones (algo que se debe aclarar en la fase
pedagógica que supuestamente inicia el seis de julio) (Infobae): “Si viene
el presidente y les dice a los generales que nosotros somos un grupo no
político como el Clan del Golfo entonces toda la negociación
se va al traste. Esta mañana veía yo que un expresidente decía que, si el ELN
son narcotraficantes, entonces sométalos. Entonces el problema está
en que hay que hacer caracterizaciones precisas para que haya procesos
políticos claros. Eso es lo que enreda las declaraciones del presidente”.
Luego llegó el Ególatra de Antonio García, cuando el Presidente Petro dijo
(palabras más, palabras menos); “el conflicto colombiano terminará en 2025”,
algo que suena a exageración (El Tiempo): “Petro se confundió” … "Los
acuerdos se rigen sobre los textos escritos y firmados, no sobre lo que se diga
o se interprete". No sobra recordarle al mismo Presidente Petro y al
Comisionado de Paz, Danilo Rueda, que deben amarrarse bien los pantalones,
porque los elenos a la más pequeña oportunidad, aprovecharán para incumplir lo
pactado.
Y
quedarían muchos interrogantes: ¿Qué dirá alias “Pablito”, sobre este cese de
papel, que parece ser?, ¿si permitirán las disidencias de las Farc llamadas
Segunda Marquetalia e Iván Mordisco, que se lleve a cabo?, ¿Cuál será el papel
de la Organización de las Naciones Unidas en esto, que aún no está claro?,
¿Cómo podrá corroborar las comunidades este supuesto pacto? Se supone que
inicia el próximo tres de agosto, pero aún no hay nada claro. Debieron haber
hecho más organizado, como lo fueron los diálogos de paz entre el Estado y la
antigua guerrilla de las Farc, sin dejarse llevar por presiones de coyunturas
políticas y de orden público, además de que si bien en hora buena, se
reanudaron relaciones con Venezuela, no se le ve muy confiable aún. Esto no se
soluciona con movilizaciones, es con diálogo sincero y concreto, con la firma
de acuerdos que tengan estrategias definidas para que la paz siga sembrando el
camino hacia la calma de Colombia. Por el momento, es muy difícil confiar en un
gobierno que va de escándalo en escándalo y una guerrilla arrogante y
beligerante, que parece tener la guerra como un negocio.
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