miércoles, 28 de junio de 2023

CANNABIS ESTIGMATIZADO

 

El cannabis, más conocido como marihuana, moño, maracachafa, entre otros alias, fue la más reciente víctima de la estigmatización moral que hace la mojigatería en Colombia que ha reinado durante más de 200 años. Cuando ya se habla de replantear la guerra contra el narcotráfico, y se tienen resultados palpables del fracaso de represión policial, aquí se siga insistiendo injustamente en este absurdo, que tantas víctimas ha dejado, así como la destrucción de miles de hectáreas de bosque, especies animales y cultivos legales de la población más vulnerable (campesinos, indígenas, afros). Mientras tanto, los falsos moralistas siguen insistiendo con estupideces como el glifosato (con el cual, algunos parecen estar obsesionados), que todo cultivo de cannabis, hoja de coca y/o amapola debe ser considerado un peligro para “nuestros niños” (lo dicen algunos integrantes de la derecha, cuando en su vida han tenido sus consumos), y no dejan que un proyecto de reforma constitucional como el “Cannabis de Uso Adulto”, tenga un trámite normal en el Congreso de la República, y se hunda por falta de votos necesarios para ser Ley de la República, y por fin se pueda dar un giro más benévolo en la lucha contra el narcotráfico, tan solo por la arrogancia de sus dirigentes, quienes se sienten con derecho a decidir que se consume y que no. No hay derecho.

 

Todo comenzó el año pasado cuando la Senadora del Pacto Histórico María José Pizarra y el Representante a la Cámara Liberal Juan Carlos Lozada, presentaron un proyecto para legalizar el uso recreativo del Cannabis en Colombia, ya que, a nivel medicinal, está permitido, pese a todas las restricciones que le han querido imponer hasta llevarlo a una cuasi quiebra (principalmente, en el desgobierno de Iván Duque). Se pensaría que el Gobierno Petro apoyaría desde un principio este proyecto, pero se portó de una manera “tibia” durante todo el trámite legislativo, solo vino a medio apoyarlo cuando para qué, en el último debate, donde el uribismo hizo lo que se le vino en gana. Ni hablar del falso apoyo de Cambio Radical (el partido de Vargas Lleras), quienes alegando que se deberían poner unas restricciones para evitar el peligro a “nuestros niños”, pero en realidad en el último debate se les vio muy acompañados de congresistas del Centro Democrático para hacer la jugadita “Estilo Macías”. Para la muestra, las quejas del Senador Carlos Fernando Mottoa sobre unos supuestos lobby de personas interesadas en el “Cannabis de Uso Adulto”, algo que jamás se vio.

 

Ni hablar de la bancada del Centro Democrático que le declaró la guerra al proyecto, hasta considerarlo objetivo de falso positivo; llevaron unas falsas representaciones de pordioseros alegando que eso haría el cannabis. Ni hablar de la arrogancia de la Senadora Paloma Valencia diciendo en palabras más, palabras menos: “todo consumidor de cannabis, independiente de las razones, es un marihuanero”, ni el abrazo entre los representantes de la ultraderecha de poncho y carriel, los Senadores Paola Holguín y Andrés Guerra cuando el proyecto no alcanzó el umbral necesario para ser aprobado. Para rematar, las palabras de Álvaro Uribe cuando se conoció el hundimiento (El Heraldo): "En Colombia el consumo recreativo de drogas no está criminalizado, pero sigue siendo ilegal. No se penaliza con cárcel, pero sí cabe el decomiso. En la Constitución prima la prevención. El uso medicinal está autorizado desde los años sesenta". Que contradicción y que cinismo, como si solo el pudiera decidir que se consume y que no en Colombia, ay Expresidente, todavía con los sueños de Nerón. Y el ridículo que hizo la Periodista y Directora de una tal Revista Semana, más conocida como Victoria Eugenia o Vicky Dávila, quien hacía unas plegarias religiosas para que el proyecto muriera, alguien puede tener una posición sobre un tema, pero llegar a estos extremos, si deja mucho que desear.

 

Es una lástima que, por la mojigatería y la arrogancia de la extrema derecha, se siga derramando sangre en una guerra absurda contra el narcotráfico, mientras en otros países ya se considera el cannabis de uso recreativo como un método sano para generar más empleo, convivencia y tolerancia, así como la desaparición de la ilegalidad. Solo quedaría tener en cuenta las cinco recomendaciones que hizo Santiago Tobón en la Silla Vacía para legalizar el “Cannabis de Uso Recreativo”: Primero, menos personas tendrían contacto con el sistema de justicia criminal… Segundo, la regulación de la marihuana recreativa incorporaría una parte de la economía que actualmente es totalmente invisible… Tercero, mecánicamente se reduce el tamaño del mercado ilegal. Esto implica organizaciones criminales con menos recursos, menos poderosas y posiblemente con menos miembros… Cuarto, la calidad de la droga mejorará, porque en lugar de producirse en un mercado no regulado, la producción de marihuana tendría que cumplir una serie de atributos de calidad… Por un lado, la reorientación de recursos hacia las políticas de reducción de demanda debería mitigar y controlar el riesgo, que es cierto, miren en Europa”. Sin comentarios.

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