En medio de toda la bullaranga generada por los
escándalos de polígrafos y chuzadas en la Casa de Nariño, caso similar al de la
Seguridad Democrática; se han dado a conocer las cifras de reservas de
hidrocarburos (petróleo y gas) que existen en el país y donde supuestamente
este Gobierno Terco (donde hay una Ministra de Minas que no sabe del tema, pero
que parece superar en poder a la ExPoderosa Jefe de Gabinete, Laura Sarabia,
así como del ExEmbajador gritón en Venezuela, Armando Benedetti). Doña Irene sigue
empeñada en sacarse un clavo que no sabe de donde ni quien ni que lo causó, ya
que cuenta con la bendición total del Presidente y de la Vicepresidenta (quien
la recomendó para el cargo), solo con tal de recurrir a un supuesto
ambientalismo en “Colombia Potencia Mundial de la Vida”, algo que aún no se ha
visto en estos diez meses del gobierno del cambio para seguir siendo de lo
mismo. La obstinación sobre un tema tan delicado como este, hace que se
pierda la realidad y que la obnubilación le hagan tomar el poder excesivamente,
con favores recibidos (destitución de la Viceministra de Minas, la Directora de
la Agencia Nacional de Hidrocarburos y el antiguo Presidente de Ecopetrol,
Felipe Bayón, quien dejó a la principal compañía del país en un estado de solidez
financiera).
Se empieza por la
parte insensata, la del Gobierno, quien a través de la ANH publicó en días
pasados publicó el informe sobre las Reservas de Hidrocarburos que aún tiene el
país, sacó un informe donde se pueden leer los siguientes párrafos
(Portafolio): “Además,
la producción de petróleo se ubicó en 275 millones de barriles, lo
que indica un crecimiento de seis millones con respecto al año anterior (269
millones de barriles), lo que quiere decir, que habría reservas para
7,5 años…Con respecto a las reservas probadas de gas, estas se situaron al
cierre de 2022 en 2,82 terapiés cúbicos (Tpc), que equivalen a 2.82
trillones de pies cúbicos. Esto quiere decir, que hubo una diferencia
de -0,35% con respecto al 2021. La producción de gas comercializado llegó a
0,39 terapíes cúbicos, lo que quiere decir que hay reservas para 7.2 años”. Mientras celebran como un logro el
aumento de las reservas de petróleo, ven con indiferencia las reservas de gas,
dado su gran uso domiciliario, pero ni siquiera proponen estrategias
responsables y serias para buscar más reservas, ya que el sector energético es
el que más ingresos le da al país por exportaciones. Solo recurren a la
ingenuidad de importar a Venezuela, un proyecto que todavía se demora décadas.
Por otra parte, la sensatez se encuentra la columna
publicada en El Tiempo por el ExMinistro de Hacienda y experto en la materia,
Antonio José Ocampo (error garrafal de este gobierno, dejarlo ir por una
absurda guerra de egos), que dice entre otras cosas: “Por lo demás, dejar
de producir y exportar petróleo por parte de Colombia no contribuiría a mitigar
el cambio climático global, ya que solo producimos el 0,6 % del total mundial y
otros países rápidamente reemplazarían las menores exportaciones colombianas…
En materia de generación eléctrica, el problema es además el inmenso atraso de
los proyectos de energía solar y eólica, que se ha reflejado con fuerza en la
cancelación del proyecto de generación eólica de Enel en La Guajira. Los
permisos ambientales y las consultas previas con las comunidades no pueden
convertirse en un freno al desarrollo de estos proyectos”. El
Gobierno pretende meter la cabeza en un hueco en la tierra como el avestruz,
cuantas veces Ocampo desde el Ministerio no hizo miles de llamados no solo en
materia de recursos energéticos, salud, diálogo, paz; pero como no era del
gusto del sanedrín que aún perdura de en antiguo Palacio de la Carrera en
Bogotá, se tuvo que regresar a EEUU a seguir en la carrera universitaria. No
hay derecho.
Cada quien tiene derecho a pensar, decidir y hacer lo que
quiere, incluso desde lo más alto del poder, pero frente a un tema tan
delicado como este, donde aún se necesita en buena cantidad la energía fósil
para la industria del país, también para la implementación gradual y organizada
de las energías limpias, si se debe pensar en un equilibrio que les brinde
garantías a todas las partes, independiente de las simpatías que se
sientan. El Presidente sigue empeñado en cumplir su Plan de Gobierno, a las
buenas o a las malas, porque le dolería su alter ego. Dicen que hubo diálogos
vinculantes en las regiones sobre el Plan Nacional de Desarrollo y trámites de
las diversas reformas, pero por lo que se ha aprobado en el Congreso de la
República, parece que no se tuvo en cuenta nada, es como si quisiera arrasar
con lo poco que hay para dejar todo un espacio a lo negativo que podría traer
el futuro gracias a un caos administrativo (no se debe olvidar que los
gobiernos anteriores también la han embarrado en grande), la radicalización no
conduce a nada bueno, tan solo al aislamiento gubernamental.
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