En pleno siglo XXI se está viviendo una de las peores
catástrofes de la humanidad, sin que se vean soluciones cercanas. Es el
cambio climático que avanza impávidamente sin que se pueda detener fácilmente, más
aún cuando el panorama geopolítico se encuentra dominado por personajillos
mesiánicos de derecha e izquierda, quienes se creen la sabiduría en la materia,
pero que al final del día solo terminan hablando paja, la cual también se quema
con el aumento de las temperaturas a niveles insospechados, con temperaturas en
ciertas zonas de EEUU, Europa, África y América Latina sobrepasando los 50
grados centígrados, así como niveles de lluvias que pueden acabar en un día con
zonas urbanas medianas, debido a su intensidad y cantidad de agua. En Colombia
ni hablar, una Guajira cada vez más seca e ignorada (donde aún no se ponen en
marcha los decretos de emergencia económica, si es que aprueban el examen en la
Corte Constitucional), con contrastes entre calores y niveles de lluvias en la
Sabana Cundiboyacense, los ríos secos, los glaciares agonizando, la
deforestación avanzando a ritmo acelerado, los humedales desapareciendo; ¿y el
gobierno de la potencia de la vida? No se ve por ninguna parte, es más, su
presidente escurrió el bulto al finalizar la Cumbre Amazónica en Belem
(Brasil).
En Estados Unidos declararon el mes pasado de julio, como
el más caluroso de la historia, con temperaturas altas y pese a que hubo
lluvias, el calor se llevó buena parte de bosques con incendios de grandes
magnitudes (ejemplo, Maui en Hawái). “Los
datos de la NASA confirman lo que miles de millones de personas en todo el
mundo, literalmente, han sentido: las temperaturas de julio de 2023 lo
convirtieron en el mes más caluroso que se haya registrado. En cada rincón del
país, los estadounidenses están experimentando de primera mano los efectos del
cambio climático, lo que subraya la urgencia de la histórica agenda climática
del presidente Biden”.
Es imposible que la Nasa se ponga a exagerar en un tema tan delicado,
simplemente está diciendo una verdad de a puño, falta ver si la clase
política pone en marcha las soluciones para un problema que parece salirse de
control y de la mente humana; han muerto miles de personas como consecuencias
de la impresionante ola de calor, sin que se avizoren soluciones por parte de
los mismos políticos (Biden trata de ser reelecto y Trump quiere ganar a las
buenas o a las malas, sin importar lo que diga la gente y sus necesidades).
“El aire es irrespirable. El calor es insoportable. Y el nivel de
ganancia de los combustibles fósiles y la inacción climática es inaceptable” …
"Las consecuencias son claras y trágicas: niños arrastrados por las
lluvias monzónicas, familias que huyen de las llamas, trabajadores que se
desploman bajo un calor abrasador” … “El cambio climático está aquí. Es
aterrador. Y es solo el comienzo”. Fueron
algunas de las palabras del Secretario General de la ONU, Antonio Gutierres
(BBC), luego de que se conociera el dato nefasto que consideró a julio como el
mes más caluroso que ha tenido que soportar la flora, la fauna y la humanidad
en el presente año; pero la ONU, como otros entes territoriales mundiales, no
tienen mayor poder de acción para realizar estrategias de lucha contra el
cambio climático, luego no es mucho lo que se pueda esperar. Pero lo más
triste, es que algunos dirigentes de derecha e izquierda proponen ignorar el
tema del cambio climático, argumentando que el progreso, a las buenas o a las
malas, se necesita y que el Medio Ambiente y El Desarrollo Sostenible son
retahílas de bohemia que no les hacen ningún bien a las democracias de bien. No
hay derecho.
Un paso pequeño pero valioso que se puede dar es la admisión de la
Conciencia Ambiental como un referente de vida, hacer pequeños avances en el
diario avanzar de la vida, como no botar basura a las calles, no poner en alto
los niveles de ruido para evitar la contaminación audiovisual, no echar
desperdicios a los cuerpos de agua, no dejar basuras en parques naturales ni
reservas forestales ni nevados, reciclar al máximo posible, entre otros. Y en
cuanto a los dirigentes que se hartan de ser ambientalistas (como el que se
pierde por ahí), deberían volverse serios de una vez y emprender acciones (más
cuando llevan más de un año en los gobiernos, así sea vagando). La tierra es un
solo planeta, y la indiferencia con la negligencia y el daño que se le hace, la
podrían hacer colapsar en cuestión de pocos años; con transiciones organizadas
de energía y no imponiéndose desde un ego, haciendo copartícipe a las distintas
comunidades para que haya un trabajo mancomunado y organizado; sabiendo cuales
son las necesidades para aplicar las mejores soluciones a corto, mediano y
largo plazo.
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