martes, 13 de febrero de 2024

INSISTIR CON GORGONA

 

El tema de una base antinarcóticos en Gorgona sigue latente, y eso que estamos en el gobierno que predica el respeto hacia la flora y fauna, aparentemente. En la columna “Cuidado con Gorgona” (22/11/2023), se hacia esta observación: La pasividad de este gobierno (gobiernillo) frente al tema es tan lamentable, que parecería negar la existencia de la Isla, ni pensar lo que podría pasar con la isla de Malpelo, también en el Océano Pacífico, en cuya costa colombiana, este Gobierno de la Potencia de la Vida, sacó un buen caudal de votos en las elecciones presidenciales del año pasado, pero que solo aplica la retórica de que saben de estos temas, pero que no aplican ni fu ni fa”. Y hoy en día, esa sentencia continúa, no solo porque el Gobierno (gobiernillo, desgobierno) sigue enfrascado en unas obsesiones como la próxima Fiscal General de la Nación (ya que ni Barbosa ni Mancera generan algún tipo de confianza), incluyendo bloqueo de sus masas al Palacio de Justicia, así digan que no es cierto (una Magistrada fue herida de una pedrada lanzada, por unos vándalos que andaban en medio de una guardia indígena), y la ausencia de la Ministra de Ambiente, Susana Muhamad, es cada vez mayor; así como ser beligerante con las administraciones locales que tomaron posesión de sus mandatos el pasado primero de enero.

 

Un ejemplo claro de este problema lo trae El Espectador, en su edición del pasado 28 de enero, donde se habla de “¿Y Gorgona, presidente?”, la pregunta que le hacían al Presidente Petro en Guapi (Cauca), mientras que a la par, la gente le exclamaba “¡Cancele el proyecto militar en Gorgona!”, pero la delegación gubernamental, en cabeza de Gustavo Francisco, hizo mala cara y se fue, en una actitud irrespetuosa (y eso que la Vicepresidenta Francia Márquez es de la zona),  pero le puede más el ego a Petro, incluso en sano juicio, lo que está originando que aumente la desconfianza hacia él y su gobierno, pierda apoyo en el electorado (como ocurrió en las elecciones locales del 29 de octubre del año anterior), pero como aún creen que es obligatorio rendirle pleitesía (al estilo de Iván Cepeda, Margarita Rosa de Francisco, Gustavo Bolívar, Angela María Robledo, Daniel Quintero Calle, Laura Sarabia), entonces es imposible dialogar. Como muestra de la angustia presente de la comunidad, dejo el párrafo final del editorial: “El Gobierno Nacional dirá que ha realizado reuniones con la comunidad, pero el descontento es evidente. Ahora que hay anuncios de inversiones históricas, es tiempo de someter el futuro de Gorgona a un proceso más transparente e incluyente”.

 

Más bien, el Gobierno Nacional debería enfocarse en la prometida Inversión Turística y Cultural por 65 mil millones de pesos que el mismo presidente hizo para el Pacífico Colombiano, donde no tendría sentido una base antinarcóticos en la Isla de Gorgona, que también pertenece a Colombia y al Océano Pacífico. Como lo afirmó en Report News Colombia, Álvaro Balcázar, Gerente General de Fontur: “estamos trabajando con los destinos del Litoral Pacífico con vocación turística, para fortalecer su infraestructura, acompañar a la cadena de valor del turismo para que ofrezcan servicios con altos estándares de calidad y desarrollen productos teniendo en cuenta las tipologías de turismo que buscan los viajeros”. Es cierto que el Pacífico y esa zona concretamente, tienen muchos problemas de narcotráfico, pero también se hace evidente que la presencia del Estado con inversiones en la zona para que la comunidad tenga como sostenerse y beneficiarse, es la principal arma contra el crimen organizado y la ilegalidad, si se demuestra con hechos fehacientes y positivos que les haga devolver la confianza perdida en los últimos días, con ciertas polémicas en un país ya polarizado y enloquecido por toda la violencia, física y cibernética, que existe.

 

Insistir con Gorgona es una prioridad para el pueblo colombiano, por cuanto representa uno de los tesoros ambientales más grandes del mundo, una prueba contundente sobre las maravillas que ofrece el Océano Pacífico a lo largo y ancho de las costas colombianas, aplicando para la célebre frase “Colombia, Potencia de la Vida”, basta con observar la llegada de las ballenas a las costas del Chocó a aparearse y disfrutar de un clima cálido que les ayuda, como lo describió una vez Sergio Fajardo (así no le guste a ciertos miembros violentos de ese tal Pacto Histórico, quienes creen que la Base Antinarcóticos es una alquimia que le traerá mucho oro al país). No solo existe la Costa Atlántica (así haya sido víctima del desdén gobiernista con los fallidos Juegos Panamericanos), también existe la Costa Pacífica, con su principal puerto del país, Buenaventura (Valle del Cauca), principal zona franca comercial de Colombia, donde el 60% de las exportaciones e importaciones vía naval se mueven; ni hablar de Tumaco, uno de los municipios más bellos del país, a pesar de que los violentos quieren destruirlo. Presidente, recapacite.

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