martes, 20 de febrero de 2024

PRESUPUESTO DESFINANCIADO

 

Como si no fuesen suficientes las metidas de pata en materia de orden pública, deportes y salud (empezando por un Ministro que dice cosas insanas), ahora el Gobierno (desgobierno) Petro saca a relucir otra de sus perlas: el decreto sobre la ejecución del presupuesto para el presente año, sin especificar, como lo manda la ley, la destinación de los dineros obras de infraestructura, educación y demás; en un cálculo estimado en 13 billones de pesos. El Ministro de Hacienda (el mismo quien pagó el año pasado pagó irresponsablemente la nómina oficial tres veces y que aún no ha podido recuperar dicho dinero), se le ocurrió la idea de emitir un decreto para reglamentar el presupuesto, sin la organización correspondiente, como diciendo, esta plata la va a destinar el Mesías de Izquierda para lo que quiera, y que pueden chillar, protestar, pero de malas. Un país como Colombia que se ha caracterizado por tener una de las economías más sólidas del hemisferio occidental (a pesar de los problemas de violencia que se niegan a desaparecer), no se puede dar el lujo de tener una irresponsabilidad así, tan solo porque al Gobierno (desgobierno) que actualmente tiene, no le gustan las mayorías de obras que se están ejecutando ni las nuevas administraciones locales, elegidas democráticamente el pasado 29 de octubre.

 

¿Qué dice Don Ricardo Bonilla, el polémico Ministro de Hacienda? En una entrevista concedida al diario El Tiempo, manifestó lo siguiente: “Es un ejercicio de priorización que nos pidió el Presidente para ver en qué van cada una de las obras y que comencemos a ver qué hacemos porque necesitamos el recurso para otras. Esto implica renegociar las vigencias futuras viendo el grado de avance de cada una de ellas”. Pero que ejercicio tan malo resultó, no se especificaban las destinaciones de dinero para dichas obras, y lo peor de todo, salió con el Ministro de Transporte, en helicóptero (como la Vicepresidenta Francia Márquez), a recorrer las obras de la primera línea del Metro de Bogotá que ya se empezó a construir, diciendo palabras más palabras menos, que no se veía nada. Esta es una clara señal de que la guerra del Gobierno (desgobierno) Petro contra el anhelo de millones de personas que habitan en la Capital del País, va para largo, y si tienen que bloquear por solo darle gusto al ególatra que actualmente reside en la Casa de Nariño (junto con Verónica y las niñas), lo harán; además, de que, en un tiempo cercano, nada de raro sería verlos pidiendo la revocatoria de la Administración Distrital en cabeza de Carlos Fernando Galán.

 

Pero hay quienes dicen que, para resolver este entuerto, no solo se necesita un decreto de yerros, también un nuevo paso por el congreso, como lo afirma el ExMinistro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, al diario Portafolio: “La ley Orgánica del Presupuesto dice que todos los gastos deben aparecer discriminados e identificables en la ley de apropiaciones. La ley de presupuesto consta de dos partes, un cálculo de los ingresos, que se llama la Ley de Rentas, y unas autorizaciones de gasto, que se llaman Ley de Apropiaciones. Estas últimas tienen que ser específicamente señaladas y no pueden inventarlas, luego los gobiernos, en el curso de la ejecución presupuestaria”. Definitivamente, cuando se va de tumbo en tumbo, es inadmisible apoyar a un Gobierno (desgobierno) que le gusta meterse en un problema cada cinco minutos, que permanece callado frente a las atrocidades que están cometiendo ciertas dictaduras (mantienen la misma tibieza que tanto critican a quienes no les secundan sus diatribas); no se puede apoyar ni rendirle pleitesía al desorden y al caos, al todo vale, al estilo uribista de que se hace lo que se quiere y nadie puede replicar.

 

A finales de la semana que pasó, apareció el Decreto de Yerros, que especifica las obras y las destinaciones presupuestadas, y vendría el nuevo debate legislativo, que no tendría porque tener problemas para su desarrollo sano. Pero como no todo es esperanzador, han surgido dos nuevas y lamentables salidas de miembros del Gobierno (desgobierno) Nacional. La primera, el ExDirector Nacional de Planeación, quien en una columna reciente en el Diario La República escribió: El discurso del programa de gobierno del presidente Petro es intrínsecamente válido. Se trata de un mensaje novedoso en el que se hacen explícitas dimensiones estructurales tan relevantes como la recuperación de los activos ambientales, la transición energética, la modernización del sector agropecuario, la búsqueda de la seguridad humana y la convergencia social y regional…. Entre la validez del discurso y la facticidad de la planeación hay una brecha insoluble, que es profundamente dolorosa. Es la angustia, que, en mayor o menor medida, sienten todos los gobernantes. Las limitaciones intrínsecas alimentan desesperanzas, y generan frustraciones. Los electores sienten que las promesas no se cumplen, y que las realizaciones no llenan sus expectativas”. Y el otro acontecimiento, fue la salida a las patadas de la Directora de Presupuesto del Minhacienda, Claudia Marcela Numa, para meter una ficha de Gustavo Bolívar.

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