martes, 6 de febrero de 2024

DEPENDENCIA INCONVENIENTE

 

Con respecto a las relaciones diplomáticas con Venezuela, se aplaude el hecho de que se reestablecieron durante el presente gobierno, ya que, en el pasado, una jugada mal calculada con unas ayudas terminó en un escándalo, lo que llevó al Gobierno Dictatorial de Nicolás Maduro a romper relaciones con Colombia, y el cierre de la frontera, que se prolongó debido a la pandemia. Porque a nivel comercial, es muy poco lo que hay, ya que la situación del país vecino no permite hacer mayores cosas, en cuanto a transporte mucho menos, y en temas de seguridad, el país vecino no tiene mayores garantías, los grupos ilegales siguen entrando y saliendo por la frontera como si fuese su finca, y las autoridades del vecino país no hacen mayor cosa, como si supiesen que los problemas del vecino podrían ser su negocio. Pero es necesario saber lo que está pasando en el país vecino, no se puede establecer un muro imaginario y mucho menos real a lo largo y ancho de los 2219 kilómetros de línea fronteriza, que va desde el paralelo Castilletes hasta la Piedra del Cocuy (Guainía). Pero de ahí a recuperar las relaciones comerciales que durante 2007 y 2008 llegaron a mover hasta 8000 millones de dólares, no se puede lograr mayor cosa, aunque si bien el país vecino ha recuperado algo, aún no es de confiar.

 

En las pocas reuniones que ha habido entre los dos mandatarios (Gustavo Petro de Colombia y Nicolás Maduro de Venezuela), se ha explorado la posibilidad de importar gas y petróleo del país vecino, a costa de que Petro no quiere hacer nuevos contratos de exploración y explotación petrolera, lo que se considera absurdo porque el sector de los hidrocarburos representa el 60% de los ingresos por exportaciones del país, así no le guste al presidente ni a la exministra Irene Vélez ni al actual ministro (Andrés Camacho); están obsesionados con una transición golpeada e irresponsable hacia fuentes de energías alternativas (un tema que solo tiene unas trazas en Colombia, y eso que no pueden operar con facilidad en la Guajira, dadas las diferencias con la comunidad residente allá) lo que podría causar una crisis en el abastecimiento de gas domiciliario y combustible para los diferentes medios de transporte; el Presidente alardea de su supuesto ambientalismo (que es más falso que un billete de ocho pesos), pero su obsesión y su paranoia lo están llevando a tomar decisiones erradas en la materia, y así tenga aún el apoyo de la Unión Sindical Obrera (USO).

 

Ni hablar de Ecopetrol, actualmente en muchos problemas debido al nombramiento nada claro de su actual Presidente, Juan Ricardo Roa, antiguo Jefe Económico de la Campaña Presidencial del Pacto Histórico (con una pareja, un muchacho pilo y bien dotado…de contratos con el estado), y quien tiene que responder por ciertos aportes de dudosa reputación a la misma, ni modo de decir que, a sus espaldas, al estilo de Ernesto Samper Pizano. Regresando al tema de la Dependencia Inconveniente, estas son las palabras del Ministro de Petróleos del Vecino País, Pedro Tellechea (palabras más, palabras menos): se están haciendo los procesos a lugar para permitir la integración entre su país y Colombia en materia energética” (La República). Pero es bien sabido que la infraestructura petrolera venezolana, aún con grandes reservas de hidrocarburos, está maltrecha y sin mayor mantenimiento, y PDVSA viene de otro golpe duro ya que se están descubriendo los manejos nefastos dados por uno de sus mayores Jefes: Tarek El – Aisami, otrora hombre cercano a Chávez y Maduro, y hoy en día, prófugo de la justicia y nadie del PDUV lo quiere ver ni en pintura.

 

Ese posible contrato de intercambio energético se dio bajo el levantamiento de las sanciones impuestas por EEUU, en marco de los diálogos entre gobierno venezolano y oposición que se llevaron a cabo en las Islas Barbados, pero se olvida un detalle: entre los compromisos adquiridos por el Gobierno Maduro, estaba levantar las inhabilidades bajo razones falsas a líderes de la oposición como María Corina Machado y Henrique Capriles Randolsky. Pero como toda dictadura, apenas el Gobierno Maduro se vio con plata, y gracias a unos poderes judiciales totalmente arrodillados a la corrupción, se hicieron los locos con estos compromisos, y ya EEUU ha vuelto a poner unas cuantas sanciones en esta materia y le ha dado un plazo hasta abril a los amigos de la finada Piedad para que reversen semejante injusticia, o de lo contrario, las sanciones serían peores y los locales de abastecimiento que hoy en día se ven llenos, podrían regresar a lo que ocurrió hace diez años: vacíos y el pueblo buscando comida en la basura (no hay derecho). Por lo anterior, es que se le solicita al Gobierno Petro abstenerse de aprobar dicho convenio con el Gobierno Maduro, así como dejar la indiferencia y la tibieza frente a la conservación absurda de sanciones a líderes de la oposición del país vecino, si le interesa el tema de los Derechos Humanos y la Democracia.

 

PD: la infamia contra Barranquilla a raíz de la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos, demuestra la mala fé, tanto del petrismo como del uribismo.

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