Desde que asumió la Presidencia de la República el pasado
siete de agosto de 2022, Gustavo Petro se ha empeñado en atravesarse como mula
en la vía a los proyectos que se están llevando a cabo en las grandes ciudades
del país, principalmente en Bogotá. Su arrogancia y la impotencia que le
produce haber desaprovechado la Alcaldía Mayor entre el primero de enero de
2012 y la misma fecha de 2016, lo ha conducido hacia creerse dueño del Distrito
Capital, que puede definir que se hace y que no se hace; incluso; presionar a
la población de manera indebida, a que voten por él o por quienes son afines a
su ideología y egolatría. En la actualidad, esto también se estaría
aplicando en Antioquia (Túnel del Toyo), Manizales y Caldas (Aeropuerto del
Café), Barranquilla (pérdida de los Juegos Panamericanos 2027), Cali (Sistema
de Transporte Mío), Bucaramanga (Metrolínea), entre otros. En su campaña
presidencial, su equipo de trabajo hablaba de generar crisis explícitas para
imponer sus criterios, y no solo aplica a la salud; también en los temas
anteriormente mencionados y para Bogotá DC, hay dos ejemplos claros: Metro y el
Hospital San Juan de Dios. Quiere dejar a la Etnia Cósmica vuelta nada,
mientras se hace el bobo con la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.
En el caso del metro, es claro que propuso un Metro
Subterráneo (que puede sonar razonable) para la ciudad. Le dieron un cheque
simbólico en 2015, para que se iniciaran los correspondientes estudios de
factibilidad para proceder a iniciar lo antes posible la obra, anhelada por el
Distrito Capital desde hace más de setenta años. ¿Qué pasó? No se hizo nada, el
Burgomaestre de la Bogotá Humana dejó morir el tema, lo que condujo al Gobierno
Nacional de ese entonces, encabezado por el Presidente Juan Manuel Santos y el
correspondiente Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas a desechar con justa
causa la obra, y eligiesen el Metro Elevado (Primera Línea) de Enrique
Peñalosa, quien hizo la firma del contrato de inicio de obras, ya con el
Presidente Iván Duque. El Exministro Cárdenas frente a las acusaciones del
propio Petro, manifestó lo siguiente (Infobae): “Presidente,
me siento muy orgulloso de ser el ministro que aprobó las vigencias futuras y
consiguió los créditos para que Bogotá esté construyendo el Metro”. Y
frente a los posibles actos de sabotaje del Gobierno (Desgobierno) Petro contra
el proyecto, dijo: “Tanta filosofía lo está llevando a perder el sentido común,
mientras en el país no para la muerte de soldados que dan la vida por su
patria, mientras el hambre y la pobreza aumentan, mientras la corrupción
aparece en cada noticia” … “(Gustavo
Petro) va a dejar a Bogotá sin metro y a Colombia sin cambio”.
El
otro frente de batalla de un Gobierno (Desgobierno) que prometió ser “El
Cambio” para terminar siendo “Más de lo Mismo”, es el Hospital San Juan de
Dios, que en medio de una crisis económica, cesó sus operaciones en 2001, antes
de 11 de septiembre. Desde entonces se han hecho esfuerzos por recuperar el
Centro Hospitalario para la capital colombiana. En 2016, la Administración de
Enrique Peñalosa (Don Cemento), firmó un contrato para la recuperación del
mismo con la empresa Copasa, para la construcción de una nueva torre para poner
a trabajar de nuevo este Centro de Salud. Posteriormente, Claudia López y
Carlos Fernando Galán trataron de poner en marcha dicho proyecto, pero una
supuesta omisión (que parece un fake de la Bodega Petrista), hizo que el Ego
que se encuentra actualmente en la Casa de Nariño, de forma arbitraria y sin
justificación posible, junto con la Superintendencia de Salud (quien tiene a su
cargo la Subred de Servicios del Suroriente de la Capital), armasen un
escándalo. Mientras tanto, sigue la crisis explícita del San Juan de Dios,
que agoniza lenta y dolorosamente.
Otros
temas con el que el Gobierno (Desgobierno) Petro quiere matonear a Bogotá DC
(ciudad que le dio el triunfo en las elecciones presidenciales de 2022), son la
Región Metropolitana (que ya tiene tanto a Bogotá como a Soacha), el Tren de Cercanías
(la rabia de cierto sector de la izquierda colombiana contra Cundinamarca), el
Metrocable de San Cristóbal (obsesión de la Senadora Petrista María José
Pizarro), y hasta de pronto el Nuevo Centro Deportivo El Campín. Cuando el
ego le puede en temas de trabajar con los demás, es muy fregado continuar
desempeñándose en altos cargos de la Nación, ¿cierto Gustavo Francisco? Y lo
peor, es que así y todo, exige de manera irrespetuosa, que continúen su
proyecto político en 2026. Hay un parecido con la Dictadura de Seguridad
Democrática entre 2002 y 2006 (Álvaro Uribe Vélez), cuando desde sus “Consejos
Comunales” o centros de adoración a “Carnitas y Huesitos”, decía que obra iba y
que no (pasando por encima de los mandatarios locales) a lo largo y ancho del
país, como si fuese un monarca. A Petro también le gustan esos aires de
monarquía, donde no se le puede cuestionar nada.
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