En
una región se combinan todas las formas de convivencia e intolerancia, así como
sus antónimos. Basta con mirar las dos Coreas, el mismo origen y el mismo
idioma, pero el estilo de vida política y económica son opuestos; mientras que
en el Norte, hay una dictadura vitalicia que ha destrozado psicológicamente a
sus habitanes, en el Sur que es próspero e industrial, la gente se lanza a los
negocios, utilizando en ciertos casos el todo vale para imponerse, basta mirar
el TLC firmado con Colombia. En
Latinoamérica no varía la situación, en unas millas se puede ir desde los lujos
de Santo Domingo hasta la angustia en Cuba, la desesperanza en Oruro hasta los
Shopping estrato mil en Buenos Aires; ni se diga en Colombia. Pero
volviendo al tema, es imposible ignorar las fronteras terrestres, aéreas y
marítimas, por lo que en el vecindario deben primar las reglas de amistad y
respeto, pero es muy complicado. Basta con mirar el bombardeo en Ecuador para
dar de baja a Raúl Reyes, el secuestro de Simón Trinidad allá mismo para ser
extraditado, ni hablar del caso de Rodrigo Granda, quien fue traido en
Venezuela en el baúl de un carro (estilo camorra) por parte de la seguridad
democrática. En esta columna se destacarán dos casos que han tenido importancia
en los últimos años, Venezuela y Panamá.
Venezuela,
país de las mujeres más bellas del mundo, de las novelas de Delia Fiallo, la
Arabia Saudita del Trópico (aunque en decadencia, puesto que tienen que
importar petróleo, absurdo), y de una maravilla natural que no tiene copia ni
tiene valor cuantitativo, sino cualitativo; el Salto del Ángel, con sus 979 metros de altura y su imponente caudal
de agua cristalina y digna de los relatos de Rómulo Gallegos, que podría
estar sometida a los mediocres egos del Socialismo Siglo XXI y del disfraz de
los Adecos y Copeyanos en la Supuesta Oposición. Se rumora que a raíz de los
problemas de combustibles, los vuelos hacia esta maravilla natural; podría
tratarse de un problema momentáneo, pero que combinado con la situación
política y la escasez de hidrocarburos, podrían desatar una invasión de
petroleras encabezadas por PDVSA en dicha zona, con resultados negativos de
incalculable magnitud.
Ahora,
en el plano político, es cierto que hay mucha diferencia de liderazgo entre
Hugo Chavez Frías y la torpe dupla de Nicolás Maduro Moros y Diosdado Cabello,
quienes solo inspiran lástima, viven en la paranoia, purgas alrededor de su
partido todos los días, cazando peleas con Raimundo y todo el mundo; es tan
triste la situación, que no han sabido aprovechar su participación, en contraste con Cuba, que ha liderado
positivamente este trabajo de acercamientos entre el Gobierno Colombiano y las
Farc (por algo, aumentan las voces exigiendo al gobierno estadounidense de
levantar el injusto embargo económico a la isla). ¿Y la oposición? Mientras
que Leopoldo Lopez vive un calvario en la cárcel por soberbia de Maduro y
Diosdado, incluyendo que a sus padres y su esposa Lilian han intentado por
todos los medios que una disposición de la ONU para la liberación del mismo sea
acatada; en la otra orilla se encuentran María Corina, Henrique Capriles,
Ledezma, Henry Falcon; acaparan los medios de comunicación para exigir que
tumben al chavismo y los impongan en Miraflores. Pero esto no para aquí,
mientras que en la mayoría de los países latinoamericanos van respetuosamente a
pedir ayuda, vienen a Colombia de manera desafiante a ponerle trancas al
gobierno, a insultar a quien no esté de acuerdo, y a rendirle pleitesía a
Álvaro Uribe Vélez. Solo hay algo en que coinciden con el PSUV, el anticolombianismo. Para la muestra,
el siguiente botón: en 1981, cuando los padres y abuelos de la oposición actual
gobernaban derrochando petrodólares, al cantante colombiano Alfredo Gutierrez
se le ocurrió la idea de interpretar el himno del país vecino con su acordeón,
¿qué pasó? La guardia nacional venezolana lo retuvo y le dio una pela con
machetes en el trasero; y como el chavismo no quiere quedarse en esta
competencia relegado, ahora chillan porque Maluma (cantante paisa) en un concierto,
sin querer cogió la bandera al revés. Ni hablar de los negocitos de guerrillas
y paras a lo largo de la frontera, y el efecto malteada.
Pasando
por el Canal de Panamá, donde
todavía viven con el pavor de ser colonia colombiana, han pasado 111 años de su
independencia y todavía rondan fantasmas. Este país es el fiel reflejo de la
cultura del todo vale y evasión de obligaciones tributarias de empresas y
entidades financieras colombianas. Esos movimientos económicos han generado
(dicen) por lo menos el 20% de empleos directos e indirectos de Panamá. Es un
paraíso fiscal así allá quieran dar lecciones de moral, o sino, basta con
recordar el ascenso y la caída de Manuel Antonio Noriega, el hombre fuerte del
istmo durante los setentas y ochentas. Ni hablar de la parte ambiental, la
ampliación del canal ha implicado no solo escándalos finacieros y laborales,
con España de testigo; sino que el daño ambiental es irreparable (dicen que la
lavandería que se podría generar ahí no tendría control ni juntando todos los
estamentos de seguridad mundiales). Ni hablar de la posibilidad de exploración
de petróleo en el Darién, con posibles efectos negativos en Colombia. Una
pregunta; sigue en firme el proyecto de interconexión eléctrica; ¿no se seguirá atravesando el expresidente
uribista Ricardo Martinelli para favorecer a su familia? Casos se han
visto.
Conclusión: es difícil ver las virtudes
del carácter latinoamericano de Colombia.
PD1:
Otra vez los choferes de Servicio Público en Bogotá quieren imponer la cruceta
sobre la posibilidad de un Transporte Masivo Serio.
PD2:
¿Porqué el Alcalde Petro calla frente al caso del Humedal La Conejera? Se está
convirtiendo en una Alcocería.
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