El
término “Matoneo” se refiere a la agresión permanente, a nivel físico,
psicológico, social y ambiental que se ejerce contra cualquier ser humano,
planta y/o animal, que puede traer consecuencias irreversibles, como la
finalización abrupta de su ciclo de vida. Puede ser ejercido por un grupo de
personas mediante el uso de palabras, golpes físicos, manipulación y el uso
indebido de especies de flora y fauna, para un fin injustificado. No se había
denunciado antes por cuanto la ignorancia de la sociedad que ha estado presente
en el planeta, lo consideraba normal, bajo la premisa del dominio del fuerte y
la sumisión del débil, que nadie podía opinar, que solo se debía obedecer; una
tiranía bajo la fachada de una monarquía era visto como algo aceptable para una
sociedad que no tenía mayores oportunidades de educación. Pero el caso de
la presente columna no solo tiene que ver con un grupo determinado de seres
humanos, animales y/o plantas en particular; sino con un grupo que reúne
características de los tres anteriores, y que, si no se toman las medidas
correspondientes, podría ocasionar consecuencias nefastas e irreparables para
Colombia; el caso que se está mencionado es el del PNN Chiribiquete, una de las
Maravillas Naturales más grandes del mundo.
¿Qué
ocurre allá? Ni su declaración como Reserva Ambiental, ni la protección como
Sujeto de Derechos, ha evitado que se intente deforestarlo para varios fines,
tanto lícitos como ilícitos; narcotráfico, ganadería extensiva, invasiones,
entre otros. Como lo afirmaría para Amazonía Socioambiental la Líder Ambiental
y Coordinadora de Campaña de la Fundación Avaaz, Laura Rico: “Al
rededor del parque Chiribiquete se está generando tala para incluir ganadería
y agricultura extensiva, monocultivos, algunos de coca, y construcciones como
carreteras. El punto es determinar en las áreas geolocalizadas que
ofrecemos, quiénes son las personas o redes que están ahí violando la normativa
ambiental”. Y es que desde la década pasada se ha querido imponer una teoría falsa
de Desarrollo y Progreso en la Selva Amazónica Colombiana, bajo la premisa del
todo vale, que el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible no deben primar
sobre lo económico y político, incluso, aliándose con métodos ilegales y del
todo vale, ya que los departamentos que incluyen a la Maravilla Natural
(Caquetá y Guaviare) se encuentran bajo regímenes políticos corruptos, al
servicio de todo tipo de agentes (ilegales y legales) que quieren lucrarse
ligeramente sin tener en cuenta la opinión de la comunidad circundante ni las
nefastas consecuencias que traen los atentados antiambientales que han
ocurrido.
El caso
más grave sería la deforestación para grandes extensiones de pastizales para
ganadería, por cuanto no se requieren inversiones grandes, tan solo es talar,
cazar especies nativas e imponer ganado a la lata, así como estar aliados con
litigantes inescrupulosos, quienes son capaces de culpar a la flora y fauna
de la problemática, que se autoinmolan para llamar la atención y demás falacias
para excusar algo inexcusable. Como lo resalta Santiago Valenzuela en su
trabajo “Ganadería en la Selva Amazónica” para el Centro de Objetivos de
Desarrollo Sostenible y la Universidad de los Andes: “De acuerdo con los reportes más recientes de la Fundación
para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), en los últimos cuatro
años se ha presentado un aumento de ganado que ha incidido directamente en esta
problemática. El aumento de bovinos ha sido constante en este territorio: en
2016 se registraron 1’078.084 bovinos; en 2017, un total de 1’244.526; en 2018
la cifra alcanzó 1’627.285 y en 2019 este número se elevó 2’021.829”. Fíjense que ya no se está hablando del narcotráfico
(aunque no se puede minimizar su terrible impacto), si se está denunciando una
práctica legal como la ganadería, que se hace desde hace más de un siglo en la
región, incluso, que en la sociedad se ve como algo aceptable y un cómodo
estilo de vida. Otro dato más; con estas deforestaciones también se han visto
beneficiados los traficantes ilegales de fauna y flora nativas de la región.
Como lo
afirma Tatiana Pardo en el Informativo Web “Mongabay Latam”, en un informe
titulado “¿A dónde va a parar la Carne de Res, que causa deforestación en el
Parque Chiribiquete?”: “La Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus
siglas en inglés) documentó los vínculos entre la deforestación de ecosistemas
protegidos en Colombia, la ganadería y las cadenas de suministro de carne que
llegan a algunos supermercados de las grandes ciudades del país”. Ya se
está hablando de que grandes cadenas de comercio de carnes en el mundo, se estarían
beneficiando de esta práctica aparentemente legal por litigaciones absurdas,
pero que para la sociedad deberían ser ilegales y sancionadas adecuadamente;
pero sin mayores dolientes porque uno de los gamonales que reinan en el
Gobierno (desgobierno) Duque, es un polémico dirigente ganadero con ideología
de extrema derecha, y declarado enemigo del Medio Ambiente y el Desarrollo
Sostenible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario