En medio del Paro Nacional Indefinido que se ha llevado a
cabo, pasó desapercibida una noticia grande y polémica con respecto al Acuerdo
de Paz firmado entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla de las FARC,
que aún el gobierno (desgobierno) de la Economía Naranja no cumple. En
territorio venezolano, estado de Zulia, fronterizo con Colombia, en un extraño
operativo que aún no se conocen más detalles, fue dado de baja el traidor
Seuxis Pausias, más conocido como Jesús Santrich. Basta con recordar que dicho
individuo fue uno de los más notables provocadores, perdón, negociadores en los
diálogos que se cumplieron en La Habana (Cuba) entre 2013 y 2016, con unas
actitudes de diva del cine, como, por ejemplo, cuando salió con su famosa
frase: “quizás, quizás, quizás”. Luego llegó a Bogotá y supuestamente
iba a ocupar una de las curules asignadas en la Cámara de Representantes, pero
la aparición de Marlos Marín, sobrino de Iván Márquez, con unos narcosocios,
hizo que lo recluyesen en la Cárcel Modelo de Bogotá, con una fiscalía
comandada por el guerrerista Néstor Humberto Martínez, más conocido por el
alias de Buchipluma (¿cierto Ingrid Betancourt?), en 2018, en cierta forma
incidiendo en los resultados de las elecciones presidenciales.
Luego de presentarse argumentos a favor y en contra,
tanto en la Jurisdicción Especial para la Paz y la Corte Suprema de Justicia,
se le dio libertad condicional mientras los procesos judiciales seguían su
trámite; trayendo como consecuencia la caída de Buchipluma, quien ya tenía en
sus espaldas ciertas jorobas de Odebrecht y OLCSAL. Alias Santrich
aparentemente, mostró arrepentimiento y prometió que visitaría las Zonas de
Concentración de Antiguos Guerrillero se las FARC, para reforzar el
cumplimiento del acuerdo. Pero un día, en un hotel del Departamento del
Cesar, Chuchito se voló y no se volvió a saber nada de él, hasta que en agosto
de 2019, salió en el video de la asquerosa Nueva Marquetalia, con fusil en el
hombro y acompañado no solo del ególatra Iván Márquez, también de los
sanguinarios Romaña y El Paisa (antiguo colaborador de Pablo Emilio Escobar
Gaviria, como diría alias Popeye), donde se dijo que regresarían a las armas,
que tenían más amiguetes para sus fines (gobierno cuestionado de Venezuela), y
que los habían cajoneado. Supuestamente sería un duro golpe para el Acuerdo
de Paz y que el regreso a la guerra con unas disidencias de las Farc unidas
sería inminente, pero la cosa tomó un giro inesperado.
Gentil Duarte, quien maneja el narcotráfico en el Meta,
Caquetá y Guaviare, no quería cederles espacio y les declaró la guerra a
muerte, como una reyerta de criminales de poca monta. Durante el 2020 no hubo
mayores novedades, pero el pasado 17 de mayo se dio la novedad de que el ciego
ególatra había sido dado de baja. Las disidencias de las FARC confirmaron la
novedad, como se lee en Infobae: “Sucedió en la Serranía del
Perijá, zona binacional fronteriza, entre El Chalet y la vereda Los Laureles,
dentro de territorio venezolano. Hasta ese lugar penetraron los comandos
colombianos por orden directa del presidente Iván Duque”. El
tipo ya está muerto, pero quedan muchos interrogantes; si el ejército
colombiano supuestamente ingresó ilegalmente a Venezuela y lo dio de baja,
¿porqué el Ministro de Defensa de ese país, Vladimir Padrino, de reconocido
anticolombianismo, salió en una rueda de prensa afirmando que no se permitiría
la presencia de ilegales en su territorio? Además, es bien sabido que el
gobierno (desgobierno) Duque no tiene la suficiente capacidad de planear una
operación así, ni los cojones para llegar al otro lado de la frontera; luego,
es mejor tomar esta hipótesis con pinzas.
El
posible origen de esta situación se daría por la operación de los bandidos
fieles a Gentil Duarte en los estados fronterizos como Zulia, Táchira y Apure,
donde han dinamitado infraestructura, han extorsionado campesinos y han
secuestrado miembros de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, llegando hasta el
punto de tener asustado al Régimen de Maduro, implorando por su liberación
pacífica. Como dicen por ahí, los que alguna vez el Chavismo consideró como
sus compadres ideológicos, ahora son sus principales verdugos. Es una
situación extraña, ya que lo único que se conoce es que Marlos Marín se
encuentra en una cárcel de Estados Unidos, con un silencio inentendible; Alex
Saab (el colombiano más cercano al país vecino) está encanado en Cabo Verde a
la espera de una posible extradición, y Maduro está abogando por un diálogo con
la oposición (en cabeza de Leopoldo López y Juan Guaidó; para lo cual, un golpe
de estos le podría servir de mucho). Entre tanto, el Acuerdo de Paz en
Colombia sigue teniendo dificultades para su puesta en marcha, ya que no solo
el gobierno (desgobierno) le escurre el bulto para no irritar a Carnitas y Huesitos,
sino que la Oposición se encuentra atrincherada en un dilema de si ir unida o
dividida a las elecciones del año entrante.
Jaja, muy buenos los apodos.
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