Se
cumplen casi 40 días de Paro Nacional, en medio de marchas, reversazos del
gobierno (desgobierno) nacional, la angustia de mandatarios locales y el
oportunismo politiquero de ciertos extremistas de izquierda y derecha; pero
nadie se ha puesto a pensar (ni siquiera el Comité de Paro) que la juventud es
la principal marchante, clamando por mejores oportunidades educativas,
laborales y sociales en un país que parece desmoronarse poco a poco. La
respuesta frente a estas inquietudes ha sido lamentable, el comité los
subestima, el gobierno les echa a la fuerza pública como perros de pelea y los
politiqueros quieren presionarlos indebidamente. Por algo, si no se habrán dado
cuenta, es que el paro dio con la caída de la absurda reforma tributaria
(incluyendo la salida del nefasto Exministro de Hacienda Alberto Carrasquilla,
fiel representante de la avaricia conservadora), así como la de salud
(inoportuna en tiempos de pandemia), la salida de la Canciller (que en la
diplomacia nunca existió), y los anuncios a la loca de Ivanchis (Presidente o
Subpresidente, porque quien gobierna es el dueño del Ubérrimo) sobre gratuidad
en la educación para los estratos más bajos, la desaparición de la Copa América
de territorio colombiano; pero aún no han sido escuchadas y analizadas todas
las necesidades de esta población.
Muchos
expertos en la Academia han manifestado y con suficientes argumentos, que se
debe oír a la juventud marchante, por cuanto serán los dirigentes de este país
en unos veinte años aproximadamente, y que su trabajo dependerá de lo que se
les deje hoy. Entre estas voces, se encuentran el Excomisionado de Paz, Sergio
Jaramillo (DW):"Y la universidad puede ofrecer su aporte, empezando por
la formación de capital humano. Se necesita una agenda reformista, enfatizando
en la generación de oportunidades laborales, sobre todo para los jóvenes”.
Así mismo, son importantes las opiniones dadas por los rectores de la
Universidad Nacional (Dolly Montoya) y de los Antes (Alejandro Gaviria), dadas
al mismo medio de comunicación; la primera dijo lo siguiente: "Es un
acto de ciudadanía armonizar la academia con los problemas del país. Desde que
inició el Paro Nacional, las universidades tenemos foros abiertos en donde los
estudiantes debaten sobre propuestas para resolver - por ejemplo - el mayor
problema al que se enfrentan los egresados de una carrera o doctorado: la empleabilidad”.
Por su parte, Gaviria afirmó: "Y la universidad puede ofrecer su
aporte, empezando por la formación de capital humano. Se necesita una agenda
reformista, enfatizando en la generación de oportunidades laborales, sobre todo
para los jóvenes”.
Si se
dan cuenta, todo está relacionado con las oportunidades de educación que el
Estado Colombiano ha brindado de mala gana a los jóvenes para que puedan salir
adelante y ser el pilar del progreso que se necesita. Dicen que las
universidades pueden ser el puente de comunicación entre las esferas
gubernamentales y los marchantes (en su mayoría, en un rango de edad entre los
18 y 40 años); ahora, no solo se centrará en las universidades, también
incluirá a las demás instituciones educativas. Porque mientras el Comité
del Paro está conformado en su mayoría por Dirigentes Sindicales que llevan en
sus puestos más de 40 años y obedecen a intereses políticos respetables, no han
hecho suficientes méritos para representar a una nación insatisfecha y hastiada
del hedor que ha dejado por ahí, la cacareada Economía Naranja. Pero si se debe
anotar que el Comité Estudiantil que viene desde el Paro de 2018, debe estar
más unido que nunca para que pueda ser oído y sus peticiones queden aseguradas
en el documento de compromiso que se firmará, cuando se levante dicho paro, que
como van las cosas, quien sabe cuándo ocurrirá.
Lo más
triste de todo es la cantidad de hechos violentos y muertes causadas en este
paro, por los enfrentamientos entre fuerza pública, grupos ilegales, vándalos,
extranjeros infiltrados haciendo de las suyas (representando a sectores
gubernamentales y opositores de sus respectivos países). Para la muestra, lo
que ha ocurrido en Cali, donde incluso gente de estrato mil, ha sido armada a
atacar las marchas, como si las armas se pudiesen portar de buenas a primeras;
incluso, apoyados por ciertos agentes del orden, bien sea por motivos
corruptos. ¿Qué ha deparado? En la muerte absurda y cruel de varios
estudiantes, como Lucas Villa en Pereira, a quien le propinaron infamemente
ocho tiros por andar en una marcha en el viaducto. ¿Qué han hecho las
autoridades? Tan solo rascarse la barriga, ya que están representadas por
amiguetes del gobierno (desgobierno) nacional (a quien a veces, por su mediocridad,
provoca remover); basta con mirar la pasividad del Fiscal Barbosa y la
Procuradora Cabello frente a estos actos de barbarie, como si le rindiesen
pleitesía a Carnitas y Huesitos. Para finiquitar, dejaría esta frase de la
Estudiante Universitaria de Cali, a France 24: "Ha
habido tanto abuso policial, no hay recursos para la educación, ni por salud.
Permaneceremos en huelga hasta que haya una respuesta positiva del Gobierno que
no sean balas. Debido a que nos atacaron, prácticamente nos declararon la
guerra".
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