En estos tiempos de crisis
social, no solo por la pandemia, también por la ineptitud de un gobierno
(desgobierno) nacional, así como por la desigualdad social que ha reinado
durante más de 200 años, ha provocado diferentes estallidos sociales, entre
ellos las mingas indígenas. Han tenido razones justas, pero también no ha
faltado la politiquería de turno que se ha querido apropiar de estas
manifestaciones para mantener réditos en las elecciones del año entrante. También
se podría responsabilizar a las administraciones locales, pero se debe tener en
cuenta que es un problema nacional, que ha incluido el desplazamiento
masivo interno por el conflicto interno, que ha llevado a comunidades
campesinas, afro y étnicas a salir hacia los centros urbanos en búsqueda de
mejores oportunidades, así como manifestar su voz de inconformidad frente a la
pasividad de los gobiernos nacionales para proporcionar de una vez por todas,
las soluciones a los problemas que padecen, empezando por la nula presencia del
estado en las regiones más apartadas del país; donde solo llegan para hacerles
promesas electoreras que nunca se cumplirán, y que si se llegan a cuestionar a
quienes mintieron, se podría estar en peligro de seguridad.
En la columna Minga 2020
(27/10/2020), se hizo la siguiente reflexión: “Su llegada a Bogotá
DC, fue un motivo de fiesta para su gente, quienes salieron a recibirla, con
aplausos y amabilidad, para manifestar su apoyo a la misma, empezaron sus
marchas el lunes 19 de octubre con una caminata desde el Palacio de los
Deportes hasta la Plaza de Bolívar, …fue que en la Plaza de Bolívar, apenas
terminaban sus actos, se disponían a limpiar la misma, dejándola tal como debe
estar; sin lugar a dudas, dando una lección de Cultura Ciudadana a los fríos
habitantes de estrato mil de la capital colombiana (incluyendo la señora guache
del video, y el sordo desgobierno de Invanchis)”. En el
caso de la toma indígena al Parque Nacional de Bogotá, se ha visto en su
mayoría unas manifestaciones pacíficas, aunque no han faltado las diferentes
agitaciones hacia la violencia por parte de genios oportunistas a través de
fakenews en las redes sociales. Eso sí, se debe criticar las posturas
extremistas de ciertos dirigentes de las comunidades étnicas, que prácticamente
han dicho que no quieren regresar a sus territorios de origen, sino seguir
viviendo de la caridad de la gente, algo que es muy triste, porque sería
aceptar la derrota frente a los grandes usurpadores de tierra y generadores de
violencia.
Pero algo peor se está
dando, desde el inicio del paro nacional el pasado 28 de febrero, se han visto
a unos cuantos agitadores (la mayoría pertenecientes a un pacto por ahí), que
han impuesto el concepto de que para hacerse escuchar, no solo debe hacer
marchas y tomas pacíficas, también generar vandalismo y daños contra personas
que nada tienen que ver en el asunto, generando graves problemas de orden
público y poniendo a las diferentes administraciones locales en unas sin
salidas, ya que al gobierno (desgobierno) nacional no le interesa mucho este tipo de temas, por cuanto su ideología
solo le permite ver la solución militar y el glifosato como el calmante para
todo, en un concepto absurdo. Los Puertos Resistencias y los Portales
Resistencias que en un principio tuvieron apoyo, hoy son rechazado por la
comunidad, ya que se han vuelto focos de violencia e inseguridad, así como
centros de rumbas sin fin, donde se bebe y se mete a la lata, y terminando en
peleas callejeras. Ni hablar de las provocaciones politiqueras, como se dio
durante el Paro Nacional, cierta concejala de Bogotá DC, perteneciente a una
oposición de izquierda radical, manifestó en las redes sociales que en
ambulancias se llevaban diferentes armas para el ESMAD, dando como resultado el
ataque a una misión médica en inmediaciones del Portal Américas, lamentable.
En declaraciones a la
Agencia EFE, el líder indígena y de la toma del Parque Nacional, Yondy Rojas,
manifestó lo siguiente: "La guerra no es de 60
días, la guerra lleva más de 60 años en Colombia. Eso es lo que los políticos
no entienden"…"Nosotros nos encontramos acá porque hay un
incumplimiento total hacia las comunidades y los compañeros indígenas que han
sido víctimas de la violencia en Colombia"…"La guerra no es de 60
días, la guerra lleva más de 60 años en Colombia. Eso es lo que los políticos
no entienden". Desde la Administración Distrital se
defienden y han manifestado que se han dado los correspondientes subsidios que
se han decretado por el estado de emergencia correspondiente a una pandemia que
se demorará en irse; pero denuncian (deben tener sus pruebas) de que estos
dineros han sido malgastados por parte de unos cuantos dirigentes de estas
comunidades desplazadas, y que querrían seguir en las mismas. Mientras se
aclaran estos malos entendidos, valdría la pena indagar sobre la pasividad
de la Unidad Nacional de Víctimas frente a esta problemática; claro que de un
desgobierno nacional no se puede esperar mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario