Una
vez más, los altos entes judiciales frenaron, con justa causa, el inicio de las
aspersiones de cultivos ilícitos con ese veneno, más conocido con el alias de
Glifosato. El pasado 19 de enero, la Corte Constitucional publicó una nueva
sentencia sobre la materia, donde se pueden leer los siguientes apartes
(Portafolio): reconoció "los derechos
fundamentales al debido proceso, a la participación, a la consulta previa
y de acceso a la información de los demandantes"…"adelantar un proceso de consulta previa con las comunidades
étnicas". La misma fue dirigida a la Policía Nacional, la
Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y el Ministerio del Interior, ya
que, en el Plan de Manejo Ambiental presentado para reanudar el proceso de
fumigación, no había sido suficientemente concertado con todas las comunidades
afectadas. Es la confirmación de una sentencia que había proferido antes el
Tribunal Superior de Nariño en julio de 2020, amparando los derechos de
comunidades indígenas, afros y campesinas del departamento a ser consultadas en
una decisión de semejante magnitud, por cuanto también puede verse destruido el
entorno en que habitan, con consecuencias graves, incluso para la salud humana,
así varios moralistas aduladores del actual gobierno (desgobierno) nacional se
hayan rasgado las vestiduras.
La
primera reacción gubernamental provino del mismo Presidente Iván Duque, quien
manifestó lo siguiente a Caracol Radio: “Claramente nosotros tenemos que
acatar el fallo y lo haremos, pero yo si quiero dejar planteado que no podemos limitar las herramientas que
el país requiere para enfrentar esta situación. Llevamos
prácticamente tres años a acoplándonos a las directrices de la Corte
Constitucional y de hecho los procesos de licenciamiento se estaban trabajando
de conformidad con los protocolos”. Es imposible pensar que el acatamiento
de dicho fallo haya dejado satisfechos a sus patrones del Centro Democrático,
pero de ahí a decir que se limitan las herramientas para combatir el
narcotráfico, es absurdo, ya que en todo el mundo, se está empezando a
replantear la estrategia de una fallida guerra contra este flagelo, por cuanto
se está mirando desde un enfoque de salud y no de represión policial, como se
ha venido haciendo desde hace más de 50 años, mostrando un fracaso absoluto,
donde no solo los alucinógenos provenientes de plantas naturales tienen
crecimiento en su comercio y consumo, también llegaron los productos
sintéticos, que incluso, se pueden fabricar con productos químicos presentes en
componentes que se necesitan para el desarrollo de la vida cotidiana.
No se
puede seguir con la actitud del avestruz, mientras el país pone los muertos en
esta sangrienta guerra, en los países desarrollados miren para otro lado sin
hacer nada para trabajar en la prevención del consumo a nivel mundial. Como se
puede leer el reporte de Infobae, Duque sigue insistiendo en su versión
errónea: “Quiero hacer una reflexión pensando en el país: nosotros tenemos
que enfrentar el fenómeno del narcotráfico con todas las herramientas que
tengamos a disposición”. De acuerdo, hay que hacer una reflexión
pensando el país y enfrentar este fenómeno, pero no solo desde un punto de
vista policial, también a nivel sanitario y social, donde se tengan en cuenta a
todas las comunidades afectadas por este problema, y no solo pensando en
más capturas y dadas de baja a los delincuentes, también teniendo en cuenta el
punto cuatro del Acuerdo de Paz correspondiente a este tema; primero se debe
concertar con las comunidades que viven de estos cultivos (sean lícitos o
ilícitos), anteponiendo la sustitución voluntaria, que es la que mayores
resultados está demostrando, donde el porcentaje de resiembra de los mismos no
supera el 0.1%, mientras que en la erradicación forzosa, bien sea manual o
química, las diferencias en hectáreas cultivadas no ve en las cifras, todo vuelve
a quedar como en el principio.
¿Otras
reacciones importantes? La del ExMinistro Guillermo Rivera, quien es oriundo
del departamento del Putumayo, una de las comunidades más afectadas por la
presencia de este tipo de cultivos, quien dijo lo siguiente (France 24): "Aplaudo
al Constitucional que dejó sin efectos el plan de manejo ambiental para el
glifosato. Esta es una discusión que deberíamos superar porque está de por
medio la salud y el ambiente. Deberíamos unirnos en torno a un desarrollo rural
que brinde alternativas a los campesinos". Quienes (como el autor de
la presente columna) están a favor de replantear la lucha contra el
narcotráfico y evitar el uso de este veneno llamado glifosato (que no es
reconstituyente ni se puede beber, como lo han afirmado ciertos miembros de
este gobierno (desgobierno) nacional), no se están poniendo de parte de los
narcotraficantes (según cierta Senadora Ganadera muy cercana a Carnitas y
Huesitos), sino que se requiere un debate (que ya se está dando en el
mundo) sobre un cambio en la lucha contra las drogas, que incluiría su
legalización (en principio de las plantas de donde proviene) y control, para
que no siga haciendo estragos en el planeta.
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