martes, 31 de mayo de 2022

CONVENIO MOJIGATO

 

Es común en un país retrógrada y rezandero como Colombia, observar cruzadas y guerras contra las disposiciones que favorezcan a las minorías y las mujeres, como en el presente caso sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo. En la columna 24 Semanas (15/03/2022), se hacía la siguiente observación: Siguen todavía gritando escandalosamente, quienes se manifiestan como Provida (cuando en realidad, han apoyado la guerra Promuerte); incluso, se han sumado individuos peligrosos como las tales Autodefensas Gaitanistas de Colombia, quienes se atrevieron a declarar como objetivo militar a los magistrados que votaron favorablemente este fallo; ojalá se tomen las medidas necesarias para su protección”. Y lo que ha ocurrido en los últimos días, prende las alarmas sobre la guerra a muerte que han declarado ciertos grupos ultrarreligiosos contra este tipo de medidas que buscan darle el acceso a la salud a las personas más favorables, y concretamente a las mujeres, en asuntos que tienen que ver con las decisiones que toman con respecto a sus cuerpos y a su vida. Pero también, podría abarcar otra decisión tomada por la Corte Constitucional en los últimos días: la opción del suicidio asistido, como una alternativa para la salud de personas en fase terminal.

 

En días pasados, el gobierno (desgobierno) colombiano, en cabeza del inquisidor, perdón, embajador ante la OEA, Alejandro Ordoñez, suscribió un Convenio Antiaborto, que lo hacen llamar “Consenso de Ginebra”, si bien no es vinculante, prende las alarmas sobre las posibles imposiciones religiosas en un Estado Laico. ¿Qué dice dicho convenio (Informativo Colombia)? Entre otras cosas se puede leer lo siguiente: "Para promover el aporte esencial de las mujeres a la salud, y la fortaleza de la familia y de una sociedad eficaz y floreciente; y para expresar la prioridad fundamental de proteger el derecho a la vida, comprometiéndonos a realizar labores coordinadas en foros multilaterales"…"No existe un derecho internacional al aborto, ni recae sobre los Estados una obligación internacional de financiar o facilitar los abortos, en consonancia con el consenso internacional de larga data de que cada nación tiene el derecho soberano de implementar programas y actividades coherentes con sus leyes y políticas". Mejor dicho, dice que, si bien acepta que existen los términos Interrupción Voluntaria del Embarazo y/o Aborto, los Estados deben evitar las facilidades a este servicio, principalmente a las clases menos favorecidas, mientras que en la alta sociedad se siguen utilizando los términos malnacidos (as), a tiempo que cargan sus camándulas y sus biblias.

 

¿Qué dicen quienes promueven semejante adefesio, que no es provida, sino antivida? Como se puede leer en Caracol Radio: "que defiende la salud integral de la mujer, el fortalecimiento de la familia y la soberanía de los países para legislar sobre el aborto". Para defender la salud de las mujeres, le quitan su poder de decisión, así como le imponen normas de conducta absurdas, en un mundo aún machista y misógino. La Vicecanciller pasa Asuntos Laterales, María Carmelina Londoño, afirmó al presentar este absurdo (La Silla Vacía): "Aprovechamos esta ocasión para anunciar que Colombia se adhiere al Consenso de Ginebra como un símbolo más de su profundo compromiso con las familias, para no dejar a nadie atrás". Terrible que desde el mismo gobierno (desgobierno), se pretenda desconocer una sentencia de la Corte Constitucional, con el mediocre pretexto de que solo cinco personas dieron el sí (¿cierto Ivanchis? Quien descaradamente aspira a ser Magistrado de la Máxima Institución Judicial, después de dejar la Casa de Nariño). No solo en Colombia se comenta esta terrible acción, sino que en el mundo la defienden, la Ministra de Familia del Brasil de Jair Bolsonaro, Cristiane Britto (meninos do azul, meninas do rosa), afirmó esta desfachatez (Caracol Radio): "La adhesión de nuestros hermanos colombianos representa una gran victoria para la agenda provida en nuestro continente. Es una victoria de la soberanía de los países, del trabajo serio para proteger la salud de las mujeres y, sobre todo, para defender la vida de los niños no nacidos".

 

Siguiendo con estas terribles cosas, la lista de 37 países que suscribieron este pasquín se encuentra encabezada por Rusia (cuyo gobierno quiere hacer una Operación Orión en Ucrania), y Bielorrusia (gobernada por un déspota lamerzuelas de Vladimir Putin). Otros miembros son: Libia (otrora fortín dictatorial de Khadafi), República del Congo (en una guerra cruel), Haití (estado fallido), Brasil (bajo la demencia de Bolsonaro), Indonesia (santuario del Islamismo extremo), Guatemala (encabezada por un médico de república bananera), Irak, Kenia, Estados Unidos (donde la sentencia que dio vía libre a la Interrupción Voluntaria del Embarazo en 1973, está a punto de desaparecer gracias a las imposiciones conservadoras que quieren reimplantar a Donal Trumpilio en la Casa Blanca), entre otros. Que tristeza que se lleve a Colombia a una situación demencial, porque unos cuantos mojigatos y mojigatas, no están de acuerdo en que se hable de sexualidad responsable a las clases populares, para evitar la sobrepoblación y las consecuencias terribles a nivel social y económico que conlleva.

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