martes, 3 de mayo de 2022

FALLÓ LA HAYA

El pasado 21 de abril del presente año, se dio en la Corte Internacional de La Haya (Holanda), otro fallo sobre el eterno litigio entre Colombia y Nicaragua en relación a aguas y asuntos relacionados sobre el Mar Caribe. Luego de la caída del Tratado Esguerra – Bárcenas que viene desde 1928, el país centroamericano que se encuentra bajo el régimen del terror por parte de dos momias (Daniel Ortega y Rosario Murillo), ha querido mirar con ojos demasiado ambiciosos a su costa oriental, donde se encuentra el Departamento Colombiano de San Andrés Islas (San Andrés, Providencia, Santa Catalina, Roncador, Quitasueño, Serrana, Serranilla y Alburquerque), no con objetivos filantrópicos, ambientales y/o sostenibles; sino para explotarlo comercialmente, sin medir los problemas que se puedan generar para la flora y fauna presente, así como la población raizal. Volviendo al tema del fallo de La Haya, el tribunal determinó que Colombia ha sido negligente e irrespetuosa en cumplir el fallo emitido en noviembre de 2012, donde se le cede a los nicas una extensión de mar de 75 mil kilómetros cuadrados, casi dos veces la extensión de la antigua zona de despeje del Caguán en el Caquetá, durante los fallidos diálogos de paz entre la antigua guerrilla de las Farc y el estado colombiano, en ese entonces bajo el desgobierno de Andrés Pastrana Arango.

 

¿Qué dice el documento de la Sentencia? En el diario Portafolio, se puede leer este párrafo no muy favorable para Colombia, que ha violado: “la soberanía y la jurisdicción” de Nicaragua en su propia Zona Económica Exclusiva (ZEE) al autorizar actividades de pesca en aguas nicaragüenses, y con su “interferencia con las actividades de investigación científica marina y pesquera de las embarcaciones con bandera o licencia nicaragüense y con las operaciones de las embarcaciones navales”. Mejor dicho, deja al país como un evasor de sus deberes internacionales, que le mama gallo a todo tipo de instancias, algo que no es nuevo en un país donde se aplica “hecha la ley, hecha la trampa”, en el que varios profesionales del derecho recurren a todo tipo de artimañas para defender lo indefendible; después del fallo de noviembre de 2012, se ha recurrido a todo tipo de leguleyadas para evadirlo, como decretar zonas especiales en la zona, el retiro del Pacto de Bogotá, incluso, alegar que el régimen de Ortega y Murillo no es un locutor válido para dialogar, lo único que ha faltado es que digan que Nicaragua no existe, o culpar a Claudia López y/o Daniel Quintero.

 

¿Cuál es la respuesta del Estado Colombiano? Lamentablemente se encuentra liderada por un Gobierno (desgobierno) de la Economía Naranja, que no tiene nada de eso, donde la diplomacia es un ridículo internacional; fomentando conspiraciones cantinflescas en el vecindario, haciéndole campaña política a quien no debería hacerle (Donald Trump), tratando de cazar peleas estúpidas con el chiflado régimen de Vladimir Putin; en cabeza de su Cuerpo de Abogados (encabezados por el ExProcurador Carlos Gustavo Arrieta), emitió una opinión así (Valora Analitik): “Colombia está muy satisfecha con la decisión, pues la Corte le dio la razón en uno de los argumentos más importantes de toda la controversia”… con relación a que no perdió aguas o tierras, algo que no estaba en juego en este caso, y sigue: “esto es crucial. No hubo ningún tipo de violación alterna, por consiguiente, ese planteamiento que era tan crítico para Colombia, lo reconoció la Corte. Lo que es un gran éxito por parte del país”. Doctor Arrieta, la CIJ habló sobre el incumplimiento que se ha venido haciendo del fallo, que no le gusta a nadie (hay que decirlo), un país que dice ser garante de los tratados internacionales y que le gusta ser protagonista, o por lo menos estar metido, en este tipo de temas para darse pantalla.

 

Muchos miembros de este gobierno aludiendo a Francisco Maturana “perder es ganar un poco”, se jactan sobre una imaginaria benevolencia en el acto judicial, pero cuando se dio el primer fallo en noviembre de 2012, se rasgaron las vestiduras, alegaron que el Gobierno de Juan Manuel Santos le había regalado descaradamente 75 mil kilómetros cuadrados de mar a Nicaragua, que había una juez de la corte de nacionalidad china que se debió declarar impedida, por la construcción del polémico canal en el país de Quincho Barrilete y Rubén Darío, pero ojo, entre los contratistas de dicho canal habrían unos miembros importantes de la alta sociedad bogotana y afines a Carnitas y Huesitos. Sumado a lo anterior, basta recordar que, en 2008, en una negociación secreta (luego de una sentencia de 2007 donde la misma CIJ reconocía el arraigo colombiano sobre las islas, pero que se declaraba competente para dirimir este conflicto), quiso ofrecerle a Ortega y Murillo, una porción de Luna Verde (zona marina), para ver si podrían salir del asunto de una vez por todas. ¿Resultado? El papayazo que se aprovechó en la nación centroamericana para llevar la delantera en este litio, ¿y que queda? Al próximo gobierno le tocará negociar con Nicaragua para que el próximo fallo que se avecina no le quiten derechos marítimos y comerciales a los raizales, y evitar la llegada de pesqueros rusos y chinos que arrasarían con todo.


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