Desde que padece una Artritis Reumatoidea, el autor de la
presente columna se ha empeñado en la tarea de leer unas buenas obras para no
pasarse el tiempo pensando el dolor que le genera la penosa enfermedad. No
se puede quedar sentado ni recostado a todo momento, ya que la quietud le pasa
cuenta de cobro, ni lamentarse por lo que está pasando, se debe seguir
adelante y pensar en el futuro, así sea corto. Tampoco se pretende dar una
Cátedra de Literatura, al fin y al cabo el suscrito no es experto en la materia,
pero sí la de compartir la experiencia de lectura como un hecho agradable y que
le hace falta a este país, carcomido por la ignorancia y grosería de su
dirigencia política, así como la polarización reinante que no permite tener
muchos ratos de sensatez, es como si un huracán de intolerancia y violencia
estuviese permanentemente en territorio colombiano, y que no permitiese a la
gente del común tomar decisiones acertadas, sino bajo presión de las terribles
circunstancias que hay a la fecha, donde la violencia ha aumentado de forma
exponencial, la debilidad de un gobierno (desgobierno) es cada vez más
notoria, y la falta de seriedad de una
oposición (que solo se remite a la politiquería) que propenda por el diálogo.
El Libro de hoy se llama “Los Vagabundos de Dios”, del
escritor colombiano Mario Mendoza.
La obra permite dar rienda suelta a la imaginación, ya que combina hechos
reales que ocurrieron en el país así como la ficción que se asume a partir de
la realidad, con base en el inicio, desarrollo y fase de control del covid19,
que tantos problemas y tantas muertes trajo al país. Se compone de tres partes
(según el autor de la presente columna): Primera Parte, es la experiencia
personal de Adán Santana, el protagonista de la obra, cuando el encierro de
2020 no le permite ir a un Hogar de la Tercera Edad, donde se encontraba
recluida su señora madre, quien muere no de covid19, sino de una bacteria; todos
los trámites que tuvo que hacer para darle su correspondiente cremación.
Después, cuando ya se permite salir a hacer ejercicio en tiempos limitados,
sufre un accidente de tránsito que lo deja encerrado en su apartamento, sumando
un tercer problema; un día cuando se encuentra bañándose, sufre un accidente en
el baño, que lo deja con mayores dolores y solo dedicarse a indagar por todo lo
que estaba pasando con la pandemia, le permite establecer unos contactos.
Segunda Parte: Contactos, Búsqueda de Luchar contra la
Injusticia y la Respuesta frente a la Violencia. Se inicia con el contacto que tiene Adán con antiguos
miembros del Ejército Nacional de Colombia (lamentablemente todos terminan sus
vidas con tragedias) sobre unos experimentos que estaban siendo sometidos,
principalmente quienes habían llegado enfermos de Wuhan (China) a finales de
2019, donde se desarrollaron los Juegos Olímpicos Militares. Se incluía un
absurdo ataque contra un Centro de Experimentación de Enfermedades que se
estaba desarrollando en la frontera con Venezuela, viene la investigación de
Santana, lo que lo conduce hacia un grupo ideológico llamado Cruz y
Resistencia, que estaba actuando durante el Estallido Social. Ahí conoce un
sinnúmero de personas que han tenido que padecer la Injusticia Estatal a lo
largo de sus vidas, desde miembros con convicciones religiosas que creen en la
llegada de un nuevo Mesías o Líder, así como quienes quieren solucionar todo
también con violencia, bajo la premisa “si nos atacan, atacamos el doble”.
Pero el Ejército que estaba ávido de resultados, logra dar con Cruz y
Resistencia, el grupo se dispersa, quienes tienen convicciones religiosas huyen
y quienes usan la fuerza, terminan presos y/o muertos, y considerados por el
estado como terroristas.
Tercera Parte: Los Vagabundos de Dios. Cuando Adán ya se ha desentendido de Cruz y Resistencia y
se acercan las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2022, un pequeño
grupo de antiguos miembros de Cruz y Resistencia (amigos de la Paz y la
Reflexión), lo invitan a una jornada de Meditación y Reflexión en Villa de
Leyva, donde Santana parece lograr salir de todo ese trauma generado por el
final de Cruz y Resistencia, se permite al diálogo como la solución a los
problemas y dedicarse tiempo a uno mismo. Después hace un viaje por la
Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta, donde puede ver lo que ha sido toda
su vida a lo largo de esta pandemia, llevar dolores en la espalda no significa
estarse lamentando a toda hora, que la violencia es la peor consejera y se debe
rescatar ese ser original que hay en cualquier persona. Por lo anterior, Adán
se decide por escribir su experiencia en la presente obra, para desterrar el catarsis
negativo que había surgido, y si bien, ya habría circunstancias irreversibles
en su vida, debe tomarse con atenta nota las lecciones que van dejando en la
presente vida, todos esos acontecimientos vividos. Si usted quiere leer esta
obra, se le recomienda.
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